Decíamos al terminar nuestro comentario de la semana pasada que no hace falta ningún motivo especial para que las Bolsas bajen cuando previamente han subido mucho, y tal vez, siguiendo esta idea, la corrección de las Bolsas en la tercera semana de agosto no tenga otro motivo que las fuertes subidas de las semanas anteriores.
De hecho, la semana se inició con el S&P y en el Dow Jones marcando su quinto máximo histórico consecutivo, a pesar de los malos datos económicos publicados de madrugada en China, y a pesar de que las Bolsas europeas habían iniciado la semana con recortes. En la sesión del lunes pasado el S&P dobló el nivel que marcó el suelo de la pandemia, el 23 de marzo de 2020, día en el que el S&P cerró en 2.237 puntos). A partir de ese mínimo de marzo de 2020 Wall Street ha vivido el mercado alcista más rápido de la historia. En tan solo 354 sesiones bursátiles el S&P ha conseguido doblar, algo que en otros mercados alcistas ha necesitado, como media, más de mil sesiones.
El mal dato de ventas minoristas de julio en EE.UU. publicado el martes, con una caída del 1,1%, muy por encima de las estimaciones, que se unía al mal dato de confianza del consumidor publicado el viernes 13 de agosto por la Universidad de Michigan, fue un jarro de agua fría en el ánimo de los inversores, al que se sumó el miércoles la publicación de las actas de la Fed. Esas actas muestran que una mayoría de los miembros de su Consejo es favorable a iniciar ya este año la reducción progresiva de las compras de bonos de 120.000 millones de dólares que realiza la Fed cada mes.
La combinación de una Fed endureciendo las condiciones monetarias a la vez que la economía pierde fuerza (no olvidemos que el consumo es el 70% de la economía norteamericana) es el último de los escenarios que desean los inversores americanos ya que es justo el contrario al de una Fed tolerante y acomodaticia en una economía que se reactiva, que estos últimos meses han descontado las Bolsas americanas. Si unimos a lo anterior las señales evidentes de desaceleración en China, con las exportaciones, la producción industrial y las ventas minoristas a la baja según los datos publicados estos últimos días, y con el Gobierno chino dejando claro que es el Partido comunista y no las grandes empresas quien marca la pauta (lo último ha sido la normativa sobre protección de datos, un paso más en el control del Gobierno sobre las tecnológicas chinas) se entiende el amago de corrección que han sufrido las Bolsas esta última semana. Habría que añadir, además, el golpe que ha supuesto en el mundo occidental la fulgurante caída de Kabul, una muestra de falta de liderazgo muy preocupante, se mire como se mire.
Las caídas semanales han sido mayores en las Bolsas europeas y asiáticas, con el Eurostoxx cayendo un 1,9%, el Nikkei un 3,4%, el Shanghai Composite un 2,5%, el Hang Seng de Hong Kong un 5,8% y el Kospi coreano un 3,5%. Las Bolsas norteamericanos vivieron una recuperación en la parte final de la sesión del viernes que redujo las caídas semanales hasta un 0,5% en el S&P, un 0,7% en el Nasdaq y un 1,1% en el Dow Jones.
De nuevo, en el caso de e las Bolsas estadounidenses, asoman los compradores oportunistas, a la espera de la enésima remontada de las Bolsas tras una corrección. El S&P acumula ay nueve meses seguidos sin una corrección 5%, algo que solo ha sucedido otras dos veces en los últimos veinticinco años. Esta situación contrasta enormemente con la del Hang Seng de Hong Kong, que el pasado viernes entró en situación técnica de mercado "bajista" (bear market) al acumular más de un 20% de caída desde sus máximos del pasado febrero. La ya mencionada norma del gobierno chino sobre protección de los datos privados fue la última mala noticia y afectó también al índice Nasdaq Golden Dragon de las grandes empresas chinas cotizadas en EE.UU., que ha caído un 10% esta última semana y más de un 50% desde su pico en febrero. Incluso en las Bolsas americanas hemos visto como el índice Russell 2000 de compañías medianas y pequeñas entro brevemente la semana pasada en situación de "corrección técnica" al perder más de un 10% desde su pico de marzo pasado tras seis jornadas consecutivas de descensos.
Tal vez la mayor novedad de esta tercera semana de agosto es que han aparecido algunas nubes dentro de ese panorama tan despejado que nos ofrecían las Bolsas en las últimas semanas. Un panorama demasiado idílico, que ha llevado al famoso inversor Michael Burry, que hizo su nombre apostando contra las hipotecas "subprime" en el 2008, a tomar una fuerte posición bajista contra el ETF Ark Innovation. Ark Innovation y su gestora, Cathie Wood, son como el "poster boy", el icono, de las nuevas Bolsas post Covid y simbolizan como nadie el paradigma del nuevo mercado alcista, basado en la innovación, pero generosamente financiado por la Fed.
Burry no parece compartir la visión de Cathie Wood, cuyas principales apuestas son Tesla y el bitcoin. Cathie Wood cree firmemente en un nuevo escenario en el que los ganadores se llevaran todo y por eso concentra sus apuestas en lo que ella considera "winners". Las Bolsas post Covid le dieron la razón hasta el pasado marzo, con las redes sociales moviendo los valores clave de Ark Innovation, pero a partir de ahí han empezado a dudar. Michael Burry está muy lejos de esa nueva Bolsa algorítmica movida por las redes sociales y por la mercadotecnia, y no parece estar muy de acuerdo, por ejemplo, en que la cotización del bitcoin vaya a alcanzar, como sostiene Cathie Wood, el medio millón de dólares. Por el contrario, Michael Burry es el representante del modelo basado en el análisis de fundamentales, y no en las exponenciales proyecciones futuristas que propone la "exonomics". Será muy interesante, ver, en los próximos meses, cuál de las dos visiones es la acertada.
De momento, el amago de corrección de la semana pasada ha sido provocado por algo tan "tradicional", tan del viejo mundo, como la publicación de las actas de la Fed, que reflejan la opinión favorable de un buen número de miembros de su Consejo a empezar a recortar el volumen de las compras de bonos este mismo año. Aunque esto no supone todavía retirar liquidez, sino solo inyectar menos, el temor a que eso ocurra, unido al mal dato de ventas minoristas de julio, antes comentado, ha podido con unos resultados del segundo trimestre de las cadenas minoristas (WalMart, Home Depot, Target, ...) que han estado bastante bien. Lo cual da una muestra de la enorme sensibilidad de las Bolsas a cualquier mínima alteración de la política monetaria ultra expansiva.
Sin duda los responsables de la Fed que a partir del próximo jueves hablan telemáticamente en Jackson Hole tendrán en cuenta esa enorme sensibilidad y, en nuestra opinión, tratarán de rebajar el temor de los mercados ante un endurecimiento monetario. Es la primera prueba de fuego para ver si realmente la Fed puede llevar a cabo esa misión casi imposible de volver a una cierta normalidad monetaria.
Hay otros datos interesantes en la semana, como los resultados de Salesforce, Best Buy, Nordstrom, Snowflake, Dollar General o Peloton, entre otros, pero todas las miradas se concentrarán en el discurso de Powell en Jackson Hole el viernes por la mañana.
Tal vez, como decíamos al principio, no hagan falta motivos para que haya recortes en unas Bolsas que han subido tanto, pero desde luego haberlos los hay y ello nos llevaría a apostar por una subida de la volatilidad en las próximas semanas, aun a riesgo de equivocarnos.
Juan Carlos Ureta Domingo
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