La impresión, con la que finalizábamos nuestro anterior comentario, de que los índices americanos habían llegado demasiado lejos en su subida, y que por tanto era muy difícil una subida adicional a no ser que hubiese noticias realmente extraordinarias, se ha demostrado acertada, y, efectivamente, tras un agosto espectacular, Wall Street ha visto en la primera semana de septiembre descensos, sobre todo en las grandes tecnológicas.
Pero, salvo en las tecnológicas, esos descensos han sido moderados y la corrección de los índices americanos este inicio de septiembre, lejos de traducirse, como podía esperarse, en un acercamiento entre las Bolsas americanas y las restantes Bolsas mundiales, lo que ha hecho es abrir aún más la brecha bursátil entre EE.UU. y el resto del mundo.
Frente a una caída semanal relativamente suave del 1% del S&P y del 0,2% del Dow, el Eurostoxx ha caído un 2,9% en la semana, el Dax un 3,3% y el Ibex el 2,4%. Las tecnológicas americanas han caído algo más, como decíamos, y el Nasdaq ha perdido un 2,55% en la semana y ha cerrado cuatro sesiones consecutivas de caídas, algo no visto hace tiempo. Pero la caída semanal del Nasdaq es inferior a la ya citada de las Bolsas europeas, o a la del MSCI de los emergentes (que ha perdido el 3,1% en la semana) o a la del Nikkei (-2,44% en la semana).
No ha habido, por tanto, convergencia y la distancia entre Bolsas americanas y Bolsas del resto del mundo ha seguido ampliándose en una primera semana de septiembre volátil, en la que han vuelto a asomar, con fuerza, algunas de las preocupaciones que inquietaron a los inversores a principios de agosto.
La crisis de los emergentes, con Turquía y Argentina a la cabeza, la guerra comercial de Trump y sus sucesivos anuncios de nuevos aranceles a China, la amenaza de una subida de tipos por la Fed más intensa de la esperada o el posible recorte de las grandes tecnológicas, tras su espectacular y casi continua subida del último año y medio, son algunas de las inquietudes que estaban ahí al iniciarse agosto y que ahora han vuelto al mercado, tras haber sido relegadas a un segundo plano en la segunda quincena de agosto por un Wall Street fascinado por Trump y sus políticas.
De alguna manera, a principios de agosto flotaba en el ambiente una cierta sensación de recorte, que luego se esfumó por completo en el caso de las Bolsas americanas, aunque las europeas y emergentes sí sufrieron serios recortes el pasado mes.
Las preguntas son: ¿ha llegado la hora de un ajuste a la baja de las Bolsas americanas? ¿van a ser las tecnológicas el detonante de ese ajuste, igual que lo han sido de las subidas?
El pasado miércoles varias tecnológicas emblemáticas sufrieron serios descensos, coincidiendo con la comparecencia en el Congreso americano de la directora de operaciones de Facebook, Sheryl Sandberg, y el CEO de Twitter, Jack Dorsey. Ambos defendieron sus políticas de información y de datos, pero la sensación final es que estamos en un nuevo ambiente regulatorio y supervisor frente a las tecnológicas, que se traduce en mucha más presión hacia las grandes tecnológicas, tras una época larga de permisividad.
En ese entorno, Sandberg y Dorsey no tuvieron más remedio que reconocer ambos directivos ante el Congreso que "hay mucho que mejorar" pero esa confesión, seguramente acompañada de un sincero arrepentimiento, no va a evitar que se pongan en marcha, con toda la dureza de la que los supervisores son capaces cuando quieren, las normativas anti trust, y las normativas laborales o fiscales o de privacidad. Tampoco ayuda, obviamente, la aparición en radio de Elon Musk, fundador de Tesla a quien algunos presentan como el nuevo Steve Jobs, fumando aparentemente marihuana, unida a la dimisión del director de contabilidad de Tesla.
