Aunque la aparente tranquilidad de las Bolsas estas últimas semanas parece sugerir lo contrario, 2021 está siendo un año casi tan extraño e interesante como lo fue 2020, aunque por razones distintas. En el 2020 tras el shock de la pandemia y de los confinamientos masivos emergió la nueva economía digital y verde, cuya traducción bursátil fue impulsar hasta la estratosfera a los valores tecnológicos y a las empresas que se suponían ganadoras en el mundo post Covid, como las vinculadas a energías renovables. Esa explosión alcista se contagió al resto de los sectores, sobre todo en las Bolsas americanas, dando lugar a una exuberancia (el Nasdaq subió un 44% en el año) que el consenso calificó como "racional", al calor de la contundente respuesta dada por los Gobiernos y los Bancos Centrales a la pandemia. La idea es que en un mundo de tipos cero para siempre, las valoraciones cambian y, en base a esa idea, subidas como las de Tesla, Plug Power, Amazon, Netflix y otras acciones han sido realmente espectaculares y marcan un antes y un después en las Bolsas.
Este año, y sobre todo en los dos últimos meses, las acciones tecnológicas han entrado en una fase de tranquilidad, y las cotizaciones de empresas como Apple, Amazon, Microsoft, Alphabet/Google o Netflix no han subido o incluso han corregido ligeramente, pese a que en general sus resultados del primer trimestre han sido muy buenos. Parte del dinero ha ido a los valores vinculados a la reapertura de las economías, pero otra parte se ha trasladado a los criptoactivos, con el bitcoin a la cabeza, y a las llamadas "meme stocks", las acciones que se han popularizado a través de redes sociales como Reddit y que se mueven al son de los tuits y mensajes que lanzan personajes como Elon Musk o plataformas como WSB (Wall Street Bets).
Esta primera semana de junio ha sido un buen ejemplo de ese desplazamiento del dinero y de la atención de los inversores hacia las "meme stocks". Los índices bursátiles han estado bastante tranquilos, continuando la tónica de la última semana, pero hemos visto movimientos extraordinarios en varias empresas "meme" sobre todo en AMC Entertainment. Asimismo, hemos podido ver a los partidarios del bitcoin redoblando sus apuestas.
Empezando por los índices bursátiles, apenas se han movido y lo habrían hecho aún menos de no ser por la sesión de cierre semanal, que se animó en Wall Street tras la publicación del informe de empleo americano de mayo, con 560.000 nuevos empleos creados, menos de los 650.000 esperados, pero más de los 278.000 del pasado mes de abril. Es el típico dato que gusta a los inversores, al mostrar una recuperación económica que avanza, pero no a ritmo tan grande como para mover a la Fed a subir tipos y retirar estímulos. Así al final, y gracias a esa subida del viernes, el S&P y el Dow Jones han avanzado un 0,6% en la semana, y el Nasdaq y el Eurostoxx un 0,5%, mientras que nuestro Ibex, impactado por las acciones bancarias y eléctricas, ha recortado un 1,5% e igualmente han bajado ligeramente el Nikkei (-0,7%) y la Bolsa china. Movimientos todos ellos bastante suaves.
Esa tranquilidad contrasta con lo que ha pasado en las llamadas "meme stocks". Los movimientos que vimos en enero en acciones como Gamestop, BlackBerry o AMC Entertainment se han quedado cortos ante lo que hemos visto la semana pasada. Y por supuesto la llamada fiebre de las "punto com" del año dos mil parece un juego de niños al lado de lo que ahora está pasando con estas acciones "meme". En concreto AMC Entertainment ha tenido una semana histórica, en la que ha acabado subiendo un 83% en la semana y acumulando ya una subida del 2.200% en lo que va de año, lo cual la sitúa como nueva "reina" de las acciones "meme" desbancando a Gamestop, que es la segunda con una subida acumulada del 1.300%.
Por supuesto tanto AMC como Gamestop pierden dinero, de hecho, AMC es una compañía altamente endeudada que hace poco estaba al borde de la quiebra, pero los fundamentales son lo de menos en este tipo de compañías. AMC tras las últimas subidas capitaliza más de 23.000 millones de dólares y, además, fue la acción más negociada el jueves en el Nasdaq con más de quinientos millones de acciones cambiando de manos.
