El segundo trimestre se ha estrenado con recortes más o menos generalizados, aunque no muy intensos, en unas Bolsas que siguen estando dominadas, a corto plazo, por los movimientos de las divisas y por las expectativas sobre el calendario de subidas de tipos por parte de la Fed.
Es curioso que esa caída de las Bolsas se haya producido justo en la semana en la que el petróleo ha subido un 7%, ya que parece romperse la correlación entre Bolsas y crudo que ha dominado gran parte del primer trimestre. Es igualmente curioso que la caída de las Bolsas se haya producido en una semana en la que se han publicado tanto las actas de la Fed como las del BCE, unas actas que dejan clara la posición de ambos Bancos Centrales muy proclive a continuar con los estímulos monetarios durante todo el tiempo y con tanta intensidad como sea necesario.
Las actas de la Fed publicadas el miércoles pasado, aunque evidencian una división de opiniones entre los partidarios de subir tipos y los de no hacerlo, muestran que la mayor parte de los miembros de la Fed desean posponer la subida de tipos, ya que consideran que hacerlo en abril sería una señal de urgencia que podría inquietar a los "mercados e inversores". Por su lado, las actas del BCE publicadas el viernes pasado se reafirman en la idea, tantas veces comentada por Draghi, de los estímulos monetarios agresivos si fuesen necesarios para evitar la deflación. Hace unos meses este mensaje de los dos Bancos Centrales habría animado a las Bolsas, pero es obvio que va perdiendo efectividad.
Una tercera curiosidad en el comportamiento de las Bolsas la semana pasada es que las plazas americanas se han comportado, de nuevo, mejor que las europeas y que la japonesa. El S&P y el Dow han bajado un 1,2% en la semana, frente a un 1,4% y un 2,1% de recorte, respectivamente, en el Eurostoxx y en el Nikkei, tras haber sacado el S&P en el primer trimestre nueve puntos porcentuales de ventaja al Eurostoxx y trece al Nikkei. La explicación hay que buscarla en los mercados de divisas. La actitud "dovish" de la Fed hace bajar el dólar, y la subida del yen y del euro perjudican a las empresas europeas y eso impacta negativamente en sus Bolsas. De ahí el mejor comportamiento diferencial de los índices americanos.
Probablemente el protagonismo de las divisas va a ceder paso, a partir de esta semana, a los resultados empresariales del primer trimestre, que se empiezan a publicar. En EE.UU. anuncian sus cifras los principales Bancos (JP Morgan, Bank of America, Citi y Wells Fargo) además de otras empresas no financieras. En Europa habrá que esperar a la semana que viene para empezar a ver anuncios de compañías relevantes. Las perspectivas no son buenas para las empresas del S&P ya que los analistas están estimando un recorte de casi el ocho por ciento en los beneficios. En Europa tampoco se esperan buenos resultados de los Bancos, dado el muy negativo entorno regulatorio y de tipos de interés.
En nuestra opinión, los malos resultados están más descontados en las Bolsas europeas, con sus fuertes caídas (Eurostoxx -10,9% en el año a cierre del viernes pasado) que en las americanas, donde el S&P está en positivo en lo que va de año, aunque sea de forma simbólica. Los fuertes recortes de las cotizaciones de los Bancos europeos (casi todos los Bancos del Eurostoxx caen cerca del 20% desde el uno de enero, y Unicredit o Deutsche Bank elevan esa caída al entorno del 40%) anticipan probablemente una buena parte de los descensos que podamos ver en sus cuentas trimestrales, y por tanto ya están en los precios. Por eso el impacto de los malos resultados, si es que existe, debería ser mayor en las Bolsas americanas.
Podríamos pensar, sin embargo, que el hecho de que la Fed no suba los tipos va a compensar y va a permitir al S&P mantener su buen tono. Tal vez, pero ahí asoma otro riesgo, el de un eventual repunte de la inflación, que también toca hoy por hoy más a EE.UU. que a la zona euro o a Japón. La inflación americana, excluidos alimentos no elaborados y petróleo, se situaba en febrero en el 2,3%, muy por encima de las europea o japonesa, y el mercado laboral da signos de cierta tensión, lo que sugiere que un repunte del crudo puede poner en aprietos a una Fed que no desea subir los tipos mientras el BCE y el Banco de Japón persistan en sus estímulos monetarios extremos, pero que puede verse obligada a hacerlo.
En ese escenario de repunte de la inflación y repunte de tipos en EE.UU. un dólar fuerte impediría al S&P mantener sus actuales niveles. La desvinculación definitiva entre el precio del crudo y la dirección de las Bolsas sería otra consecuencia lateral de ese escenario.
Los resultados empresariales del primer trimestre son, sin duda, la preocupación inmediata de las Bolsas, pero la inflación, sobre todo si repunta más rápidamente en EE.UU. y provoca una divergencia entre los Bancos Centrales con el consiguiente impacto en las divisas, puede ser una preocupación mucho mayor en el medio plazo.
Por eso tiene interés esta semana analizar los IPCs de marzo de China (lunes) de la zona euro (martes y miércoles) y de EE.UU. (jueves), y ver si asoman o no riesgos de repunte en el caso de EE.UU.
Además, esta semana tendremos los ya comentados anuncios de resultados de los grandes Bancos americanos, y numerosos datos como las ventas minoristas americanas, la balanza comercial china de marzo, el índice de Michigan de confianza del consumidor americano, o las producciones industriales de Japón y zona euro de febrero, entre otros. Están, asimismo, previstas media docena de intervenciones de miembros de la Fed y el jueves habla en Nueva York el Gobernador del Banco de Japón, Haruhiko Kuroda. Una semana, por tanto, llena de interés.
Nuestra impresión es que el S&P y los restantes índices americanos deberían seguir recortando, sobre todo si los resultados de los Bancos americanos son, como se espera, regulares. En cuanto a las Bolsas europeas y japonesa no vemos tampoco catalizadores que puedan impulsarlas, salvo sorpresas inesperadas en los datos.
D.Juan Carlos Ureta Domingo
Tel: 91 398 48 05 Email: online@renta4.es