Las Bolsas han seguido la última semana de agosto un guion muy similar al de la semana anterior, a saber, movimientos suaves , al ritmo del dólar y de los resultados empresariales, para finalizar con ligeras caídas semanales en algunos índices como el S&P (-0,02%), el Nasdaq (-0,2%) y el Nikkei (-0,7%) y con subidas igualmente ligeras en otros como el Dow Jones (+1,1%), el Eurostoxx (+0,5%), el Ibex(+1%) o el MSCI de emergentes (+0,26% en dólares).
De alguna manera es como si las Bolsas, con su absoluta calma, quisieran rendir un homenaje a aquel famoso "whatever it takes" que Mario Draghi pronunció hace cinco años en Londres tratando de tranquilizar a los mercados financieros, y a la vez quisieran dar definitivamente por sepultada la crisis inmobiliaria y financiera, justo en los días en los que se cumple el décimo aniversario de su inicio, a finales de julio de 2007. Los Bancos centrales dominan la escena y su lema es que todo va bien, y así lo aceptan los mercados, como se ha visto esta última semana con la reunión de la Fed, que ha pasado sin pena ni gloria. Es la perfecta estabilidad.
Los resultados empresariales, mixtos, pero con más noticias buenas que malas (el 78% de las empresas del S&P que han reportado hasta ahora han superado las estimaciones del consenso de analistas), el PIB americano del segundo trimestre publicado el pasado jueves, que mostró una aceleración de su crecimiento hasta el 2,6%, y la evolución bajista del dólar, han ayudado a las Bolsas americanas, sin duda. Pero esta semana, a diferencia de la anterior, el S&P y el Nasdaq no han podido subir, y la culpa de que esto sea así la tienen las tecnológicas.
El pasado jueves, ya antes de la publicación de los resultados de Amazon, los grandes valores tecnológicos dieron un giro a la baja a media sesión, y luego las decepcionantes cifras de Amazon ampliaron las pérdidas el jueves y el viernes, sin que los buenos números de Facebook pudiesen hacer nada para remediarlo. Hay que recordar que el sector tecnológico es hoy en día el que mayor peso tiene en el S&P, con un 23% de ponderación en el indicador líder bursátil a nivel global y que por tanto lo que pase en las tecnológicas no es ya solo un problema del Nasdaq.
En las Bolsas europeas, la debilidad del dólar que ha llevado a los futuros de la divisa americana a cerrar el pasado viernes en 1,1778 dólares por euro, ha pasado factura de nuevo al Dax, afectado también por la nueva acusación a las grandes automovilísticas de haber concertado prácticas colusorias. Sea o no verdad tal acusación, Volkswagen, BMW y Daimler han tenido caídas semanales superiores al 4% y esta vez la banca no ha ayudado, salvo el BBVA y BNP. Es de mencionar especialmente, por lo que pueda tener de señal, el caso de Deutsche Bank, que presentando unos buenos resultados, sufrió caídas en Bolsa. Por ello el Eurostoxx y los restantes índices solo han podido recuperar una parte de las pérdidas de la semana anterior, y el Dax ni siquiera eso, ya que ha caído un 0,6% en la semana.
El panorama de esta última semana de julio se completa con un oro que ya está otra vez en los 1.270 dólares la onza y con unos futuros del petróleo ligero (WTI) que de nuevo bordean los 50 dólares barril, dentro de un tono general positivo de las materias primas (la subida del cobre ha sido espectacular) ayudadas por la caída del dólar y por el crecimiento global.
Si metemos todo lo anterior en la coctelera, lo que nos sale es que sigue habiendo mucha liquidez en los mercados en busca de inversiones, y que el dinero se va moviendo de un sitio a otro generando movimientos que se auto alimentan. Así la subida de tipos del bund mueve dinero hacia el euro, que sube frente al dólar, y la caída del dólar favorece a las Bolsas americanas y a las materias primas, pero perjudica a los índices europeos.
La evolución de la divisa americana, que a la vez es la divisa global por excelencia, se convierte así en una clave esencial de la evolución de las Bolsas en agosto.
A más corto plazo, en la primera semana, los resultados de Apple, como icono de las tecnológicas y como compañía de mayor capitalización del mundo, podrían marcar la pauta de las Bolsas americanas, dada la fase de debilidad que atraviesa el Nasdaq y de rebote el S&P. Además de Apple, un quinto de las empresas del S&P presentan sus cifras y también algunas europeas.
Hay datos macro, como el informe de empleo de julio, los ingresos y gastos personales, y los ISM de manufacturas y servicios americanos de julio, entre otros. El lunes se publican, además, datos de inflación en la zona euro, que podrían tener impacto en las expectativas de endurecimiento monetario del BCE y por tanto en el euro. Y el jueves 3 se reúne el Banco de Inglaterra, que el año pasado fue el gran protagonista del verano al contrarrestar el Brexit con una agresiva política de inyección de liquidez.
Lo que esperaríamos a principios de agosto es una cierta recuperación de los valores industriales alemanes y en general de las Bolsas europeas, ayudadas por un euro que ya está en la parte alta de la banda en la que se viene moviendo con el dólar y que por tanto no debería subir mucho más. En cuanto a las Bolsas americanas, Apple puede ser la clave de su evolución a corto, por su gran simbolismo en el mundo de la tecnología.
D.Juan Carlos Ureta Domingo
Tel: 91 398 48 05 Email: online@renta4.es