La inteligencia artificial generativa y la expectativa de que la Fed baje tipos, que de alguna manera han sido los dos grandes factores alcistas de las Bolsas este año, han tenido también un especial protagonismo en los mercados esta última semana, pero curiosamente en esta ocasión el impacto de ambos ha sido de signo contrario.
La inteligencia artificial ha tenido su nuevo “momento estelar” con los resultados de Nvidia, que se publicaron el miércoles pasado tras el cierre de los mercados. Nvidia, que se ha convertido por derecho propio en el “poster child” de la inteligencia artificial, dio muy buenas cifras “after hours” y aún mejores expectativas de futuro, que provocaron una respuesta entusiasta de los inversores en la sesión del jueves, en la que las acciones de Nvidia subieron un 9,3%.
El impacto de la Fed, como decíamos de signo contrario, llegó también en la sesión del jueves, con la publicación de las actas de la última reunión, que ponían de manifiesto una posición muy cautelosa de la mayor parte de los miembros de su Consejo en relación con las bajadas de los tipos de interés, posición que ya había venido siendo repetida en todas las intervenciones recientes de los consejeros de la Fed, con Loretta Mester, de la Fed de Cleveland, a la cabeza. Lógicamente el impacto en los inversores fue, en esta ocasión, bastante negativo y, de hecho, el jueves el Dow Jones sufrió su peor sesión desde marzo de 2023 con una caída del 1,5%. Gracias a lo que podríamos llamar “efecto Nvidia”, la caída del Nasdaq en la sesión del jueves, e incluso la del S&P, fueron bastante más moderadas, del 0,7% en el caso del S&P y de solo el 0,39% en el caso del Nasdaq.
El “efecto Nvidia” ha sido aún más visible en términos semanales, ya que el índice tecnológico Nasdaq ha sido el único que ha cerrado en positivo la semana, con un alza del 1,4%, mientras que el Dow Jones ha bajado un 2,3% en la semana y el S&P ha quedado plano. Si miramos a las Bolsas europeas, la diferencia es aún más clara, ya que todas ellas han bajado en la semana, con el Eurostoxx bajando un 0,6% y algunas, como el Mib italiano, bastante más. En las restantes Bolsas, en general, hemos visto también caídas semanales, con el Nikkei bajando un 0,4% y el CSI chino un 0,2%.
Volvemos así al escenario de unas Bolsas muy impulsadas por los valores tecnológicos, aunque ahora podríamos decir que, sobre todo, por un valor: Nvidia, que ha roto todas las medidas con sus resultados, y que es realmente el que marca la diferencia. Con su “market cap” de 2,6 millones de millones de dólares, Nvidia se ha convertido ya en el tercer valor por capitalización bursátil, muy cerca ya de Apple, y distanciándose cada vez más del cuarto, Alphabet, y del quinto, Amazon. Esta última semana Nvidia ha subido un 15%, dejando muy atrás a todas las restantes megatecnológicas, ya que Microsoft ha subido un 2,3% en la semana, Apple un 0,06%, Meta un 1,3% y Tesla un 1%. Incluso hemos visto bajadas semanales en Alphabet (-0,6%) y en Amazon (-2,14%). Si nos vamos al término anual, o a los últimos doce meses, las diferencias son aún mayores. Nvidia, con su revalorización del 115% desde el uno de enero y de casi el 250% en los últimos doce meses, bate muy ampliamente a cualquiera de los otros siete magníficos.
Las Bolsas siguen, en definitiva, ese debate entre lo “macro” y lo “micro”, y la sensación es que la parte “macro” se ha deteriorado bastante. Al iniciarse el año la expectativa era de fuerte moderación de la inflación, como consecuencia de varias bajadas de los tipos de interés (se hablaba incluso de seis o siete) y de fuerte reactivación gracias a la bajada de tipos y a la nueva revolución de la inteligencia artificial. Esa expectativa macro se ha desinflado bastante. Ya no se habla más que de una o dos bajadas de tipos, incluso en la zona euro, donde Joachim Nagel, presidente del Bundesbank dijo el martes pasado que “bajar los tipos en junio no significa que vayan a seguir bajando”. En cuanto al crecimiento, hay datos que apuntan a una cierta fatiga de los consumidores. Jamie Dimon, presidente de JP Morgan, reiteró la semana pasada que no hay que descartar el escenario de un “aterrizaje brusco” en la economía norteamericana.
Queda viva, y esto conecta con la parte “micro”, la esperanza en la revolución de la inteligencia artificial como motor de un fuerte crecimiento; y por eso Nvidia, como emblema de la nueva inteligencia artificial, no para de subir. Pero es difícil pensar en una continuidad de las subidas si la economía en su conjunto se desacelera.
Esto nos hace volver a la Fed y a los Bancos Centrales, porque es difícil pensar en que el crecimiento económico tenga continuidad si no hay ayuda de los Bancos Centrales. Damos por sentado que la habrá, primero bajando los tipos y luego manteniendo la liquidez, es decir, siendo muy cautelosos en la reducción de balance, tan cautelosos que incluso a lo mejor no hay reducción de balance. Lo que pasa es que la asistencia financiera de la Fed y de los Bancos Centrales va a ser, en nuestra opinión, muy diferente a la de los buenos viejos tiempos de las inyecciones de dinero (QE) ilimitadas y los tipos de interés cero (ZIRP). Ahora vamos a una asistencia limitada, condicionada y con precio.
Vamos a un escenario de lucha por los recursos financieros en lo monetario y en la economía real de lucha implacable por las cuotas de mercado y por los márgenes, es decir, a un escenario “duro”, darwinista. De alguna manera es lo que hemos visto esta semana última con Nvidia subiendo mientras el Dow Jones bajaba y mientras otras muchas empresas, incluso tecnológicas, bajaban, lo cual es, a nuestro juicio, un anticipo del futuro que viene, un futuro, como hemos dicho en muchas ocasiones, no catastrofista, no dramático, pero complejo y nada fácil, en el que habrá ganadores exponenciales y perdedores exponenciales.
Hay gestores y analistas que creen que el movimiento alcista de valores como Nvidia se va a extender al resto de la Bolsa, dando así amplitud a las subidas. En este sentido, por ejemplo, la CEO de Ark Invest, Cathie Wood, cuyo buque insignia ARK Innovation ETF baja un 17% en lo que va de año, decía el jueves pasado en un evento de la red social “X” (antes Twitter) que podemos ver alzas generalizadas en las Bolsas en el cuarto trimestre al cambiar el sentimiento inversor a positivo cuando bajen los tipos de interés y la inflación caiga aún más. Pero tal vez sea una visión demasiado optimista, basada más bien en el deseo.
Esta semana hay algunas noticias económicas como la confianza del consumidor norteamericano medida por al Conference Board el martes, el Beige Book de la Fed sobre el estado de la economía norteamericana el miércoles, la segunda lectura del PIB de EE. UU. el jueves o el PMI de manufacturas de China el viernes y, sobre todo, el llamado “PCE deflator”, es decir, el deflactor del consumo privado norteamericano en abril, que es el indicador de inflación preferido por la Fed.
Apostaríamos por unas Bolsas tranquilas, tal vez ligeramente positivas, para terminar un mes de mayo que, al calor de los buenos resultados empresariales y de noticias económicas mixtas, ha aguantado bastante bien.
Juan Carlos Ureta Domingo
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