Opinión

Vuelve la 'K', al inicio de la campaña presidencial americana


Desde que el jueves 3 de septiembre las acciones tecnológicas sufriesen una brusca e inesperada caída, sin más motivo aparente que el propio vértigo de la altura y alguna noticia menor, como la reducción de su posición en Tesla por parte de Baillie Gifford, el mayor accionista externo de la firma, no ha habido ninguna semana sin al menos una sesión de corrección fuerte en las tecnológicas. Aunque esas correcciones, hasta el momento, se han quedado en un simple amago de caída, sin ir mucho más allá, lo cierto es que, desde el inicio de septiembre, y a falta de tan solo tres sesiones para acabar el mes, el Nasdaq pierde algo más del 7%.

Esta última semana ese amago de caída tuvo lugar el pasado miércoles, en una sesión en la que el Nasdaq perdió un 3,1%, liderando los descensos las grandes tecnológicas. Apple y Netflix cayeron el 4,2% en la sesión, Amazon el 4,1%, Google el 3,4%, Facebook el 2,2% y Microsoft el 3,3%. Aunque la peor parte se la llevó Tesla con un desplome del 10,3% pese a que su presidente y fundador, Elon Musk, desplegó todos sus esfuerzos en el Battery Day de la compañía, celebrado el día anterior, el martes, para asegurar a los inversores que Tesla está ya muy próxima a poder sacar al mercado un modelo barato, asequible para todos los bolsillos.

Tras esa jornada, en la que el S&P cayó el 2,4%, bordeando la corrección técnica (una caída del 10% desde máximos), todo parecía apuntar en la dirección bajista. Es decir, la respuesta a la pregunta que formulábamos al terminar nuestro último comentario, a saber, si iba a salir o no dinero para invertir en las tecnológicas en caso de recortes, parecía orientarse más bien al lado negativo. Sin embargo, en la sesión de cierre semanal del pasado viernes, las tecnológicas protagonizaron una gran remontada que ayudó a las Bolsas americanas a cerrar la semana dignamente, con las grandes tecnológicas liderando las subidas, y esa remontada deja de nuevo sobre la mesa la pregunta de hasta dónde va a llegar la corrección en curso de las tecnológicas. Apple fue la líder entre las grandes, con un 3,8% de ganancia en el día, Amazon subió un 2,5%, Microsoft un 2,3% y Facebook y Netflix un 2,1%. El sector tecnológico del S&P 500 subió un 2,4% en la sesión, su mejor día desde el pasado 9 de septiembre cuando subió un 3,4%.

Como consecuencia de ese magnífico comportamiento del viernes, tras una semana más volátil de lo que en principio podría parecer, el índice tecnológico Nasdaq ha sido el único que ha subido en la semana, avanzando un +1,1% en las cinco sesiones, y acumulando ya una ganancia en lo que va de año cercana al 22%. El hecho de que, sin salirnos de las Bolsas americanas, el Dow Jones haya caído un 1,7% en la semana (en el año acumula un 4,8% de caída) y el índice Russell 2000 de compañías de menor capitalización haya caído un 4% en la semana y arrastre pérdidas del 11,6% en el año nos da una idea muy gráfica de esa gran bifurcación en forma de "K" que se está produciendo en la economía y en las Bolsas "post Covid".

Ya hemos comentado en varias ocasiones los argumentos de fondo que provocan esa gran disociación en los mercados financieros. La idea básica es que el mundo post Covid es un mundo de ganadores y perdedores, con una dinámica de supervivencia muy "darwinista" en la que lo digital y lo tecnológico, en sentido amplio, serán los claros ganadores, succionando un enorme valor a las compañías tradicionales. Esa idea de una recuperación económica en forma de "K" con una parte de la economía disparada hacia arriba y otra hundiéndose hacia abajo, es la que ha vuelto a las Bolsas esta cuarta semana de septiembre. En la vieja Europa, de nuevo los valores tradicionales han sufrido pérdidas relevantes. Entre los Bancos, BNP ha caído un 12,6% en la semana, ING un 10,7%, y Santander un 8,6%, por citar solo algunos. Solo BBVA se ha salvado de caídas tan fuertes, al proyectar mejores cifras de las previstas en México. Deutsche Telekom y Telefónica se han dejado un 5% y un 4,7%, respectivamente. El Eurostoxx ha caído un 4,5% en la semana y el Dax casi un 5%, en pleno contraste con la subida semanal del Nasdaq.

