Opinión

La fiesta del consumo y la 'revisión estratégica' de Lagarde


A pesar de las caídas del viernes, cercanas al medio punto porcentual en los tres principales índices, las Bolsas americanas han cerrado un magnífico mes de noviembre, con subidas mensuales del 3,4% para el S&P, del 3,7% para el Dow y del 4,5% para el Nasdaq, lo que convierte a noviembre en el mejor mes desde junio para los tres índices mencionados. Los restantes índices globales se han tenido que conformar con subidas algo más moderadas, del 2,7% para el Eurostoxx, del 2,9% para el Dax, del 1,6% para el Nikkei, y del 1% para nuestro Ibex, gracias en el caso del Ibex a las alzas de esta última semana. Como datos llamativos, por un lado, la persistente debilidad de la Bolsa china, que ha continuado en noviembre, con una caída del Shanghai Composite de casi el 2% en el mes, y, relacionado con lo anterior, el mal comportamiento de las Bolsas emergentes, con una caída mensual del MSCI Emerging Markets en dólares del 0,2%.

La última semana del mes ha seguido el mismo patrón, con avances mayores en los mercados americanos. El S&P ha avanzado un 1%, el Nasdaq un 1,7%, el Dow Jones un 0,6%, mientras que las subidas han sido de un 0,4% en el Eurostoxx y de un 0,8% en el Nikkei. De nuevo China ha sido la excepción, con una caída semanal de medio punto porcentual y, de nuevo, los emergentes en general tampoco han estado bien, con una caída esta última semana del 0,8%.

¿Qué lectura hacer de todo lo anterior?

Si revisamos el mes en su conjunto el impulso mayor a las Bolsas americanas y europeas ha venido de las expectativas generadas en torno a la firma antes de fin de año de la llamada "fase uno" del acuerdo comercial entre Estados Unidos y China, esa fase que aparentemente se cerró el doce de octubre en el despacho oval, con aquel apretón de manos entre Trump y el vice primer ministro chino que Trump calificó como el "mayor y mejor acuerdo hecho nunca en la historia". Ese acuerdo aún no se ha firmado, pero las expectativas de que se firme pronto, alimentadas de forma continua por el propio Trump y por sus terminales mediáticas, en particular Larry Kudlow, han ido provocando subidas suaves pero muy continuadas, dando lugar a una sucesión de récords históricos en los parqués norteamericanos a lo largo de las últimas semanas.

Lo curioso es que cuando hay comentarios alentadores las Bolsas suben mucho, pero cuando hay pasos atrás, como el pasado viernes cuando el Gobierno chino reaccionó mal a la firma por Trump de una iniciativa legislativa en apoyo de las protestas de Hong Kong, las caídas son más moderadas. La consecuencia es que la volatilidad, medida por el Vix, se ha seguido desplomando en noviembre, y los niveles de complacencia de los inversores con el riesgo se han disparado.

La razón de que esto sea así ya la hemos comentado muchas veces, el dinero abundante, al reactivar la Fed y el BCE, sus respectivos programas de compra de activos, y el "nuevo paradigma" al que aludía Mario Draghi en su despedida, es decir, la convicción de que los tipos de interés no van a subir nunca. Para completar el cuadro, cada vez es mayor la expectativa de que la economía ha tocado fondo y que llega una reactivación en el 2020. El fantasma de la recesión se aleja, por tanto, definitivamente.

Sin embargo, los datos no acaban de mostrar de forma clara esa pretendida "reactivación". Es verdad que al final Alemania no ha entrado, por los pelos, en recesión, al haber subido su PIB un 0,1% en el tercer trimestre, y es verdad que ha habido algunos datos, como las ventas de automóviles en Europa, mejores de lo previsto. En la misma línea, la segunda lectura del PIB americano del tercer trimestre, que se publicó el pasado miércoles, arrojó una subida anualizada del 2,1%, frente al 1,9% de la primera lectura. Finalmente, en China, este mismo fin de semana se ha publicado el PMI de noviembre, que ha subido al 50,2 desde el 49,3 de octubre. Asimismo, el PMI privado de manufacturas de noviembre elaborado por Caixin/Markit ha subido a 51,8 más de lo esperado.

Pero hay algunas noticias inquietantes en términos del crecimiento que nos espera. El comercio global cayó un 1,3% en septiembre, según datos del CPB World Trade Monitor, y las informaciones que nos van llegando de las balanzas de pagos en octubre y noviembre, como los anticipos de Corea y Japón el viernes pasado, no son buenas. Además, hemos conocido esta semana que India ha crecido solo el 4,5% en el tercer trimestre, el menor ritmo de crecimiento de los últimos seis años y muy lejos de los niveles de más del 8% a los que crecía la economía india a principios de 2018. El dato no es baladí porque India viene contribuyendo cerca de un 9% al crecimiento global desde 2017, solo por detrás de China, que contribuye un 35%, y de Estados Unidos, que contribuye un 18%.

