Si algo ha quedado claro desde el mismo día 8 de noviembre en el que, con cierta sorpresa, Donald Trump ganó las elecciones presidenciales norteamericanas, es su capacidad para mover los mercados. Podemos dudar de si llevará a cabo o no las medidas económicas que ha anunciado, pero de lo que no cabe ninguna duda es que las palabras y las actuaciones de Trump tienen un eco inmediato en los mercados.
Esta pasada semana hemos visto una vez más esa influencia, con motivo de la rueda de prensa del pasado miércoles, que esta vez, paradójicamente, ha servido para enfriar el rally que las Bolsas vienen disfrutando desde su elección. El resultado ha sido que, tras las subidas generalizadas de los índices en la primera semana del año, esta segunda semana del año al final los principales índices se han quedado planos. El S&P ha bajado el 0,1% en la semana, el Eurostoxx ha subido exactamente lo mismo, un 0,1% y el Nikkei y nuestro Ibex sencillamente no se han movido. Solo vemos movimientos algo más significativos en el Nasdaq (+1%) y en los emergentes, con el MSCI Emerging Markets en dólares subiendo un 1,7%.
En principio las noticias que se han ido conociendo a lo largo de la semana, tanto en los resultados empresariales como en la economía, deberían haber ayudado a las Bolsas. El viernes publicaron sus resultados algunos grandes Bancos americanos y fueron buenos, ayudando a mejorar el cierre semanal. JP Morgan ha subido el beneficio un 24% en el cuarto trimestre consiguiendo en el conjunto del año subir el beneficio el 1% y Bank of America ha ganado un 46% más en el cuarto trimestre y un 5,6% más en el conjunto del año. En ambos casos mejor que las estimaciones. Por contra Wells Fargo se ha visto penalizado por la crisis de las cuentas falsas y sus resultados del año cayeron un 5%, y un 6% en el cuarto trimestre, cifra peor que la esperada. En Bolsa subieron los tres en la sesión del viernes y curiosamente el que más subió fue Wells Fargo.
En cuanto a datos económicos, las ventas minoristas de diciembre fueron algo peor de lo esperado, pero el índice de confianza del consumidor americano de la Universidad de Michigan que se publicó el viernes pasado indica que el consumidor mantiene un nivel alto de confianza en el futuro. En Europa, el crecimiento y la producción industrial de Alemania han mostrado fortaleza (el PIB alemán crece el 1,9% en 2016, record en un lustro, y además por tercer año consecutivo con superávit en las cuentas públicas) y asimismo ha habido buenos datos en el conjunto de la zona euro, con el paro bajando al 9,8%
Tal vez la nota más negativa la puso la balanza exterior de China publicada el jueves, con la reducción del superávit al caer de forma fuerte por tercer año las exportaciones (-7,7%) y también las importaciones (-5,5%), todo un síntoma de la contracción que padece el comercio internacional. Aunque los mercados encajaron bien el dato, al verlo como un paso más en la desaceleración moderada y controlada de la economía china, la verdad es que las señales de alerta que nos llegan de China, pese a la estabilización del yuan en el nivel de 6,90 contra el dólar, son bastante inquietantes. Y más aún cuando el nuevo presidente electo ha dejado algo claro por ahora y es que si Rusia es su 'amigo', China por el contrario es su 'enemigo'.
¿Por qué no gustó la rueda de prensa de Trump?
Seguramente porque tanto esa como los últimos 'tweets' de Trump, lejos de ofrecer señales fiables sobre su programa económico, han dejado traslucir una imagen de intervencionismo en las empresas y de falta de concreción en las ideas de fondo, que no gusta a los inversores.
El próximo viernes Trump toma posesión y queda por ver lo que a nuestro juicio es lo verdaderamente relevante, a saber, qué postura va a tomar Trump respecto a los tipos de interés y el balance de la Fed. O, dicho de otra forma, qué va a hacer Trump con la Fed.
La normalización monetaria y sus consecuencias va a ser, a nuestro juicio, el tema dominante para las Bolsas los próximos años, y curiosamente la lectura que hasta ahora se ha hecho de ese tema se ha limitado a la idea optimista de la rotación del dinero desde los bonos hacia la Bolsa, cuando la realidad es que los problemas que surjan en el mercado de bonos como consecuencia de la normalización monetaria van a afectar, y mucho, a las Bolsas. Por eso coincidimos al cien por cien con Bill Gross cuando dice que es mucho más importante fijarse en el tipo de interés del T bond (bono del Tesoro americano a diez años) que obsesionarse con si el Dow Jones supera o no los 20.000 puntos.
La prueba de fuego del modelo 'reflacionista' del nuevo presidente americano va a estar en los bonos, porque si la inflación sube más de los previsto y si, por esta o por otra causa, los tipos se disparan al alza en EE.UU., con la secuela de una subida fuerte del dólar, las reacciones en cadena pueden ser muy problemáticas, y no solo en la economía real sino también en lo que toca a determinados balances, algunos de ellos bancarios, demasiado endeudados en dólares.
Bill Gross ha recomendado esta pasada semana fijarse en el 2,6% como referencia. Si el T bond sobrepasa ese nivel estaremos, según Gross, en un 'bear market' (mercado bajista) de los bonos. Otro gran gestor de renta fija, Jeffrey Gundlach, sitúa el nivel relevante en el 3% y no en el 2.6%. Pero a los efectos que nos interesan lo importante no es si la cifra a mirar es el 3% o el 2,6% sino más bien saber que es ahí, en el mercado de bonos, donde está el riesgo de que la relación descarrile, arrastrando tras de sí la euforia bursátil que ha suscitado desde el pasado noviembre Trump.
De momento el 'cuadro de indicadores' de la 'reflación' sigue dando señales mixtas. El oro ya ha llegado a los 1.200 dólares la onza, nivel no visto desde noviembre, los tipos de interés de los bonos han dejado de subir aunque tampoco bajan (el bund está en el 0,33% y el T Bond en el 2,4%) y el dólar ha recortado posiciones esta última semana cerrando el viernes a 1,064 dólares por euro, alejándose de la paridad. Todo ello significaría que la euforia 'reflacionaria' ha perdido algo de 'momentum' y por ello es especialmente interesante ver cuáles son los primeros mensajes de Trump tras su toma de posesión el día 20.
Esta semana hay bastantes temas a seguir. Publican resultados Goldman Sachs, Citi, Morgan Stanley entre otros bancos y empresas (IBM, GE, American Express,...), habla Yellen dos veces y también hablan varios miembros de la Fed, y empieza el foro de Davos, en el que intervendrá el presidente chino Xi Jinping, quien ya ha dado muestras de que no se quedará quieto ante las actuaciones que pueda llevar a cabo Trump.
2017 va a estar muy condicionado por la política, igual o más que lo estuvo el 2016, y esta tercera semana del año va a ser un ejemplo muy claro de ello, a nuestro juicio. Las relaciones con China y la posición ante la Fed son probablemente los dos temas que van a suscitar más interés en el arranque de esta nueva administración americana, tan peculiar y tan diferente.
D.Juan Carlos Ureta Domingo
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