En definitiva, tras dos semanas en las que las Bolsas europeas parecían recuperar posiciones, se vuelve a la misma pauta de agosto, con los grandes índices americanos batiendo a los europeos y, dentro de los mercados americanos, de nuevo con la tecnología como el sector que atrae al dinero y que lidera las subidas, en detrimento de las restantes compañías, sobre todo las de mediana y pequeña capitalización, representadas por el ya mencionado Russell 2000. El auténtico "festival" que se está produciendo en las salidas a Bolsa de nuevas empresas tecnológicas, como Snowflake que dobló en los primeros minutos de su cotización o como Ant Financial, la filial financiera de Alibaba, que va a ser de lejos la mayor salida a Bolsa de la historia, ponen muy bien de relieve esa bonanza que vive hoy el sector tecnológico. Sin entrar a valorar la "lógica" de la euforia en torno a las tecnológicas, que puede tener sus puntos de apoyo, es tremendamente chocante que esa euforia compradora/inversora se produzca en un momento en el que el mundo vive bajo la incertidumbre de los rebrotes y sin saber cuáles vayan a ser sus consecuencias económicas finales, que todo indica pueden ser graves y extenderse a lo largo de varias rondas sucesivas de impacto.

Lo interesante, como decíamos, es que el proceso iniciado el jueves 3 de septiembre parecía querer corregir esa "divergencia" tan llamativa de valoración entre las tecnológicas y las demás compañías, pero la remontada tecnológica del pasado viernes nos obliga a esperar para ver si de verdad estamos ante un cambio en la pauta de comportamiento de los inversores o si, por el contrario, la "K" va a seguir siendo la pauta dominante, con las tecnológicas dominando la pata de arriba de la K.

De confirmarse la "vuelta" a las pautas de agosto, no cabe duda de que un gran beneficiario de esa vuelta sería Trump. El presidente americano, y candidato a renovar, ha hecho de las subidas de las Bolsas, y de los sucesivos "récords" de Wall Street, una de las señas de identidad de su éxito como presidente. El mundo inversor, según la visión de Trump, estaría mostrando con esos récords sucesivos que confía en el futuro de la economía norteamericana y en su estilo de liderazgo. Por tanto, si vuelven los récords y si EE.UU. y sus Bolsas están en la pata hacia arriba de la "K", es perfecto para Trump, al que algunas circunstancias sobrevenidas, como el fallecimiento de la juez de la Corte Suprema Ruth Ginsburg y su inmediata sustitución por una juez más conservadora, están dando estos días un apoyo inesperado y valioso.

A partir de ahora, y hasta por lo menos el 3 de noviembre, día de las elecciones presidenciales americanas, hay que meter en la coctelera de los mercados el factor político, ya que los avatares de la campaña americana influirán sin duda en las Bolsas, empezando por el primer debate electoral que este martes protagonizarán Biden y Trump.

Lo normal, por tanto, es que la volatilidad vaya al alza, y más aún si a la incertidumbre habitual se le suma la derivada de que el resultado electoral podría no ser aceptado por el candidato perdedor, y dentro de esa volatilidad un nivel técnico importante a vigilar es la media móvil de las ultimas 200 sesiones del S&P, que en estos momentos está ligeramente por encima de los 3.100 puntos.

El mantenimiento de soportes claves, como la media móvil de 200 sesiones, es importante para valorar la corrección de las Bolsas en septiembre como una corrección "saludable" tras los excesos de las tecnológicas en agosto. Para ello es fundamental que las empresas sigan dando buenos resultados, como lo hizo Nike la semana pasada, recibiendo su recompensa en Bolsa, y es también importante que Apple, que cae un 13% desde el inicio de septiembre y Amazon, Facebook, Alphabet, y Microsoft que caen en torno a un 8%, empiecen a encontrar un cierto "suelo" en sus caídas. Si lo encuentran, la corrección que estamos viendo en septiembre será considerada como un alto en el camino, y no se alterará la idea de que la Covid ha sido el catalizador de un nuevo modelo de crecimiento, mejor y más saludable. Un modelo liderado por la revolución digital y por nuevos valores como la atención al medio ambiente o el ángulo social de la empresa dentro de un capitalismo comprometido y "consciente".

Si por el contrario se rompen a la baja soportes importantes, lo que habría que pensar es que las fuertes subidas y los excesos de agosto han sido el canto del cisne de un "rally" impulsado por los "Robinhood traders" al calor de la enorme liquidez lanzada por la Fed y los restantes Bancos Centrales, un rally muy intenso pero carente de fundamentos sólidos.

El tiempo dirá cuál de las dos lecturas es la correcta, pero de momento esta semana, a la espera del primer debate electoral entre Biden y Trump, y a la espera del informe de empleo americano de agosto, que será el último antes de las elecciones, esperaríamos que continúe la volatilidad intradiaria, pero sin grandes movimientos en el conjunto de la semana.


Juan Carlos Ureta Domingo
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