Precisamente lo que ha pasado en India conecta con otra de las lecturas que podemos hacer de noviembre. Uno de los aspectos que más optimismo han creado respecto al futuro de la economía es el buen comportamiento del consumo, sobre todo, pero no solo, en EE.UU. Pues bien, India había experimentado un 'boom' del consumo en los últimos años, financiado de forma bastante agresiva, y por tanto fluida, por la llamada "banca en la sombra". El colapso de uno de los grandes prestamistas de esa "banca en la sombra" desencadenó un efecto de contracción sobre la economía, con contagio a otras entidades financieras, a las pequeñas y medianas empresas, al empleo, y finalmente al resto de la economía real, en un efecto dominó.

El Banco de Reserva de la India ha bajado tipos cinco veces consecutivas desde febrero y se espera que lo haga de nuevo este jueves. A la vez, el Gobierno de Narendra Modi ha subido el gasto público y ha anunciado una rebaja del impuesto de sociedades, pese a tener ya un déficit público superior al 3%. Esto ha creado la expectativa de una posible reactivación de la economía en el cuarto trimestre, pero algunos economistas piensan que más bien podría haber una lenta digestión al retraerse la inversión como consecuencia de lo que ha pasado. Si vemos el detalle del crecimiento en el tercer trimestre la inversión se ha desplomado al 1% interanual, desde el 4% del segundo trimestre, y la producción industrial se ha contraído un 1%, habiendo mantenido el crecimiento sobre todo por el consumo y el gasto público.

El consumo sigue fuerte en Estados Unidos, como lo demuestran los datos de las grandes cadenas minoristas (Walmart, JC Penney, Macy's...) que se han publicado recientemente. El Black Friday batirá una vez más sus propios récords, y con el empleo en máximos nada parece amenazar una buena temporada de ventas navideñas. Pero ¿es sostenible el modelo? Es decir, ¿se puede prolongar sine die un modelo basado en el consumo impulsado por los tipos cero y la liquidez inyectada, pero en el que la inversión productiva no crece?

Tal vez Christine Lagarde debería incluir estas reflexiones en la "revisión estratégica" de la política monetaria del BCE que ha anunciado hace unos días, y en la que ha incorporado la "sostenibilidad" como elemento clave. Pero es improbable que lo haga. Las preocupaciones del BCE sobre la "sostenibilidad" van, al parecer, por otro lado, por el del cambio climático, cuya cumbre se celebra estos días en Madrid. Paradójicamente, todo indica que si se quiere de verdad proteger el planeta y el medio ambiente, lo mejor es limitar el consumo agresivo, en línea con la llamada "economía circular", en lugar de estimularlo artificialmente con tipos de interés negativos. Pero, insistimos, este es un ángulo que seguro que no se va a tocar en esa reflexión estratégica del BCE, que parece apuntar justamente a lo contrario, a que haya mucho consumo para que suba la inflación.

Con el S&P y el Dax subiendo más del 25% desde el inicio de año, el Nasdaq más de un 30%, y varios índices europeos, incluido el Eurostoxx, cerca del 25%, las Bolsas parecen decididas a cerrar un 2019 tan espectacular como inesperado, sobre todo si la tan descontada "fase uno" del acuerdo comercial se firma finalmente. Pero nos deberían inquietar temas como el menor crecimiento de Asia, con China e India a la cabeza, o como la nueva divergencia entre las Bolsas americanas y las emergentes.

Sin llegar a los extremos del verano 2018, antes de la caída del cuarto trimestre, cuando el MSCI de emergentes entraba en mercado técnicamente "bajista" a la vez que el S&P y el Nasdaq batían récords históricos todos los días, ahora estamos viendo de nuevo una divergencia (decouple) entre el MSCI Emerging Markets, que se ha ido desinflando a lo largo del año y a viernes pasado acumulaba una subida en dólares de solo el 7,7% y los índices americanos, con las comentadas subidas de entre el 25% y el 30%. Esta divergencia no es sostenible en el tiempo, en nuestra opinión.

Esta semana hay datos económicos importantes como los ISM de manufacturas y servicios americanos y el informe de empleo americano de noviembre. Pero pocas cosas son capaces de inquietar a unos inversores eufóricos, salvo una muy improbable ruptura de las negociaciones comerciales.

Apostaríamos por una nueva dilación en la imposición de aranceles por EE.UU. a China cuando llegue la fecha límite del 15 de diciembre, y por un inicio de diciembre tranquilo, en unas Bolsas anestesiadas, que han decidido concentrarse en el ángulo positivo e ignorar las amenazas, sobre todo la de la no sostenibilidad del modelo.

