Una vez más la aparente tranquilidad que podría deducirse de la evolución semanal de los índices (S&P +0,77% Dow Jones +1,3% Nasdaq +0,01%) no refleja en absoluto la realidad de unas Bolsas que, sobre todo en el caso de las americanas, han tenido bruscos cambios de tendencia en todas y cada una de las sesiones de esta última semana.
El lunes pasado empezó con fortísimas caídas en las Bolsas europeas (el Eurostoxx cayó más de un 4% en la sesión), y en las americanas vimos una remontada histórica, al pasar el S&P de bajar un 4% en la primera parte de la sesión a subir un 0,3% en el cierre. El Nasdaq pasó de bajar un 5% a acabar la sesión en positivo, algo no visto desde enero de 2008. El martes vimos lo mismo, bajadas iniciales y subidas posteriores, aunque algo más suaves, justo lo contrario de lo que pasó en las sesiones del miércoles y del jueves, que empezaron bien para desinflarse luego. En el caso del miércoles la culpa la tuvo por el comunicado de la Fed y el tono "hawkish" de su presidente Jerome Powell. La traca final de la semana llegó el viernes, de la mano de Apple, que con sus buenos resultados impulsó al alza al resto de las tecnológicas y al conjunto de las Bolsas americanas.
Al final, la semana se ha cerrado con ligeras subidas para las americanas, que lograron cerrar en positivo gracias a la subida el viernes del 3,1% en el Nasdaq, del 2,4% en el S&P y del 1,65% en el Dow. Las europeas han sufrido caídas semanales no muy grandes (Ibex -1%, Eurostoxx -2,2%) pero en las asiáticas y emergentes los descensos han sido más fuertes (Nikkei -2,9%, Shanghai Composite -4,6%, MSCI de emergentes en dólares -4,3%)
Las Bolsas se han movido así, a lo largo de la última semana de enero, entre el miedo a la Fed y a la guerra de Ucrania, por un lado, y la realidad de unos buenos beneficios empresariales, sobre todo los de Microsoft y Apple, que invitan a comprar en los recortes ('buy the dips'). Una situación que se ha traducido en esos bandazos hacia uno y otro lado que no se veían hace mucho tiempo, y que ponen de manifiesto la desorientación y las dudas que están sufriendo los inversores en estos primeros compases del 2022.
La desorientación y las dudas fueron muy visibles tras publicar Apple sus magníficos resultados el jueves después del cierre de la sesión (after hours). Al principio, los futuros del Nasdaq subieron, tras conocerse las cifras, pero luego por la noche en la sesión asiática recortaron, y el tono negativo se prolongó en la mañana del viernes y ya por la tarde en los primeros compases de la sesión americana. Fue solo en la segunda parte de la sesión cuando volvieron las alzas, con gran fuerza, lideradas por Apple que acabó subiendo un 7% en la jornada.
Ese rally del viernes a última hora ha permitido, como decíamos, a los índices americanos, con la excepción del Russell 2000, cerrar su primera semana en positivo del año, pero, a falta solo de una sesión, parece difícil que enero pueda finalizar en números negros, ya que incluso después de la extraordinaria sesión del viernes, el S&P cae un 7% en el mes y el Nasdaq un 12%.
Más allá de cómo terminen los índices y más allá del impacto de la situación en Ucrania, lo sucedido en enero nos suscita algunas reflexiones.
En primer lugar, enero ha confirmado que los problemas de fondo que aparecieron a partir de septiembre siguen ahí. La crisis energética, la inflación y los cuellos de botella en suministros básicos han cambiado la percepción sobre la economía y en consecuencia el ánimo inversor. Ya no hay una expectativa de crecimiento armónico sin inflación y sin tensiones. La sensación es que la transformación de la economía no va a ser tan fácil como se pensaba, y que puede provocar de forma simultánea problemas de inflación y de crecimiento. En enero el Banco Mundial, la OCDE y el FMI han rebajado sus estimaciones de crecimiento para el 2022 y 2023.
Una segunda reflexión es que sin tecnológicas no hay bolsas alcistas. La tecnología ha sido y debe seguir siendo el sector líder en este ciclo alcista de las Bolsas. A pesar de la subida del viernes, el Nasdaq acumula una caída del 12% desde que empezó el año. Esa situación del Nasdaq es por sí misma un interrogante abierto sobre la continuidad del rally alcista de 2021.
En tercer lugar, se confirma la divergencia, la "K", tanto en la economía como en las Bolsas. Lo que sucedió en el 2021, con algunas empresas disparadas al alza mientras otras caen sin parar, sigue ocurriendo en el inicio del 2022. Hay divergencias entre países, entre sectores y entre empresas. Hay divergencias incluso dentro del propio sector tecnológico. Las grandes compañías de infraestructuras digitales, los Apple, Microsoft, Google, Facebook o Amazon suben, pero otras compañías han entrado en caída libre. Un ejemplo lo teníamos esta última semana en Robinhood, que cayó el jueves un 14% tras presentar sus cifras y que pierde ya más de un 80% de su valor desde máximos. Lo que impulsa las operaciones corporativas como se ha visto en la compra de Activision por Microsoft.
La pregunta a la vista de lo sucedido en enero y habiendo recuperado el S&P, tras haberlo perdido, el nivel de la media móvil de 200 sesiones, es: ¿estamos ante una corrección transitoria o ante algo más serio? A nuestro juicio, haga lo que haga la Fed, la respuesta a esa pregunta va a depender del crecimiento. En el pasado hemos visto periodos de normalización monetaria que no han sido malos para las Bolsas cuando han coincidido con un fuerte crecimiento económico. Pero si no hay crecimiento las Bolsas se verán abocadas a una seria corrección, aunque la Fed dé marcha atrás en la normalización. Es verdad que el PIB americano ha crecido un 6,9% en el cuarto trimestre de 2021, muy por encima del 2,3% del tercer trimestre y del 5,5% de las estimaciones de consenso, pero la lectura detenida del dato genera dudas sobre los trimestres siguientes.
Esta semana se reúnen el BCE y el Bank of England y veremos dos visiones distintas. El BCE no quiere subir tipos y el BoE seguramente lo haga. Además, se publica el PIB de la zona euro del cuarto trimestre, los ISMs americanos de manufacturas y servicios y, sobre todo, el informe de empleo americano de enero que se conocerá el viernes.
En el frente corporativo, presentan resultados grandes tecnológicas como Alphabet/Google, Amazon, Meta, o Qualcomm y además otras muchas empresas como Exxon, Ford, General Motors, Santander o Merck por citar solo algunas.
Seguimos pensando que la clave está en las tecnológicas, pero con el petróleo acercándose a los 100 dólares y una Fed decidida a mostrar firmeza frente a la inflación, la posibilidad de que el endurecimiento monetario acabe afectando incluso a las "big tech" es real.
Por ello, pese a los magníficos resultados presentados por Microsoft y Apple, pensamos que la volatilidad va a continuar y que la corrección puede ir a más, aunque de momento esta semana tal vez se vea contenida por los buenos resultados que previsiblemente seguirán presentado las compañías.
Juan Carlos Ureta Domingo
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