Tras una semana bastante anodina pero en la que las Bolsas americanas han dado una nueva muestra de su extraordinaria resistencia ante cualquier noticia, por mala que sea, llega, el próximo martes y miércoles, la reunión de la Fed, a la que seguirá el jueves la reunión del BCE, esta vez en Riga, que en principio se presentaba como de trámite, pero a la que de pronto han dado mayor relevancia las palabras del pasado miércoles del presidente del Bundesbank, Jens Weidman, y del economista jefe de la institución, Peter Praet.
Estas dos reuniones, junto a la del Banco de Japón el jueves, deberían marcar el rumbo de las Bolsas en el corto plazo, pero tal vez lo más llamativo de las últimas sesiones ha sido la actitud de los inversores ante la subida de tipos por la Fed y ante el final del programa de compras de activos por parte del BCE. El pasado miércoles el economista jefe del BCE Peter Praet, en unas declaraciones preparadas para el Congreso de Actuarios celebrado en Berlín, anunciaba que hay "evidencias crecientes de que la elevada tasa de ocupación se está traduciendo en un repunte más fuerte de los salarios" por lo que la inflación normalmente evolucionará hacia el objetivo del BCE (por debajo pero cerca del 2%) dada la fortaleza que muestra la economía europea.
El presidente del Bundesbank y posible futuro presidente del BCE, el alemán Jens Weidman, ratificaba esta opinión de Praet en esa misma reunión de actuarios a través de un vídeo y añadía que las expectativas del mercado de que el BCE finalice su programa de compras de activos a finales de este año "son plausibles".
Lo interesante es lo bien que recibieron las Bolsas europeas estas declaraciones. El jueves los índices europeos empezaron la sesión con alzas, al calor de las manifestaciones de Weidman y Praet, si bien a lo largo de la jornada fueron perdiendo algo de fuerza por la subida del euro, provocada también, precisamente, por la expectativa de subidas de tipos en el 2019 que dichas declaraciones generaron.
Lo mismo sucede con los inversores norteamericanos, que no parecen estar preocupados, sino todo lo contrario, por la casi segura subida de tipos que haga la Fed el próximo miércoles ni por la probabilidad de que en lugar de tres subidas haya cuatro este año 2018. Al revés, las Bolsas parecen celebrar ahora las subidas de tipos al considerar que ratifican el escenario "goldilocks" de una economía que crece pero con una inflación y unos tipos de interés subiendo de forma controlada. Un escenario que dominó el comportamiento de las Bolsas a lo largo de todo el año 2017, y en enero de 2018, y que pareció cortarse bruscamente el pasado febrero, cuando las Bolsas se desplomaron por el temor a que la inflación y los tipos pudieran subir más rápidamente de lo esperado, pero que ahora revive y vuelve a los mercados.
Al final, en la semana los índices americanos han subido con fuerza (Dow Jones +2,8%, S&P +1,6%, Nasdaq +1,2%) y también algunos europeos como el Dax (+0,3%) y nuestro Ibex (+1,2%), si bien el Eurostoxx ha sufrido un leve recorte semanal del 0,2% debido sobre todo al pésimo comportamiento de los valores italianos (el Mib ha caído el 3,4% en la semana) y franceses (Cac -0,3% en la semana).
Pero lo curioso, como decíamos, es que ese buen tono se haya producido en medio de noticias sobre subidas de tipos que el pasado febrero habrían inquietado muchísimo y que ahora por el contrario parecen gustar a los inversores.
¿Están minusvalorando los inversores los efectos de las subidas de tipos?
No hay que descartar que lo estén haciendo. En una economía y unos mercados financieros adictos al dinero abundante y barato está por ver el efecto que el fin de las inyecciones monetarias (menos dinero en la economía, es decir, menos oxígeno en el aire) y el encarecimiento del dinero, pero parece difícil que ese efecto sea tan positivo como parecen descontar las Bolsas.
Una pregunta similar podríamos hacernos en el caso de las tecnológicas, que esta semana han vuelto a impulsar a los índices americanos, a pesar de los nuevos problemas de Facebook, al haber compartido datos de clientes con varios fabricantes de teléfonos asiáticos, y de la caída de casi el 2% de Apple en la sesión del viernes, afectada por una información según la cual las ventas de la compañía de la manzana podrían estar bajando, según algunos proveedores de componentes del iPhone.
La realidad es que esos problemas de Facebook y Apple no han afectado demasiado ni a sus acciones ni a las de los restantes FAANGs (acrónimo de Facebook, Apple, Amazon, Netflix y Google), cuyo índice ha vuelto a marcar máximos históricos de todos los tiempos estos últimos días. Además, el Dow Jones ha vuelto a superar los 25.000 puntos, y el Nasdaq alcanzó el miércoles un nuevo récord histórico de todos los tiempos.
Es llamativa también la insensibilidad que están mostrando los mercados ante las dudosas formas (insultos al anfitrión, el presidente canadiense Trudeau) y el aún más dudoso fondo (desprecio completo a cualquier tipo de compromiso con el resto de países y negación a firmar el comunicado conjunto) que ha mostrado Trump en la reunión del G7 este fin de semana en Toronto. Aunque hemos defendido algunos aspectos de la política de Trump, como su denuncia contra la sobrerregulación y la asfixiante burocracia, sin embargo cada vez parece más claro que el proteccionismo populista de Trump no va a funcionar ya que no solo es un programa muy corto de miras sino que además va en contra del nuevo estándar digital y global de la economía del siglo XXI. Con esos mimbres no podemos pensar en un crecimiento económico global, sino más bien en una regresión del mismo.
Esta semana, además de las ya citadas reuniones de la Fed, el BCE y el Banco de Japón, hay numerosos datos y noticias. En el plano político la reunión entre Trump y Kim Jong Un levanta expectativas positivas pero, por contra, los malos resultados de la reunión del G7 en Canadá y el mal estilo de Trump, ya comentados, no suscitan precisamente confianza. En lo económico se publica el martes el IPC americano de mayo, el jueves las ventas minoristas de mayo y el viernes el índice de confianza del consumidor medido por la Universidad de Michigan.
El punto de partida de la semana es que, superado el bache de febrero, las Bolsas americanas suben en lo que va de año (Nasdaq + 10,7% S&P +3,9% Nasdaq +10,7%) mientras que las Bolsas europeas están en pérdidas, salvo la francesa, y asimismo están en rojo el Nikkei y el MSCI Emerging Markets en dólares.
Aun a riesgo de equivocarnos, pensamos que las Bolsas americanas no celebrarán la nueva subida de tipos por la Fed salvo que vaya acompañada de un mensaje de que el ciclo de subidas se va a ir terminando. Tampoco pensamos que las Bolsas europeas tengan motivos para celebrar un lenguaje de endurecimiento monetario por parte del BCE, si se produjese. Salvo que Trump vuelva a fascinar a los inversores en su encuentro con Kim Jong Un en Singapur.
Juan Carlos Ureta Domingo
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