La rotación de bonos hacia Bolsa, de la que hablábamos la semana pasada, ha dado un paso más esta segunda semana del año, y algunas Bolsas, como el S&P, han logrado cerrar el pasado viernes en niveles que son los máximos desde el año 2007, antes de estallar la crisis subprime. Pero la rotación no ha sido, ni mucho menos, igual en todas las plazas.
Las subidas semanales han sido grandes en Bolsas consideradas de mayor riesgo, como la portuguesa (+4,6%) la italiana (+3,2%) o la española (+2,7%) y sin embargo han sido más moderadas en las Bolsas americanas (el Dow y el S&P subieron menos de medio punto porcentual en la semana) y en el Eurostoxx, que solo subió un 0,3%, al verse afectado por las caídas semanales de la Bolsa alemana y francesa. En algunas plazas asiáticas, como la Bolsa de Shanghai, hemos visto caídas semanales superiores al 1% salvándose solo Japón, cuyo índice Nikkei se vio impulsado un 1% semanal gracias al nuevo paquete de gasto público acordado por el Gabinete de Shinzo Abe.
Así como la semana anterior las buenas noticias tuvieron su epicentro en EEUU con el acuerdo sobre el "fiscal cliff" y con el buen dato de empleo, esta semana los impulsos alcistas han venido de Europa y Japón, concretamente de Basilea, China y Japón.
El Banco de Pagos de Basilea anunció el pasado lunes una relajación del llamado coeficiente de liquidez de los Bancos (porcentaje de activos de alta liquidez y de alta calidad que deben mantener en su Balance) tanto en los plazos de adaptación, que se prolongan desde el 2015 hasta el 2019, como en las categorías de activos aptos para el coeficiente, que ahora incluyen también a las acciones de elevada calidad y a los bonos con garantía hipotecaria. Esto ha dado alas a la banca, sobre todo a la banca europea, con subidas de más del 5% en las acciones bancarias en pocos días.
En segundo lugar, China anunció el jueves un muy buen dato de comercio exterior generando así la expectativa de que crecerá más del 8% este año y dando lugar a pensar que la economía global no esta tan débil como parece. El dato impulsó a las Bolsas, pero curiosamente, más a las europeas y americanas que a la Bolsa de Shanghai.
Finalmente, como tercer impulso, en Japón el nuevo primer ministro Shinzo Abe ha decidido, como gran novedad, volver a las políticas de gasto público que ya practicó, con escaso éxito, su partido político hace algunos años. Lo que algunos llaman "abenomics" se parece demasiado a la ya conocida "japanomics", y esencialmente consiste en más gasto público y más inyección monetaria del Banco Central. Una receta ya conocida. Después de 60 trillones de yenes gastados para intentar sacar a la economía japonesa de su atonía, y con una deuda pública que supera ya el 220% del PIB, el nuevo Gobierno ha decidido gastar otros diez trillones más. La única novedad es que Abe ha prometido gestionar mejor esta vez el paquete de estímulos, lo cual tampoco es demasiada novedad en la historia de las promesas políticas.
Se echa de menos que el nuevo Gobierno japonés se centre en problemas como el envejecimiento de la población o la rigidez de la economía nipona, ya que sin resolver esos problemas difícilmente la economía japonesa va a crecer, pero sin duda es más fácil aprobar un nuevo programa de gasto público que liberalizar sectores enfrentándose a lobbies muy poderosos.
Abordamos así la tercera semana del 2013 con la duda de si van a funcionar o no estas políticas de gasto público e inyecciones monetarias. Al final funcionarán, ya que los políticos europeos y americanos parecen descartar otras fórmulas, pero es interesante ver lo que ha pasado en Japón, porque vamos por el mismo camino, y en Japón lo que ha pasado es que llevan veinte años de digestión de su burbuja.
La pregunta es si vamos a una "nueva normalidad" de crecimiento débil de la economía durante varios años y retornos bajos en los activos financieros en general, prevista entre otros por Bill Gross, o más bien volveremos pronto, algunos dicen que a fines de 2013, a la vieja normalidad de los crecimientos altos y las plusvalías de dos dígitos en las inversiones financieras. Las Bolsas, en este inicio de 2013, parecen apostar por esto último, es decir por una vuelta al crecimiento a finales de 2013.
Pero no está claro. Lo que vemos es una auténtica guerra de devaluaciones competitivas.
Vemos al euro en máximos contra el dólar y al yen desplomándose frente al dólar como en agosto 2008, mientras la tasa de paro de la euro zona está en máximos, el 11,8%. No nos parece que ésta sea una vía muy sostenible, pero hay que esperar al desenlace.
A efectos prácticos el viernes que viene es el primer vencimiento mensual de opciones y futuros y por eso pensamos que lo normal es que los vencimientos de opciones y de futuros se hagan en niveles similares a los actuales, sin grandes movimientos. Como siempre el S&P es el índice a seguir y, en nuestra opinión, no es lógico que rompa niveles al alza en la actual situación de la economía global, pero a la vez el fuerte apoyo de los Bancos Centrales pone un cierto suelo a sus bajadas.
Apostamos por una semana de vencimiento de derivados relativamente tranquila.