Juan Carlos Ureta Domingo
Tel: 91 398 48 05 Email: clientes@renta4.es


El presente artículo de opinión no presta asesoramiento financiero personalizado. Ha sido elaborado con independencia de las circunstancias y objetivos financieros particulares de las personas que lo reciben. El inversor que tenga acceso al presente artículo de opinión debe ser consciente de que los valores, instrumentos o inversiones a que el mismo se refiere pueden no ser adecuados para sus objetivos específicos de inversión, su posición financiera o su perfil de riesgo ya que éstos no han sido tomados en cuenta para la elaboración del presente artículo de opinión, por lo que debe adoptar sus propias decisiones de inversión teniendo en cuenta dichas circunstancias y procurándose el asesoramiento específico y especializado que pueda ser necesario.

El contenido del presente documento así como los datos, opiniones, estimaciones, previsiones y recomendaciones contenidas en el mismo, han sido elaborados por Renta 4, con la finalidad de proporcionar a sus clientes información general a la fecha de emisión del artículo de opinión y está sujeto a cambios sin previo aviso. Este documento está basado en informaciones de carácter público y en fuentes que se consideran fiables, pero dichas informaciones no han sido objeto de verificación independiente por Renta 4 por lo que no se ofrece ninguna garantía, expresa o implícita en cuanto a su precisión, integridad o corrección.

Renta 4 no asume compromiso alguno de comunicar dichos cambios ni de actualizar el contenido del presente documento. Ni el presente documento ni su contenido constituyen una oferta, invitación o solicitud de compra o suscripción de valores o de otros instrumentos o de realización o cancelación de inversiones, ni puede servir de base a ningún contrato, compromiso o decisión de ningún tipo.

Renta 4 no asume responsabilidad alguna por cualquier pérdida directa o indirecta que pudiera resultar del uso de este documento o de su contenido. El inversor tiene que tener en cuenta que la evolución pasada de los valores o instrumentos o resultados históricos de las inversiones, no garantizan la evolución o resultados futuros.

El precio de los valores o instrumentos o los resultados de las inversiones pueden fluctuar en contra del interés del inversor incluso suponerle la pérdida de la inversión inicial. Las transacciones en futuros, opciones y valores o instrumentos de alta rentabilidad (high yield securities) pueden implicar grandes riesgos y no son adecuados para todos los inversores. De hecho, en ciertas inversiones, las pérdidas pueden ser superiores a la inversión inicial, siendo necesario en estos casos hacer aportaciones adicionales para cubrir la totalidad de dichas pérdidas.

Por ello, con carácter previo a realizar transacciones en estos instrumentos, los inversores deben ser conscientes de su funcionamiento, de los derechos, obligaciones y riesgos que incorporan, así como los propios de los valores subyacentes de los mismos. Podría no existir mercado secundario para dichos instrumentos.

Cualquier Entidad integrante del Grupo Renta 4 o cualquiera de las IICs o FP gestionados por sus Gestoras, así como sus respectivos directores o empleados, pueden tener una posición en cualquiera de los valores o instrumentos a los que se refiere el presente documento, directa o indirectamente, o en cualesquiera otros relacionados con los mismos; pueden negociar con dichos valores o instrumentos, por cuenta propia o ajena, proporcionar servicios de asesoramiento u otros servicios al emisor de dichos valores o instrumentos, a empresas relacionadas con los mismos o a sus accionistas, directivos o empleados y pueden tener intereses o llevar a cabo cualesquiera transacciones en dichos valores o instrumentos o inversiones relacionadas con los mismos, con carácter previo o posterior a la publicación del presente artículo de opinión, en la medida permitida por la ley aplicable.El Grupo Renta 4 Banco tiene implementadas barreras de información y cuenta con un Reglamento Interno de Conducta de obligado cumplimiento para todos sus empleados y consejeros para evitar o gestionar cualquier conflicto de interés que pueda aflorar en el desarrollo de sus actividades.

Los empleados de Renta 4, pueden proporcionar comentarios de mercado, verbalmente o por escrito, o estrategias de inversión a los clientes que reflejen opciones contrarias a las expresadas en el presente documento.

Ninguna parte de este documento puede ser: (1) copiada, fotocopiada o duplicada en ningún modo, forma o medio (2) redistribuida o (3) citada, sin permiso previo por escrito de Renta 4. Ninguna parte de este artículo de opinión podrá reproducirse, llevarse o transmitirse a aquellos países (o personas o entidades de los mismos) en los que su distribución pudiera estar prohibida por la normativa aplicable. El incumplimiento de estas restricciones podrá constituir infracción de la legislación de la jurisdicción relevante.

El sistema retributivo del autor/es del presente artículo de opinión no está basado en el resultado de ninguna transacción específica de banca de inversiones.