La reunión del FMI de otoño, celebrada en Washington la semana pasada, ha confirmado que el crecimiento económico va a ser todavía débil en 2014. Pero, de forma un tanto sorprendente, las Bolsas siguen poniendo su foco solo en las inyecciones monetarias de la FED, sin importarles si esas inyecciones conducen o no al crecimiento, y han hecho caso omiso de las previsiones del FMI. Por eso las Bolsas se dispararon al alza de nuevo a partir del miércoles, fecha en la que Yellen fue elegida formalmente como próxima presidenta de la FED, apresurándose a confirmar que su prioridad será el empleo, es decir, que seguirá imprimiendo dinero.
En la zona euro el Eurostoxx 50 subió un 1,6% en la semana, el Ibex 35 un 2,6% y el Dax un 1,2%. En Estados Unidos, el Dow Jones subió un 1% en la semana y el S&P 500 un 0,5% gracias, en ambos casos, a la fuerte subida la sesión de cierre semanal del viernes. Esto permitió al S&P superar de nuevo los 1700 puntos, bien es verdad que por muy escaso margen. El Nikkei ha subido un 2,2% en la semana.
La idea básica de los inversores es que, con Yellen a los mandos de la FED seguirá habiendo abundante liquidez, y la liquidez es lo que, desde hace tiempo, está moviendo a unos mercados que simplemente no quieren mirar a los fundamentales, porque manejan la idea de que si hoy las cosas están mal, mañana estarán mejor gracias al chorro de dinero nuevo que se inyecta cada mes. Una idea discutible y tal vez peligrosa, como decíamos en nuestro anterior comentario (El crecimiento y el test de los resultados), pero que hoy por hoy es aceptada sin ningún tipo de duda por casi todos. Salvo una pequeña minoría que alerta de que la FED puede estar sembrando la semilla que conduzca a una futura crisis financiera, peor que la anterior.
Hoy por hoy nadie escucha estas voces minoritarias y cabe pensar que bajo el mando de Yellen la FED retrasará sine die el llamado "tapering" es decir, la reducción gradual de las inyecciones mensuales, retrasando incluso su inicio más allá de diciembre o enero, que es la fecha en la que muchos piensan que la FED empezará a retirar dinero, tras la sorpresa del retraso de septiembre. Las ya mencionadas palabras de Yellen el pasado miércoles, nada más ser nombrada, son toda una declaración de intenciones para quien desee escuchar, si bien tampoco hacía mucha falta, dada la trayectoria de la nueva presidenta de la FED.
Así las cosas caben dos escenarios. El primero, y hoy por hoy el más probable, es que los mercados sigan entregados a la fiesta de la liquidez, y continúen subiendo aunque los datos económicos y los resultados empresariales sean tibios. El segundo es que los inversores empiecen a cuestionar, como podría estar pasando ya en Japón, la eficacia de la QE indefinida, sobre todo si no llega el crecimiento económico. A corto plazo lo normal es pensar en lo primero, es decir, en que los mercados seguirán muy optimistas mientras haya más dosis monetarias, aunque la economía no crezca.
Pero hay otras cosas aparte de la FED. Las conversaciones entre los dos grandes partidos en EEUU para llegar a un acuerdo sobre el techo de deuda seguirán moviendo a los mercados, bajo la tesis básica de que al final habrá acuerdo. Hay que seguir mirando muy de cerca lo que pasa en los emergentes, sobre todo tras los nuevos datos de China que muestran una bajada en sus exportaciones. Al final si la demanda de los países desarrollados no acaba de crecer (atención en este sentido al mal dato de confianza del consumidor americano medido por la Universidad de Michigan que se publicó el pasado viernes) los emergentes se verán afectados, y los sucesivos flujos de "dinero caliente" que les lleguen desde la FED o desde otros Bancos Centrales solo servirán para subir sus costes quitándoles competitividad y para elevar los precios de los activos.
Hay que mirar también a la zona euro, donde la formación del Gobierno alemán y la sentencia del Tribunal Constitucional alemán sobre el ESM son dos referencias claves.
Y, por supuesto, hay que mirar a los resultados. Numerosas e importantes empresas como Citigroup, Coca Cola, IBM, Google, Johnson&Johnson, General Electric, Bank of America, Goldman, o Morgan Stanley, entre otras, reportan sus cifras trimestrales.
Los índices se mueven otra vez en la parte alta de sus rangos con subidas anuales acumuladas de casi el 20% en el S&P y en nuestro Ibex, y de casi el 40% en el Nikkei. Son niveles que en nuestra opinión, y aun a riesgo de equivocarnos, imponen ser muy selectivos o bien gastar algo de dinero en coberturas.