Durante la semana, la FED mantendrá su reunión de dos días, el martes y miércoles, en la que deberá decidir si prepara el camino para iniciar en junio la normalización (léase subida) de los tipos de interés americanos. Si eliminase de su comunicado la palabra "patient", según ha dicho Yellen, estaría indicando que tras dos reuniones pueden empezar a subir los tipos de intervención.
De esta forma, la atención se desplazará desde la zona euro a los EE.UU, aunque todo indica que los problemas de Grecia seguirán estando presentes en los mercados, para bien o para mal. El viernes vencen los futuros y las opciones trimestrales, es decir, se produce la llamada "triple hora bruja", que determina ganancias o pérdidas a veces muy significativas en las carteras y en las posiciones de los grandes operadores. Por eso, es muy relevante la coincidencia con la reunión de la Fed, especialmente en un momento en el que las Bolsas y los mercados de bonos y de divisas están totalmente supeditados a lo que hagan o digan los Bancos Centrales.
Estamos viviendo una etapa avanzada, tal vez última, de lo que podríamos llamar "intervención monetaria masiva" en los mercados. Una intervención monetaria que han practicado y siguen practicando de forma consciente y voluntaria los Bancos Centrales, y que trae como consecuencia no solo una clara represión financiera que obliga al ahorrador conservador a tomar riesgos si desea obtener un retorno positivo de la colocación de su ahorro, sino, además una serie de dinámicas en los mercados que bien podríamos denominar "juegos financieros", ya que se desconectan casi totalmente de la economía real.
Los juegos financieros empiezan por el mercado de bonos, que es el directamente impactado por las políticas de tipos de interés cero y de compras a gran escala de bonos que vienen practicando los Bancos Centrales. En la zona euro, por ejemplo, tras el anuncio del plan de compra de bonos por el BCE el pasado enero, hemos visto como se han extendido de forma asombrosa los tipos de interés negativos en los bonos soberanos de alta calidad (por ejemplo el Tesoro alemán tiene ya más del 60% de sus emisiones con tipos negativos) y hemos visto también una no menos asombrosa contracción de las primas de riesgo. A fecha del viernes pasado, por ejemplo, la prima de riesgo del bono francés con el alemán a diez años estaba ya solo en 24 puntos básicos y la del español en 89 puntos básicos. Es cuando menos dudoso que estas primas reflejen los fundamentos de cada Tesoro, más bien parecen derivar de la intervención del BCE, que asegura a quien compre hoy bonos que habrá un comprador futuro, el BCE, obligado a comprar al precio que sea. Luego hay que ponerse delante (front running).
La segunda fase de los juegos financieros son las Bolsas. Los datos muestran que desde que el BCE anunció la compra de bonos (QE) el flujo de dinero hacia las Bolsas de la zona euro se ha disparado. La idea es simple: el BCE va a obligar a los inversores a moverse a la renta variable, y eso la hará subir, luego es mejor adelantarse (front running). Es verdad que ha habido mejores datos económicos y de empresas en la zona euro que en EE.UU. De hecho, los datos de la economía norteamericana han sido algo decepcionantes, como por ejemplo, sin ir más lejos, las ventas minoristas de febrero que conocimos el pasado jueves o el indicador de confianza del consumidor americano, medido por la Universidad de Michigan, que conocimos el viernes. En general, los datos americanos han sorprendido a la baja y los europeos al alza. Pero es dudoso que esto por sí solo explique el pánico comprador en el Dax, mientras el S&P lleva tres semanas cayendo. Al fin y al cabo, una parte del mercado de las exportaciones alemanas son los EE.UU.
Un tercer escenario de los juegos financieros son las divisas. El euro se ha desplomado tras la intervención del BCE en los mercados de bonos. Al bajar los tipos de interés hay más deseo de endeudarse en euros para invertir en dólares o para cancelar préstamos en dólares, y eso acelera la subida del dólar y la caída del euro, de nuevo sin mayor atención a los fundamentales. El euro está ya por debajo de 1,05 dólares, muy cerca de la paridad, y jugar contra el euro parece como tirar a parado.
A su vez, la caída del euro impulsa las exportaciones y los beneficios de las empresas europeas y eso favorece aún más a las Bolsas. La verdad es que parece un círculo perfecto y sin fin.
La pregunta sería ¿por qué hay tanto dinero que se coloca en tipos de interés negativos si es tan fácil obtener retornos con solo, por ejemplo, comprar el Dax y esperar? Si nos fijamos, hay como dos grandes bloques de dinero, el híper conservador, que se coloca en bonos de altísima calidad aun a costa de sufrir tipos negativos, y el arriesgado, que compra bonos de menor calidad o acciones europeas. Un dinero tiene miedo y el otro quiere riesgo, hay una divergencia clara también en el dinero.
No sabemos cuál de los dos tendrá al final razón, pero lo que sí podemos pensar es que la reunión de la FED de esta semana es relevante para ver la sostenibilidad del modelo de los "juegos financieros". La FED inició sus compras de bonos en 2009. No fue el primer Banco Central que lo hizo, ya que el Banco de Japón las había iniciado en el 2001. Pero sí fue la FED la que impulsó al Banco de Japón en abril de 2013 a dar un paso más en sus inyecciones monetarias inyectando el equivalente al 1% del PIB de Japón cada mes y la que, más recientemente, ha movido al BCE a tomar su decisión de comprar bonos para evitar la deflación en la zona euro. La tesis del BCE, como antes la tesis del Banco de Japón, es que la caída del euro generará inflación, que es el objetivo declarado (no está tan claro si el objetivo real).
Lo que tenemos como consecuencia de los "juegos financieros" es una ingente masa de liquidez moviéndose de unos sitios a otros, y este año le ha tocado a los bonos y las Bolsas de la zona euro, sobre todo la alemana.
La semana pasada vimos como el Dax subió el 3% mientras el S&P bajó casi un 1%, y en la zona euro nuestro Ibex cayó medio punto porcentual en la semana y el Cac francés subió algo menos del 1%. El Nikkei subió el 1,5% en la semana, y logró cerrar el pasado viernes por encima de los 19.000 puntos por primera vez en quince años, a la vez que se publicaban informaciones que indican que el Banco de Japón está interviniendo en la Bolsa japonesa, comprando ETF del Nikkei y otros índices, concentrando sus compras en las sesiones en las que bajan. De nuevo el "front running" parece una apuesta segura.
Este es el escenario cuando quedan dos semanas para finalizar el primer trimestre, un escenario en el que pone también su granito de arena el petróleo, que ha vuelto a caer con fuerza esta última semana (el Brent ha caído un 9% y el WTI un 7% en la semana) y en el que el oro, tradicional activo refugio, también ha caído aunque más ligeramente, seguramente movido por la subida del dólar.
A nuestro juicio es más importante que nunca la atención a los fundamentales, prescindiendo de valoraciones "comparativas" y de artificios monetarios que, si hacemos caso de la historia, tarde o temprano traerán más disgustos que satisfacciones.
D.Juan Carlos Ureta Domingo
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