Tras un mes de octubre realmente extraordinario en términos bursátiles, en el que el Dow Jones subió un 14%, el Eurostoxx un 9% y el S&P un 8%, las primeras sesiones de noviembre han servido para enfriar un poco las expectativas de unos inversores que daban ya casi por sentado un “rally” alcista de fin de año. Al final, en línea con el mensaje que dábamos al finalizar nuestro anterior comentario de que las subidas de las Bolsas deberían tender a moderarse, el Dow Jones ha caído un 1,4% en la semana, el S&P un 3,3%, el Nasdaq un 5,6% y el Nikkei japonés se ha conformado con una suave subida semanal del 0,35%. Y ello pese a que el crecimiento del PIB americano en el tercer trimestre ha sido el 2,6%, mayor de lo esperado y dejando atrás dos trimestres de caídas del PIB.
Es verdad que las Bolsas europeas han subido con más fuerza, con un alza semanal del Eurostoxx del 2,1% y del FTSE inglés del 4,1%, y es verdad también que la Bolsa china ha celebrado las noticias de una posible finalización de la política de “cero Covid” con un alza semanal del 5,3% en el Shanghai Composite y del 8,7% en la Bolsa de Hong Kong, a lo que hay que unir, en el mismo sentido positivo, la subida de las Bolsas emergentes, con el MSCI de Bolsas emergentes en dólares subiendo un 4,6%.
Pero, pese a ello y pese al buen tono de la sesión de cierre del viernes en Wall Street, tras el buen informe de empleo americano de octubre, la reacción de las Bolsas americanas el miércoles tras los mensajes del presidente de las Fed, Jerome Powell, muestra que los inversores empiezan a entender que el cambio de régimen monetario va en serio y que va a tener consecuencias muy profundas tanto para la valoración de los activos como para los modelos de negocio.
En esencia, lo que Powell vino a decir a los inversores y a las empresas es que dejen de pensar en una vuelta a los viejos tiempos del dinero fácil porque los tiempos han cambiado. En principio, y pese a que la Fed acordó la cuarta subida consecutiva de los “fed funds” de tres cuartos de punto (0,75%), los mercados habían recibido bien la decisión, porque el comunicado de la Fed sugería una posible suavización del ritmo en las próximas subidas de tipos. El comunicado decía, en concreto, que hay que esperar a ver los efectos sobre la inflación y la economía del fuerte “endurecimiento acumulado” (“cumulative tightening”), ya que los impactos de las decisiones monetarias sobre la economía tienen un cierto retraso (“lags with which monetary policy affects economic activity and inflation’), unas palabras que gustaron a los inversores. De hecho, el S&P subía un 1% cuando Powell empezó a hablar.
Powell, sin embargo, quitó importancia al ritmo de las próximas subidas y puso el foco en el nivel al que pueden llegar los tipos de interés, afirmando que ese nivel puede estar más arriba de lo que los inversores creen (“data since our last meeting suggests that the ultimate level of interest rates will be higher than previously expected”). De esta forma quiso quitar importancia, de forma muy explícita, a las dudas que han manifestado los inversores sobre si las próximas subidas de tipos van a ser o no más moderadas, ya que lo relevante, según Powell es el punto de llegada, no el ritmo de avance. Una sugerencia que llevó los futuros sobre los “fed funds” a seis meses por encima del 5%.
¿Cómo leer a Powell?
En nuestra opinión, Powell está queriendo decir a los mercados que la digestión de los excesos provocados por largos años de “barra libre monetaria” va a ser muy larga y desde esa convicción, lo que aconseja a los agentes económicos y a los inversores es que se adapten a un cambio monetario que es estructural. Ante esa realidad, viene a decir Powell, especular sobre cuándo llegará el famoso “pivot”, es decir, sobre cuándo la Fed aflojará el ritmo de subidas o incluso dejará de subir, es irrelevante. Lo importante de verdad es que en el nuevo régimen monetario, durante mucho tiempo, habrá menos dinero y será más caro, porque la digestión de los excesos y el desinflamiento del globo monetario va para largo.
De alguna manera el mensaje de Powell es que tanto en la gestión empresarial como en las inversiones hay que volver a los fundamentos de la creación de valor, tras muchos años de jugar con el modelo financiero de tipos de interés bajos o negativos, dando valor a negocios no viables o sobrevalorando empresas viables pero cuyos beneficios solo se van a ver muy a futuro.
Ese mensaje lo está entendiendo bastante bien el mundo tecnológico, adaptándose rápidamente los modelos de negocio y las valoraciones. En lo que a la gestión empresarial se refiere, un ejemplo lo hemos visto esta semana con las primeras decisiones de Elon Musk tras su cuasi “obligada” (los supervisores le obligaron a cumplir su promesa de OPA) compra de Twitter. Lo primero que ha hecho ha sido reducir costes despidiendo a la mitad de la plantilla y subir ingresos poniendo una suscripción mensual de 8 dólares para los perfiles verificados, para no depender solo de los ingresos por publicidad. Todo un ejercicio de realismo que están siguiendo numerosas tecnológicas ya sean grandes, medianas o pequeñas porque los inversores ahora quieren ver beneficios cuanto antes, dado que ya el coste de oportunidad de no tener el dinero no es cero.
Desde el punto de vista de las valoraciones las tecnológicas también se están adaptando rápidamente y con fuerza, aunque es verdad que habían subido de forma muy exagerada. Hemos visto caídas muy fuertes en las grandes compañías tecnológicas. Por citar dos ejemplos, pero habría otros muchos, Amazon pierde ya un 45% en el año, y Meta/Facebook pierde un 73% desde el uno de enero. El Nasdaq es el índice que más cae en lo que va de año, un 33% frente a caídas del 20,9% en el S&P, del 14,1% en el Eurostoxx y del 10,8% en el Dow Jones. En octubre el Nasdaq también fue el peor índice al subir solo un 3,9% frente al 14% que subió el Dow Jones. Y, finalmente, el pasado miércoles el Nasdaq fue el índice que más bajó tras el mensaje de Powell, pasando de ir en positivo a caer un 3,5% al cierre.
En nuestra opinión, esa vuelta al realismo y a los fundamentales es el mensaje que tienen que entender los agentes económicos y los inversores, y al parecer algunas empresas ya lo están entendiendo muy bien.
Esta semana tenemos como platos fuertes las elecciones de mitad de legislatura (‘mid term’) en EE.UU. el martes y la inflación americana de octubre el jueves, que se espera baje un poco. Hay algunos datos más como las ventas minoristas de la zona euro de octubre y numerosos resultados empresariales, como los de Adidas, BioNTech, Bayer, Walt Disney o SoftBank, entre otros muchos.
Esperaríamos una semana ligeramente positiva, salvo sorpresas en la inflación, pero con subidas moderadas, mientras se van digiriendo los mensajes de la Fed y se va entrando en el realismo que esos mensajes reclaman.
Juan Carlos Ureta Domingo
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