Si la semana pasada decíamos que algunos indicadores, como el petróleo o los tipos de interés de los bonos a largo plazo, no parecían estar de acuerdo con la visión de la Reserva Federal americana de una economía en pleno despegue hacia una etapa de fuerte crecimiento, esta segunda semana de mayo han sido los consumidores americanos los que han lanzado una nueva señal de duda sobre ese optimista escenario que al parecer maneja la Fed.
Las ventas minoristas de abril, que como señalábamos al finalizar nuestro anterior comentario era el dato fundamental a seguir, subieron un 0,4% frente al 0,6% esperado, y, asimismo, las cifras del primer trimestre publicadas por varios conocidos "retailers", como Macys, JC Penney o Nordstrom decepcionaron, provocando fuertes caídas en sus cotizaciones.
Esos datos ponen en cuestión la idea de que el crecimiento de EEUU vaya a entrar en la deseada "escape velocity" y, además, coinciden con una inflación por encima del 2%. El IPC americano subió el 0,2% en abril, situándose en el acumulado de los últimos doce meses en el 2,2%.
Aunque en abril se ha visto un ligero descenso en el ritmo de subida de los precios respecto a marzo, la coincidencia de un menor consumo y una mayor inflación pone sobre la mesa la inquietud de que al final los estímulos aplicados por la famosa "reflación" de Trump generen, en una economía como la norteamericana, casi en pleno empleo y con un elevado nivel de utilización de la capacidad productiva, poco crecimiento y mucha inflación, en lugar de mucho crecimiento con inflación moderada. Un cóctel que es justo el contrario al que los mercados vienen descontando desde que Trump salió elegido presidente el pasado 8 de noviembre.
En anteriores comentarios hemos indicado que los datos económicos americanos vienen siendo mixtos desde hace ya bastantes meses y su lectura no es fácil, por más que la Fed y los inversores hayan venido haciendo la interpretación más positiva. No es fácil explicar, por ejemplo, que los indicadores de confianza del consumidor, el último el de la Universidad de Michigan publicado hace unos días, mejoren mientras la realidad del consumo empeora.
Es pronto para sacar conclusiones pero, de momento, los malos datos de ventas minoristas en abril, a los que se ha unido el escándalo provocado por el cese del Director del FBI, han pasado factura a las Bolsas, bien es verdad que una factura muy pequeña, por el momento. El Dow, el S&P y el Eurostoxx experimentaron ligeras pérdidas semanales, del entorno del medio punto porcentual, en las últimas cinco sesiones, rompiendo así la racha de las últimas semanas, y nuestro Ibex se dejó más del 2% en la semana.
En Europa también se ha enfriado ligeramente la euforia con la que las Bolsas celebraron la victoria de Macron en Francia. Más allá del alivio por haber evitado el triunfo de Le Pen, los problemas de fondo vuelven a la escena. La música de las propuestas que hasta ahora ha anunciado Macron, tales como la reducción del aparato estatal y del gasto público y el avance hacia una mayor unión política y fiscal en la zona euro, suena bien, pero está por ver si Macron es capaz de poner en marcha esas propuestas y si Alemania ve bien la cesión de soberanía que conlleva la unión política, una cesión de soberanía que probablemente ni siquiera Francia está preparada para aceptar.
La comparecencia de Mario Draghi el pasado miércoles en el Parlamento holandés es una buena muestra de cómo los problemas de la zona euro siguen ahí. Ante las preguntas de varios diputados holandeses sobre una posible ruptura del euro o sobre hipotéticos defaults de miembros del euro, Draghi, visiblemente incómodo, se limitó a decir que esas hipótesis son "imposibles". Una vez más los mensajes oficiales y las preocupaciones reales de los ciudadanos, en este caso de los ciudadanos holandeses, van por caminos diferentes.
Las Bolsas han entrado en una extraña calma, que ha llevado la semana pasada a mínimos la volatilidad, cayendo el Vix por debajo de 10, algo no visto desde 1993. A la vez, los bonos, con los tipos de interés del bund en 0,4% y los del T bond en 2,4%, siguen sin descontar un crecimiento vigoroso.
Esta semana publican sus resultados trimestrales Wal-Mart y otros grandes almacenes como Home Depot o Target, y podremos tener nuevos datos para valorar la fortaleza o debilidad del consumo norteamericano.
Pese a los ligeros recortes de la semana pasada los índices americanos siguen cerca de los récords históricos de todos los tiempos, y los europeos en máximos del año. Terminada ya casi la temporada de resultados, no se ven nuevos catalizadores que puedan mover a las Bolsas y por ello, de momento, y sobre todo a la vista del ya mencionado dato del Vix, seguiríamos manteniendo una posición defensiva, apostando por sectores que, como el petrolero, se han quedado atrás, y por valores de dividendo que también se hayan quedado atrás.
D.Juan Carlos Ureta Domingo
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