Con subidas mensuales superiores al 5% tanto en el S&P como en el Eurostoxx, las Bolsas no sólo han cerrado un magnífico julio sino que, además, lo han hecho superando lo que en términos bursátiles se llama "wall of worry" (muro de preocupación), es decir, un conjunto de problemas que inquietaban a los inversores al iniciarse el mes.
El Brexit parece ya casi olvidado (aunque no debería), y los atentados yihadistas o la extraña situación política de Turquía no afectan a las Bolsas. Tampoco los resultados empresariales, aunque hayan sido mixtos, malos en bastantes de las grandes empresas tradicionales, y buenos, sin embargo, en las cinco grandes tecnológicas (Facebook, Apple, Amazon, Alphabet y Microsoft) y en otras empresas de la nueva economía digital. Otro factor de inquietud, la caída del petróleo, que ha entrado en situación técnica de mercado "bajista" tras perder un 20% desde máximos, y parece querer testar de nuevo los mínimos de febrero, no está en esta ocasión repercutiendo en las Bolsas de la misma forma que lo hizo a principios de año. Ni siquiera la publicación el pasado viernes de un muy moderado crecimiento del 1,2% en el PIB americano del segundo trimestre ensombreció una sesión de cierre semanal y mensual que acabó con ligeras alzas en la mayor parte de los índices.
Normalmente, cuando las Bolsas superan un "muro" de problemas con esa facilidad se suele entender que están entrando en una fase alcista, en la que, pase lo que pase, los índices van a seguir avanzando, porque tienen una fuerza interna muy grande, y esto es lo que aparentemente sugeriría para agosto lo que hemos visto en julio. ¿Tendremos un agosto tranquilo, incluso alcista, pese a la mala fama que tiene, mala fama que pudimos comprobar una vez más hace un año por estas fechas?
Para responder a esa pregunta hay que preguntarse a la vez por las razones del buen comportamiento de las Bolsas en julio, y hay tres tipos de razones. La primera es que la economía global parece estar evitando la recesión, a la vista de los datos publicados, en los que ha habido un poco de todo, algunos datos malos como el ya citado PIB americano del segundo trimestre, y otros no tan malos como la creación de empleo en junio en EE.UU., la muy positiva encuesta IFO o la ligera subida de la inflación en la zona euro. La segunda son los resultados empresariales, en los que, como ya hemos dicho, ha habido de todo, pero se esperaban muy malos y en general han estado en línea o han superado las expectativas.
Y, finalmente, el tercer elemento son los tipos de interés, y aquí nos encontramos con una nueva caída generalizada de los tipos de interés tras el Brexit. El viernes pasado, en la sesión de cierre semanal y mensual, veíamos el tipo del bund al -0,12%, el del bono del Tesoro español en el 1,01%, y el del T bond americano a diez años en el 1,45%. La decisión del Banco de Japón, durante la noche europea, de no reforzar su programa de compra de activos y de no hablar del "helicóptero monetario" hizo que a primera hora de la mañana viésemos algunos repuntes de tipos (el T bond americano llegó al 1,56%) pero al final los tipos cerraron el mes en niveles sensiblemente inferiores a los del inicio.
Esta es, a nuestro juicio, la verdadera piedra angular de la subida de las Bolsas en julio, en medio de unos datos económicos y empresariales no malos pero tampoco excelentes y en medio de ese "muro de preocupaciones" de los inversores. La idea es que, aunque haya menos crecimiento y aunque los beneficios empresariales se estanquen, si los tipos de interés son más bajos las valoraciones se mantienen o suben. Por eso, tras el rally post Brexit, los precios han vuelto a donde estaban antes del Brexit, pero con los tipos bastante más abajo.
Si esta lectura es correcta, lo que cabe pensar es que tras la calma de estos últimos días de julio, en agosto nos espera....más calma. Y eso es justamente lo que esperaríamos al menos para estos primeros días de agosto, una prolongación de la tranquilidad de fin de julio.
Hay otra reflexión que nos deja la última semana de julio, en el sector tecnológico. La venta de Yahoo! por Verizon es un movimiento a analizar. Por un lado esa venta muestra como los errores se pagan caros en la dura jungla de la alta tecnología. Yahoo! ha visto en los últimos tiempos un claro descenso en sus ingresos por publicidad y se ha vendido casi diez veces por debajo de los 45.000 millones de dólares que en 2008 ofreció Microsoft, oferta rechazada por el entonces CEO, Jerry Yang. Mientras tanto Facebook, y la "triple A" tecnológica (Apple, Amazon, Alphabet) han seguido, de forma imparable, subiendo sus ventas, sus beneficios y su ya gigantesco valor bursátil. La venta de Yahoo! muestra también como un gigante de las telecomunicaciones, Verizon, trata, a cualquier precio, de migrar su modelo de negocio y de incorporarse al nuevo mundo digital. Tras comprar el pasado año AOL ahora ha comprado Yahoo! en una fuerte apuesta por entrar en el Olimpo de las "big five" tecnológicas.
Entramos así en agosto, y la siguiente cita, tras el BCE, la Fed y el Banco de Japón, es con el Banco de Inglaterra el jueves. El BCE, la Fed y el BoJ han marcado el criterio de no hacer nada pero dejar claro que están listos para actuar. El mensaje es doble. Por un lado se sugiere que las cosas no están tan mal como para sobreactuar a nivel monetario, por otro lado se garantiza que si las cosas se ponen feas, hay munición de sobra para responder.
En ese entorno recibiremos los PMI de China, zona euro y UK el lunes, los ISM de manufacturas (lunes) y servicios (miércoles) y el informe de creación de empleo en EE.UU. en julio (viernes) así como los resultados empresariales que quedan, entre ellos los de Tesla, Procter & Gamble o Pfizer.
A nivel técnico los índices americanos estarían en subida libre, y esto podría o debería arrastrar al alza a las Bolsas europeas.
Todo es posible en agosto, pero nos cuesta mucho pensar, a la vista de la situación del petróleo, del dólar y de otros indicadores, en un movimiento alcista fuerte y más bien pensaríamos en un inicio de agosto muy tranquilo.
D.Juan Carlos Ureta Domingo
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