En el campo de las criptodivisas, el bitcoin sigue luchando por recuperar los niveles previos a la fortísima caída que sufrió tras la prohibición del Gobierno chino a sus Bancos de realizar operaciones con criptomonedas. Ha intentado superar otra vez los 40.000 dólares, pero al final se ha tenido que conformar con sostenerse alrededor de los 35.000 dólares. Pero los defensores del bitcoin, lejos de desanimarse por el revés sufrido en mayo, están más eufóricos que nunca. Esta semana ha tenido lugar en Miami la Bitcoin 2021 Conference, y el "movimiento", como lo calificó en la apertura el alcalde de Miami, puso en valor su particular "narrativa" sobre lo que el bitcoin representa. Las dos palabras más repetidas fueron "liberty" y "freedom". La idea de unas finanzas descentralizadas y liberadas del control de los gobiernos y los Bancos Centrales es muy potente y seductora. Jack Dorsey, el multimillonario fundador de Twitter y Square (esta última invierte su tesorería en bitcoins), aseguró en su intervención en la Conferencia que trabajará el resto de su vida para hacer accesible a todos el bitcoin, porque internet necesita su moneda "nativa".
La gran pregunta es: ¿estamos de verdad ante un mundo nuevo, de libertad monetaria individual, en el que el monopolio de creación del dinero ha desaparecido gracias a las tecnologías de registro descentralizado (blockchain)? ¿O, por el contrario, el bitcoin y su fulgurante subida no es sino un subproducto más de la excesiva liquidez que la Fed ha lanzado al sistema? ¿Estamos ante la gran revolución financiera del siglo XXI o ante una variante moderna de las famosas estafas piramidales?
Esa es, a nuestro juicio, la pregunta y su respuesta está unida a la batalla de las valoraciones en el mundo post Covid. Si realmente pensamos que el blockchain y la revolución de la inteligencia artificial van a crear un mundo nuevo exponencialmente mejor, todas las valoraciones tienen sentido. En ese nuevo "mundo feliz" digital hasta puede ser racional pensar que el bitcoin alcance los 500.000 dólares (medio millón) o que la acción de Tesla supere los tres mil dólares, como dice Cathie Wood, la gestora de Ark Capital. O pensar que el S&P supere los 10.000 puntos, pese a que la Bolsa americana esté sobrevalorada en cualquiera de las métricas habituales con que las queramos medir (PER, Cape, Ratio Q, capitalización bursátil versus PIB...). Si, por el contrario, hay burbuja en los activos digitales y en los "meme stocks", y pincha, entonces a las Bolsas americanas, y de rebote a todas las restantes Bolsas mundiales, les queda poco recorrido.
Los próximos meses van a ser muy determinantes para responder a esas preguntas. Tal y como decíamos la semana pasada, las Bolsas llevan un mes y medio moviéndose en una franja lateral, y pueden optar por tres caminos. El primero es una brusca caída, escenario descartable mientras la Fed siga apoyando. El segundo, que es el que proponen gestores como Cathie Wood, sería una vuelta a la euforia superando de largo los máximos históricos, en base sobre todo a los valores más "futuristas", como Tesla, o los valores de energías renovables. El tercer camino es la consolidación lateral o ligeramente bajista, que en nuestra opinión debería ir acompañada de una corrección amplia y profunda en los criptoactivos y en las "meme stocks". Nos inclinaríamos, aun a riesgo de equivocarnos, por este tercer escenario.
Si las Bolsas entran en esa fase lateral, para obtener rentabilidades diferenciales la selección de valores va a ser determinante, partiendo de que en todo caso la renta variable sigue siendo el activo claro para invertir. Tras un periodo, desde noviembre del pasado año, en el que las Bolsas han apostado más por los valores de reapertura, ahora las tecnológicas deberían tomar un cierto relevo, pero los temores de inflación las afectan mucho. Asimismo, las bolsas europeas deberían tomar el relevo de las muy sobrecalentadas Bolsas americanas, pero ahí nos topamos con los problemas de gobernanza de la Unión Europea, que impiden el despegue de la zona.
La inflación americana de mayo, que se publicará el jueves, es uno de los grandes anuncios de la semana, tras la subida del IPC en abril al 4,2%. El jueves también se reúne el BCE, sin que haya que esperar ninguna sorpresa a pesar de que la inflación ha llegado al 2% en mayo a la zona euro, algo no visto desde 2012, y el viernes se publica la confianza del consumidor medida por la Universidad de Michigan.
Esperaríamos una nueva semana tranquila en las Bolsas, salvo que haya sustos en el bitcoin o en las "meme stocks".
Juan Carlos Ureta Domingo
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