Opinión

Tecnológicas, empleo y segundas lecturas de la Fed


La tranquilidad que esperábamos para las Bolsas en el inicio del año se ha confirmado en las Bolsas europeas, pero no así en las americanas, que han empezado el año con mal tono por culpa, sobre todo, del pésimo comportamiento de las tecnológicas.

El Nasdaq ha perdido un 4,5% en la semana, el S&P un 1,9% y el Dow Jones un 0,3%, caídas que contrastan con las subidas semanales del 0,9% en el CAC francés, del 1% en el Mib italiano o del 0,4% en nuestro Ibex. La subida del Eurostoxx ha sido algo menor, del 0,17%, ya que la fuerte caída semanal de tecnológicas como Ayden, ASML, SAP, Prosus o Infineon ha ensombrecido las igualmente fuertes subidas de los Bancos o automovilísticas en estas primeras sesiones del año.

La clave de la semana ha estado, como era de prever, en la evolución de los tipos de interés, que han subido de forma drástica tras la publicación de las actas de la última reunión de la Fed y tras el confuso informe de empleo de la economía americana en diciembre, que se publicó el viernes. Las actas de la Fed han venido a confirmar la posición "dura" (hawkish) que ya exhibió Jerome Powell en su rueda de prensa posterior a la reunión del pasado 15 de diciembre, cuando habló de subir tipos al menos tres veces en el 2022. Pero ahora parece que los inversores, en una segunda lectura, han tomado más en serio las intenciones de la Fed, sobre todo, porque según reflejan las actas, los miembros de la Fed piensan que hay que subir tipos "más pronto y a ritmo más acelerado de lo previsto" ("sooner or at a faster pace than participants had earlier anticipated"). Un mensaje claro igual que fueron claras las palabras de Powell el 15 de diciembre.

El informe de empleo, sin embargo, dista de ser claro. Por un lado, muestra cierta debilidad en el mercado laboral, ya que se crearon solo 199 mil puestos de trabajo en diciembre, menos de la mitad de los 444 mil previstos. Pero por otro lado, la tasa de paro baja al 3,9%, que es menos del 4% que marca el límite que enciende las alarmas de la Fed. La explicación es que el total de empleos en EE.UU. desde febrero de 2020 es 3,6 millones menos, lo que podría querer decir que a lo largo de la pandemia el número de personas deseosas de trabajar con los salarios actuales ha caído drásticamente. Un motivo más para pensar en subidas salariales a la vista. En esta misma línea el informe de empleo de diciembre muestra que los salarios por hora suben un 0,6% en diciembre, y el 4,7% en términos anuales, lo cual confirma que la inflación se está traspasando ya a los salarios.

La subida de tipos de interés y el endurecimiento de las condiciones monetarias afectan de forma especial a las tecnológicas porque como ya hemos dicho en muchas ocasiones los retornos de estas compañías se plantean a más largo plazo y, por tanto, su valoración se resiente mucho al descontar flujos futuros a un mayor tipo de interés. Hay que recordar que la semana del 13 de diciembre, en la que la Fed anunció que subiría tipos tres veces en 2022, Microsoft cayó un 5,5% y Google y Apple más de un 4%, entre otras caídas de muchas tecnológicas que llevaron al Nasdaq a perder más de un 3% en la semana. En esta ocasión la caída del Nasdaq ha sido aún mayor, del 4,5% en la semana y hemos visto a Salesforce caer más de un 10%, a Microsoft más del 6% y al buque insignia de las tecnológicas, el ETF Ark Innovation gestionado por Cathie Wood, el 11%.

Las tecnológicas son, como ya hemos dicho en otras ocasiones, y como recordábamos la semana pasada, claves para la continuidad del mercado alcista, aunque sea solo porque la economía post Covid va a ser, definitivamente, una economía mucho más digital en la que la creación de valor está íntimamente vinculada a la innovación tecnológica permanente y acelerada. Por tanto, si el sector tecnológico estuviese entrando en una fase bajista podríamos pensar que el conjunto de la Bolsa lo está haciendo también, al menos a nivel de índices. Pero no es nada evidente que estemos a las puertas de un mercado bajista en las tecnológicas. Lo que podríamos estar viendo, más bien, como decíamos la semana pasada, es una fase de mayor madurez, de corrección de los excesos previos, que han llevado a muchos valores tecnológicos a una sobrevaloración, y en algunos casos a una clara burbuja, con empresas carentes de todo valor capitalizando cifras muy elevadas. Excesos que han sido aún más evidentes en el mundo "cripto", que ahora también está en plena digestión de los excesos, con el bitcoin de nuevo por debajo de los 50.000 dólares.

El "easy money" ha tenido mucho que ver en todos esos excesos, y si ahora los Bancos Centrales dan marcha atrás la corrección puede ser severa. Pero por el momento el Banco de Japón y el BCE se mantienen firmes en sus políticas monetarias ultraexpansivas y solo la Fed, entre los grandes Bancos Centrales, ha anunciado un cambio de rumbo. Está por ver que la Fed pueda mantener su política "dura", sobre todo si la economía se tuerce. Es verdad que la Fed dijo en su comunicado del pasado 15 de diciembre que la economía norteamericana está muy fuerte y Powell fue incluso más optimista en su rueda de prensa posterior, pero la realidad que nos muestra el informe de empleo de diciembre antes mencionado no es la de una economía vigorosa a pesar de la inyección de varios trillones de dólares (millones de millones americanos).

Esta semana vamos a tener varios datos importantes. Se publican el IPC americano y chino de diciembre el miércoles y el índice de precios industriales americanos de diciembre el jueves. El viernes se publican las ventas minoristas americanas de diciembre y asimismo los resultados del cuarto trimestre de JP Morgan, Citi, Black Rock y Wells Fargo, dando así inicio a la temporada de presentación de resultados. El consenso espera todavía subidas de beneficios del 22% para el S&P en el cuarto trimestre, pero ya en el 2022 se esperan crecimientos de beneficios de un solo dígito, en torno al 9%.

Las Bolsas han continuado los primeros días de enero la rotación desde valores tecnológicos hacia valores de "reapertura", como las aerolíneas (IAG subió el 13% la semana pasada) o los Bancos, y es previsible que esa rotación continúe a medida que vaya diluyéndose el efecto "Ómicron", pero no hay que olvidar que las tecnológicas siguen siendo el motor del mercado alcista post Covid y que sin ellas no habrá continuidad en el mismo.

Esperamos una semana tranquila con las Bolsas asimilando la persistencia de un entorno de alta inflación.

Juan Carlos Ureta Domingo
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