Tal y como pensábamos al terminar nuestro anterior comentario, el comportamiento de las Bolsas la tercera semana de mayo ha sido lateral, consolidando los niveles alcanzados tras las subidas de abril y mayo. Este comportamiento lateral no ha evitado que en el caso de los índices americanos hayamos visto descensos moderados y en caso de nuestro Ibex y del Mib italiano descensos de mayor consideración.
Es bastante llamativo que esa relativa tranquilidad de las Bolsas haya coincidido con la subida del tipo de interés del T bond (bono del Tesoro americano a diez años) por encima de la cifra "mágica" del 3% y con subidas de tipos también en los plazos más cortos. Hay que recordar que el pasado febrero las Bolsas de todo el mundo entraron en una fase muy intensa y desordenada de turbulencias precisamente cuando el tipo de interés del T bond se acercó al 3%, ante el temor a que se superase ese nivel.
Lo que inquietó en febrero no ha inquietado en mayo, y además los inversores han soportado estoicamente que el pasado martes el rendimiento de las letras del Tesoro americanas a tres meses superase por primera vez en una década el 1,9% y se colocara por encima de la rentabilidad por dividendo del S&P, algo no visto desde hace varios años. Por su lado, el bono a dos años del Tesoro americano cerró el pasado viernes a 2,55%, el doble del tipo que tenía en septiembre pasado, un retorno que invita al trasvase de posiciones desde la renta variable a los bonos soberanos.
Ese trasvase no se ha producido, pese a que noticias malas no han faltado en la semana, prolongando ese "muro de preocupaciones" al que nos referíamos en nuestro anterior comentario. El precio del petróleo ha seguido subiendo (aunque cedió algo en la última sesión), los desórdenes en Gaza han provocado más de cincuenta muertos, tras la apertura de la embajada de EE.UU. en Jerusalén, en Italia se ha formalizado el inquietante acuerdo de Gobierno entre 5 Estrellas y la Liga, en Alemania el mal dato de la encuesta ZEW publicado el pasado martes se añade a la desaceleración del PIB alemán en el primer trimestre, que ha caído a la mitad (0,3% frente al 0,6% del cuarto trimestre de 2017) y en Japón el PIB del primer trimestre ha descendido seis décimas, su primera caída desde 2015.
Pese a todo ello, como decíamos, el saldo semanal ha sido bastante aceptable si tenemos en cuenta el entorno. En concreto, el Eurostoxx ha subido un 0,2% en la semana, el Dax un 0,6%, el Cac un 1,3% y el Nikkei un 0,8%. La nota negativa la han puesto el Mib italiano, con una caída del 2,9% y nuestro Ibex, que ha perdido el 1,5% y ha roto su racha de siete semanas consecutivas al alza, ambos muy afectados por el mal comportamiento de los Bancos y de las "telecos". En las bolsas americanas el S&P y el Dow han caído un 0,5% en la semana y el Nasdaq el 0,7%.
¿A qué atribuir la fortaleza de las Bolsas para superar noticias que en otros momentos habrían sido demoledoras para las cotizaciones?
En el caso de las europeas, sobre todo de la alemana, la subida del dólar frente al euro les beneficia claramente. El dólar cerró el pasado viernes a 1,1775 dólares por euro, tras subir más del 1% en la semana. Pero en general el gran aliado de las Bolsas estas últimas semanas han sido los resultados empresariales. Así, el pasado miércoles la cadena minorista Macy's subió el 10,8% tras publicar resultados, lo que unido a los buenos resultados de Micron sirvió para animar al conjunto del mercado. Aunque otros resultados, como los de Walmart, o JC Penney no han sido tan buenos e incluso algunos como los de Cisco o Nordstrom han sido mal recibidos por los inversores, lo cierto es que, en su conjunto, la temporada de resultados ha dado soporte a las Bolsas tanto en EE.UU. como en Europa y ha alentado una recuperación muy notable de los índices a ambos lados del Atlántico en abril y mayo.
Pero esa temporada de resultados ya está casi acabada y hasta julio los mercados no dispondrán ya de ese soporte, por lo que los datos económicos, las expectativas sobre las decisiones de la Fed y de los restantes Bancos Centrales y las noticias políticas pasan de nuevo al primer plano de los mercados. A nuestro juicio, a corto plazo la atención hay que ponerla de nuevo en los tipos de interés y en los mercados de bonos.
Hay que ver si las subidas de tipos de interés norteamericanos en todos los tramos de la curva continúan, pese a que los datos de inflación americana de abril fueron bastante moderados y habían relajado bastante a los mercados de bonos. Si así fuese, los inversores estarían anticipándose a una previsible subida de tipos por la Fed en su reunión del 12 y 13 de junio, y estarían también anticipando que la subida del petróleo (algunos Bancos de inversión hablan ya de los 100 dólares barril, una previsión a nuestro juicio muy exagerada) va a provocar una subida de la inflación mayor de la prevista.
En la zona euro, que hasta hace un mes estaba más o menos tranquila al haber asegurado Draghi la permanencia de los estímulos monetarios por el tiempo que sea necesario, los nervios han aflorado en forma de ampliación de las primas de riesgo. La que más se ha disparado es la italiana, pero el resto de los bonos periféricos, incluido el español pese a la reciente subida de rating, no se han quedado fuera esta vez. En el medio plazo Italia no es la única preocupación, ya que Draghi deja su puesto en otoño de 2019 y Jens Weidman se perfila como candidato mejor posicionado para sucederle. Parece evidente que el tono de un BCE presidido por Weidman será muy diferente y en cuanto al candidato alternativo, el francés François Villeroy, hay que recordar que el pasado lunes manifestaba que la subida de tipos en la zona euro va a venir más pronto que tarde y que no será una cuestión de años sino de trimestres.
La normalización monetaria y el ritmo que a esa normalización impriman los Bancos Centrales vuelve a ser así clave para el futuro inmediato de las Bolsas, a nuestro juicio. Hay voces que piden un ritmo lento, como la del presidente de la Fed de St. Louis, James Bullard, que abogaba hace pocos días por no subir tipos en junio. Pero esas voces son minoritarias y el ruido de fondo que llega es el de subidas de tipos adicionales.
Esta semana se publica la balanza comercial de abril de Japón y hay PMIs preliminares de mayo en EE.UU. y en la zona euro y Japón, y asimismo se publica el viernes el dato definitivo de confianza del consumidor de mayo de la Universidad de Michigan.
Pero la política y sus numerosos frentes (Italia, Corea, Oriente Medio, Irán, Washington, Argentina,...) va a seguir moviendo a los mercados. Fuera de la política, sobre todo debemos poner foco en la evolución de los tipos de interés y en la respuesta de las Bolsas a subidas adicionales de tipos.
Hay suficientes elementos de incertidumbre como para provocar en cualquier momento una cierta corrección en las Bolsas tras las espectaculares subidas de abril y mayo, pero, hoy por hoy, los inversores no parecen estar dispuestos a dejarse inquietar por ninguno de ellos.
Juan Carlos Ureta Domingo
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