Aunque la semana bursátil se ha saldado en general con subidas en casi todas las Bolsas (S&P +2,1%, Nasdaq +0,7%, Eurostoxx +0,5%, Ibex +1,6%) cumpliéndose así los deseos de estabilización que expresábamos al finalizar nuestro anterior comentario, lo cierto es que la sensación que ha dejado en el ambiente la agitada primera semana completa de noviembre dista mucho de reflejar calma y tranquilidad.
La nueva recaída de las Bolsas emergentes (MSCI Emerging Markets en dólares cae un 2% semanal, lo que le devuelve a pérdidas en las últimas cuatro semanas) y el hecho de que índices tan relevantes como el Nikkei japonés y el Dax alemán hayan quedado en tablas en la semana, son sin duda elementos que mueven a una lectura cautelosa de lo que realmente nos están diciendo los mercados en estos primeros compases de noviembre. Pero sobre todo es el análisis de lo que ha pasado a lo largo de la semana en las Bolsas americanas lo que realmente nos obliga a no celebrar demasiado el espectacular "rally" de las Bolsas el pasado miércoles, tras conocerse el resultado de las elecciones de mitad de legislatura en EE.UU.
Efectivamente, las "mid term elections" provocaron, como habíamos previsto hace una semana, un gran movimiento el miércoles en todas las Bolsas globales. La estadística indica que las Bolsas americanas suben casi siempre tras las elecciones de medio mandato, independientemente de cuál sea el partido que gane, y en esta ocasión no solo se ha cumplido la estadística, sino que, además, los índices americanos experimentaron el pasado miércoles la mayor subida post elecciones "mid term" desde el año 1982.
Es difícil dar una explicación racional de esa espectacular subida, ya que el resultado de las elecciones no altera, en lo esencial, la evolución previsible de la economía norteamericana ni de la economía global. Es posible que Trump no tenga tanto apoyo a la hora de desplegar su guerra comercial con China, pero realmente la guerra con China no es comercial sino de liderazgo, y esa pelea va a durar bastante más tiempo del que dure Trump. Es posible también que Trump se vea en dificultades para explicar a un Congreso hostil algunos detalles de sus finanzas personales o de sus relaciones con Rusia. Pero será difícil que se consiga llevar adelante un "impeachment" del presidente que requiere dos tercios del Senado. Por tanto, cuesta ver el porqué de una subida de las Bolsas como la que vimos el pasado miércoles.
Y, efectivamente, los mercados empezaron ya el jueves a última hora a poner en duda la solidez de la subida, tras el comunicado de la Reserva Federal, que mostró una clara tendencia a subir los tipos de interés por novena vez en su próxima reunión de diciembre. La Fed, sin hacer mención en absoluto a la inestabilidad de las Bolsas en octubre, se ratificó en su idea de una economía norteamericana muy fuerte, que necesita el endurecimiento monetario para evitar la inflación. En ese contexto la subida de tipos se ve como algo natural, sin que preocupe la posible repercusión en la economía o en los mercados. Si la nueva Fed de Powell tiene un "put", es decir, un nivel por debajo del cual no quiere que caigan las Bolsas, ese "put" está más abajo de los mínimos de octubre.
La Fed ha estropeado, de momento, el rally iniciado tras las elecciones y las Bolsas se enfrentan así a la recta final del ejercicio con el reto de terminar decentemente un año que ha sido muy complicado y negativo para todas las Bolsas salvo, por ahora, las norteamericanas. El S&P, el Dow Jones y el Nasdaq todavía tienen un margen relativamente holgado para terminar el año en positivo, ya que desde el uno de enero acumulan subidas del 5,1%, 4% y 7,3%, respectivamente, pero el índice de compañías medianas, el Russell 2000, sube ya tan solo un 0,9% desde que empezó el año, muy cerca por tanto de los números rojos. Las restantes Bolsas sufren caídas importantes en el año (Eurostoxx -7,8%, Nikkei -2,2%, Shanghai Composite -21,4%, MSCI de emergentes en dólares -15,7%).
La historia es favorable a la tesis de un buen cierre del año. En veinticinco de los últimos treinta años el S&P ha subido en el cuarto trimestre del año y ese porcentaje se eleva al cien por cien de subidas tras las elecciones "mid term" desde el año 1946. Los problemas para que esta vez se cumpla la estadística no vienen solo de lo que pase con la guerra comercial, o de la casi segura subida de tipos de la Fed en diciembre, sino también de otros dos frentes. Por un lado, la situación de las tecnológicas, por otro la creciente deuda pública norteamericana, que empieza a preocupar de verdad.
Las tecnológicas están en pleno recorte desde sus máximos. El Nasdaq ha perdido en un mes más de un trillón (americano) de dólares de valor, y esa pérdida está asociada, sobre todo, al ritmo de crecimiento de sus ingresos que va a la baja, como han mostrado las cuentas del tercer trimestre. Según datos dados por Bloomberg, los ingresos de Amazon han pasado de crecer un 173% el pasado año a crecer un 32% este año, los de Alphabet han pasado de un 19% a un 6% y los de Facebook de un 20% a un 5%. Son crecimientos importantes pero que van a la baja, y de ahí el ajuste de las cotizaciones. Lo mismo pasa en las tecnológicas chinas, Tencent, Baidu y Alibaba. Aunque Alibaba ha batido todos los récords con las ventas del llamado Singles Day la realidad es que los ritmos de crecimiento son declinantes.
La corrección de las tecnológicas podría verse amplificada por la política de normalización monetaria de la Fed. Tras el descalabro de muchos fondos "hedge" en octubre, empieza a haber la sensación de que muchos gestores de "hedge funds" han tomado posiciones muy agresivas en tecnológicas en la era del "easy money" y que ahora, al finalizar esa era, puede haber salidas masivas, con efectos de "estampida" o "bola de nieve" como los que hemos visto en algunas sesiones de octubre.
En cuanto a la deuda pública federal norteamericana, su volumen está ya en 21,7 billones de dólares (trillones americanos) tras aumentar este año más de un billón de dólares (trillón americano). En un escenario de subida de tipos el pago de intereses empieza a ser uno de los renglones principales de los presupuestos americanos.
En Europa, por supuesto, los problemas de Italia siguen ahí y no es descartable que haya más países que, como Italia, se nieguen a aplicar políticas fiscales restrictivas en un momento en el que se desacelera la economía de la zona euro.
Esta semana se publica el IPC norteamericano de octubre el miércoles y las ventas minoristas también de octubre el jueves. En Europa se publica la encuesta ZEW y el PIB alemán del tercer trimestre y Japón y Rusia también publican el PIB del tercero trimestre. Asimismo, varios resultados empresariales (Vivendi, Home Depot, Bayer, Vodafone, ACS...) entre los que destacaríamos los de Cisco, con claro impacto en el Nasdaq, y los de Walmart, Macy's y JC Penney, que nos permitirán comprobar la fortaleza del consumidor americano.
El tono con el que cerró el viernes Wall Street no fue bueno, y tampoco es buena señal que el petróleo haya entrado en "bear market" tras haber recortado más de un 20% desde los máximos de principios de febrero, pero lo que esperaríamos en principio es una nueva semana de consolidación de las Bolsas en torno a los niveles posteriores a las caídas de octubre.
Juan Carlos Ureta Domingo
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