La tercera semana de febrero sí que nos ha traído, por fin, la deseada calma a los mercados, y la esperanza de que en este segundo mes del año podamos ver en cierto modo la misma pauta de enero. Es decir, una primera parte con fuertes caídas para dar luego paso a una recuperación en la segunda parte del mes. De momento, esta última semana los rebotes han sido fuertes en todas las Bolsas (Dow + 2,6%, S&P +2,8%, Nasdaq +3,8%, Eurostoxx +4%, Dax +4,7%, Ibex +3,4%, Nikkei +6,8% y MSCI Emerging Markets en dólares +4,2%)
Aunque podríamos atribuir las subidas, al menos en parte, al mensaje lanzado por Draghi el pasado lunes, cuando dijo ante el Parlamento Europeo que el BCE "no dudará en actuar" en marzo ("will not hesitate to act") mensaje que se vio reforzado al publicarse las actas de la última reunión del BCE, que ratifican esa determinación de actuar manifestada por Draghi, lo cierto es que la aparente estabilización del precio del petróleo, en torno a 30 dólares barril, ha sido probablemente el elemento clave detrás de las alzas bursátiles.
En efecto, uno de los datos más positivos de las dos últimas semanas es la formación de un aparente suelo en el precio del petróleo. Es importante que se forme ese "suelo" ya que, como venimos diciendo hace tiempo, la estabilización del petróleo y de las restantes materias primas es una condición previa, o al menos simultánea, a la "normalización monetaria" y a la "normalización económica" en general, en un entorno muy contaminado por la intervención monetaria masiva y por la represión financiera. Un entorno que necesita liberarse del desorden creado por las sucesivas QE y por los tipos de interés nominales negativos.
Por eso es una buena noticia que el crudo empiece a dar síntomas de tocar suelo. Esos síntomas consisten, por ahora, en subidas repentinas producidas por noticias a veces no tan relevantes. El viernes 12 de febrero los futuros del petróleo subían un 12% en la sesión y el pasado miércoles 17 el petróleo se disparaba al alza más de un 10% tras el acuerdo de Rusia y Arabia Saudí, al que luego se uniría Irán, de poner límites a la producción. Este tipo de "rebotes" suele indicar que el fondo está ya muy próximo.
La "estabilización" del mercado de petróleo, que es un anticipo de la estabilización del resto de las materias primas, coincide, curiosamente, con la necesidad de poner fin a las políticas monetarias no convencionales, y en cierto modo podría ayudar en ese proceso, que no es nada fácil, pero que cada vez es más necesario.
Aunque oficialmente los Bancos Centrales persistan en su discurso oficial de más liquidez y más tipos negativos, y aunque aparentemente las Bolsas lo sigan celebrando, la realidad es que ese modelo está agotado y debe dar paso a otro más anclado en la economía real y no en los artificios monetarios. Pero ¿cómo va a ser ese tránsito de un modelo a otro?
Parece necesario un ajuste en los precios de aquellos activos que han sido inflados artificialmente. En algunos activos, como las materias primas o el oro, o algunos bonos high yields, ya hemos visto en gran medida ese ajuste. Y si nos fijamos por ejemplo en lo que ha pasado con el petróleo, lo que vemos no es un proceso lineal, ordenado, sino más bien un proceso a ráfagas, en oleadas sucesivas. El petróleo cayó un cincuenta por ciento (de 100 dólares a 50) en los últimos meses de 2014, volvió a caer otro treinta por ciento en el 2015, desde 50 dólares a 35, y en estos primeros compases de 2016 ha vuelto a caer hasta marcar un mínimo de 26 dólares por barril, nivel a partir del cual ha rebotado por el momento y da la sensación de querer formar base en torno a los 30 dólares.
Algo así debería pasar en los restantes mercados de activos que deben ajustarse tras una etapa tan anómala como la creada por las QE y los tipos cero o negativos. Pensamos que ese ajuste va a ser largo, como lo ha sido ya en mercados que se han anticipado, como los emergentes, las materias primas o los "high yields".
Dentro de ese ajuste largo la impresión es que ahora estaríamos entrando en una fase algo más tranquila, tras un inicio de año muy movido. Si los datos económicos que vayan saliendo no indican recesión, sino más bien crecimiento bajo, y si el petróleo encuentra su suelo en estos niveles, el ambiente bursátil puede mejorar, dados los niveles de sobreventa a los que se ha llegado. Algo similar a lo que pasó el lunes 15 en Japón, cuando se anunció una caída del PIB japonés en el cuarto trimestre del 1,4% anualizado y sin embargo el Nikkei subió un 7% en la sesión, porque venía de una caída la semana previa de más del 11% y había descontado lo peor.
Al final lo que nos deja la tercera semana de febrero es una situación de los índices mucho más cómoda, con el S&P instalado en su zona de confort por encima de los 1.900 puntos, el Dax de nuevo también por encima de los 9.000 puntos y habiendo incluso superado los 9.500 puntos en la sesión del jueves, y el Eurostoxx fuera de la zona de peligro marcada por los 2.700 puntos.
Es particularmente importante lo que haga el S&P tras una semana en la que ha logrado de nuevo situarse por encima de los 1.900 puntos. Para los alcistas la principal incógnita es si el S&P va a romper o no al alza los 1.950 puntos, nivel al que los técnicos dan bastante importancia. A nuestro modo de ver, con que se mantenga por encima de los 1.900 puntos sería suficiente para dar tranquilidad al resto de las Bolsas, que es el objetivo "realista" tras lo sucedido en enero y febrero.
Esta semana hay muchos datos económicos y también resultados empresariales importantes, además de contar con varias intervenciones de banqueros centrales y de personalidades del petróleo. Se publican los ISM preliminares en EE.UU. y en la zona euro, y datos de pedidos de bienes duraderos y de comercio exterior, así como la confianza del consumidor americano medida por la Universidad de Michigan. Algunos "retailers" importantes como Home Depot o Target publican resultados, tras los muy malos de Wal Mart. El lunes habla en la CERAWeek Energy Conference de Houston el Secretario General de la OPEP y el martes interviene en ese mismo foro el Ministro saudí del petróleo. Además de varias intervenciones de miembros de la Fed a lo largo de la semana. En definitiva, muchos datos e intervenciones sobre temas sensibles como el petróleo o las intenciones de la Fed.
Apostaríamos por una semana lateral o incluso ligeramente alcista antes del encuentro del G20 en China.
D.Juan Carlos Ureta Domingo
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