Los días semifestivos de Semana Santa han sido, efectivamente, anodinos, tal y como era previsible, con volúmenes bajos de negociación y con noticias mixtas, pero más positivas que negativas, tanto en lo que a resultados empresariales se refiere como en los datos macroeconómicos que se han ido publicando.
Empezando por estos últimos, el dato estrella de la semana ha sido, tal y como pensábamos, el PIB chino del primer trimestre, que se publicó el miércoles 17, y que superó por una décima las estimaciones al haber crecido un 6,4% en lugar del 6,3% previsto por los analistas. En Estados Unidos las ventas minoristas de marzo también sorprendieron a los inversores, al subir el 1,6%, la mayor alza desde septiembre de 2017, frente a la estimación de los analistas de un 0,9%. Estos dos datos han logrado compensar con creces el mal PMI de manufacturas alemán de abril (44,5 y por debajo de estimaciones) y la mala cifra de exportaciones de Japón, que cayeron en febrero por cuarto mes consecutivo, precisamente por la debilidad de las exportaciones a China.
Los resultados empresariales también han sido buenos en relación con lo que se esperaba y lo cierto es que tres cuartas partes de las compañías americanas que por ahora han reportado sus cifras han batido las estimaciones de consenso.
La semana pasada continuaron publicando resultados los grandes Bancos americanos y el que menos gustó fue Goldman Sachs cuyas acciones bajaron casi un 4% en la sesión del lunes tras anunciar que sus beneficios habían caído un 21% en el primer trimestre y sus ingresos un 13%, pese a lo cual la acción se recuperó de forma notable en las sesiones siguientes de la semana. Citi publicó datos bastante neutros (beneficios subiendo un 2% e ingresos cayendo un 2%) y ha subido con fuerza en la semana, igual que Morgan Stanley, cuyas cifras superaron estimaciones. Con menos fuerza han subido las acciones de Bank of America, que publicó beneficios creciendo un 6% pero ingresos estancados. Dentro del sector financiero los beneficios e ingresos de Black Rock cayeron, pero la cotización recibió con subidas el hecho de que sus activos hayan subido. En tecnológicas las cifras de Netflix, sobre todo las de suscriptores, no han gustado, y las acciones han caído en la semana, y en gran consumo Johnson & Johnson dio buenos beneficios, pero mala evolución de ingresos, y su acción subió primero pero luego volvió a bajar. Como dato también empresarial hay que resaltar el buen estreno bursátil de Pinterest el pasado jueves, lo que marca la vuelta de los IPO en Wall Street.
En definitiva, tanto en la "macro" como en las empresas, lo que vemos es un panorama que no es ni mucho menos eufórico pero que dista mucho del escenario apocalíptico que las Bolsas descontaron en algunos momentos de diciembre de 2018. Es lo que algunos llaman la economía "goldilocks", ni demasiado fría ni demasiado caliente, una economía que es el sueño dorado de los inversores.
La idea de que estamos instalados en una "goldilocks economy" ha ido ganando adeptos, y esta última semana se han unido a ella el presidente Trump, lo cual es lógico dentro de su línea de autoconsiderarse el artífice de todo lo bueno que pase en Estados Unidos, y, de manera más sorprendente, el presidente de BlackRock, Larry Fink, que con motivo de la presentación de resultados trimestrales dio una visión muy optimista de las Bolsas, diciendo hay demasiado pesimismo y que un escenario "goldilocks" de mejora del crecimiento económico y de mantenimiento por los Bancos centrales de sus políticas acomodaticias obligará a los inversores a invertir en acciones el abundante dinero que mantienen en liquidez.
Este tipo de manifestaciones lleva implícita la asunción de la llamada MMT, la "moderna teoría monetaria", cuya tesis es que no importa que los Gobiernos se endeuden si disponen de un Banco Central con capacidad de emitir dinero para pagar esa deuda. Aunque la tesis académica de la MMT es algo más elaborada, los políticos se han enamorado de la MMT en su versión sencilla, la de que no importa que el Gobierno se endeude sin límite, algo que, por ejemplo, en EE.UU. proclaman abiertamente dos políticos tan dispares como la congresista demócrata de izquierdas Alexandria Ocasio-Cortez y el Presidente Trump. Los recientes ataques de Trump a la Fed y a su presidente Powell llevan, sin duda, el sello de la MMT y solo el tiempo dirá si esta línea de pensamiento va a acabar o no con la ya muy cuestionable independencia de los Bancos Centrales. Es bastante increíble, pero lamentablemente cierto, que Trump se haya permitido la semana pasada publicar un tuit diciendo que si la Fed no hubiese subido los tipos y hubiese mantenido la liquidez, la Bolsa estaría mucho más alta y la economía americana crecería por encima del 4%. Esas palabras denotan un inquietante desconocimiento de los activos básicos de la economía norteamericana, uno de los cuales es la independencia y el buen funcionamiento de las instituciones.
En todo caso, la lectura de fondo de lo que está pasando es que las llamadas políticas monetarias no convencionales, que llegaron inicialmente como medidas transitorias de choque, están aquí para quedarse y, ya sea por imposibilidad de hacerlo, ya sea por miedo a las consecuencias, los Bancos Centrales no se atreven a tocarlas. Luego lo que hay que hacer es replantearse las consecuencias a largo plazo de una economía de bajo crecimiento y bajos tipos para las Bolsas.
Por el momento las Bolsas siguen subiendo, al calor de un buen crecimiento que la semana pasada quedó plasmado en el dato del PIB chino del primer trimestre, y de la promesa de la Fed de que no endurecerá más las condiciones monetarias. La semana pasada subieron con fuerza el Shanghai Composite (+ 2,6%), el Nikkei (+1,5%) y las europeas (Eurostoxx +1,5%, Dax + 1,8%, Ibex +1,2%) y subieron también, pero menos, las americanas (Dow +0,6%, Nasdaq +0,2% y S&P -0,1%).
La última semana de abril está llena de resultados empresariales, como los de Microsoft, Amazon, Exxon, Total, Sanofi, Bayer, UBS, Iberdrola, Bankinter, Daimler o Deutsche Bank, entre muchísimos otros. En la parte "macro" igual que la semana pasada el dato estrella fue el PIB chino del primer trimestre, esta semana lo será el PIB americano del primer trimestre cuyo primer avance se publicará el viernes. Hay que recordar que, dentro del ambiente optimista de estas últimas semanas la estimación del PIB del primer trimestre en EE.UU. ha subido en muy poco tiempo del 1,4% de hace un mes al 2,4% actual. Se publica también el PMI americano de manufacturas de marzo entre otros datos de interés.
Por supuesto siguen su marcha las negociaciones comerciales con China, el Brexit y las demás cuestiones habituales, a las que ya apenas se les presta atención.
Al final, Larry Fink tiene razón, y es totalmente cierto que el dinero que está fuera de la Bolsa se ve muy presionando por las ganancias de doble dígito que acumulan todas las grandes Bolsas desde el uno de enero a fecha hoy, y lo cierto es que si la Fed sigue el guion marcado por Trump y se propone que las Bolsas suban, esa incomodidad va a ser cada vez mayor, a pesar de que los elevados múltiplos de las acciones de calidad no invitan precisamente a comprar, sino a todo lo contrario.
Juan Carlos Ureta Domingo
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