Tal vez por ello el miércoles pasado Netflix cayó un 6,2% en la sesión, y el resto de las FAANG cayeron también aunque no tanto, en lo que podría ser el anticipo de una corrección mucho más profunda.
El ocaso de las FAANG y del Nasdaq ha sido anunciado prematuramente ya varias veces, la más reciente el pasado mes de marzo cuando Facebook cayó a plomo en Bolsa como consecuencia del escándalo de uso de los datos por la empresa Cambridge Analytics. Hoy, cinco meses después, Facebook se ha recuperado totalmente del bache y ha marcado recientemente su máximo histórico de todos los tiempos, Apple se ha convertido en una compañía de más de un billón ('trillion') de dólares de valor en Bolsa, Amazon ha superado los dos mil dólares por acción y ha llegado a superar también el billón ('trillion') de dólares de valor en Bolsa, aunque de forma un tanto fugaz y sin haber podido mantener esa cuota.
Por todo ello hay que ser bastante cauteloso a la hora de pronosticar una posible pérdida de brillo bursátil de las FAANG, si bien, en nuestra opinión, la fascinación que ejercen las grandes tecnológicas sobre los inversores es excesiva y recuerda a los muchos episodios de "auge y caída" que las Bolsas históricamente han conocido. Por tanto, cabe esperar que la corrección vaya al menos un poco más allá.
Pero, además de las tecnológicas, ha habido otras cosas en las Bolsas esta primera semana de septiembre.
En primer lugar, el informe de empleo americano de agosto, que se publicó el viernes, y que indica que EE.UU. mantiene el paro en el 3,9% tras crear 201.000 puestos de trabajo, un poco más de los 191.000 previstos. Lo peor del informe es que los salarios por hora han subido el 2,9% en el mes, en base anualizada, la mayor subida desde 2009, lo que vuelve a hacer temer a los inversores que la Fed pueda subir dos veces más los tipos este año, en lugar de una. La subida de tipos sigue estando ahí como elemento de preocupación, y ciertamente la Fed puede ser capaz de conseguir el justo equilibrio para no pasarse pero tampoco quedarse corto, pero es algo enormemente difícil.
Otro de los temas de la semana ha sido la guerra comercial. El viernes, en una sesión de cierre semanal llena de giros al alza y a la baja, Trump anunció estar listo para imponer nuevos aranceles a China por importe de 267.000 millones de dólares, inclinando definitivamente a los índices americanos hacia abajo. El impacto en el Nasdaq fue mayor tras reconocer Apple que los nuevos aranceles anunciados por Trump harían daño a la compañía.
En Europa las cosas han estado tranquilas en Italia, pero el jarro de agua fría ha llegado de Francia, con las encuestas que reflejan una fortísima caída de popularidad de la nueva estrella emergente en el firmamento político europeo, Macron. Esa caída de popularidad de quien hace poco más de un año emergió como la "gran esperanza blanca" de la zona euro, es más que preocupante en un contexto en el que parece cada vez más evidente que en Alemania la canciller Merkel no goza ya de la carta blanca que los ciudadanos le habían dado en anteriores legislaturas.
En definitiva, la inquietud por la guerra comercial, por los emergentes, por las tecnológicas, y por los avatares políticos de la zona euro han marcado estos primeros días de septiembre como marcaron los primeros días de agosto. Pero luego en agosto todo cambió y hubo tranquilidad, al menos para las Bolsas americanas, en la segunda parte.
En la segunda semana de septiembre lo más relevante es el IPC y los precios mayoristas (PPI) americanos de agosto, la encuesta ZEW en Alemania, el PIB japonés del segundo trimestre en su lectura final, y algunos resultados como los de Inditex y Oracle.
Nadie sabe si la corrección iniciada en las tecnológicas va o no a ir a más, pero por el momento preferimos, aun a riesgo de equivocarnos, apostar por empresas europeas de primer nivel que han sido muy castigadas, entre ellas la ya citada Inditex, y ser muy prudentes en las Bolsas norteamericanas.
Juan Carlos Ureta Domingo
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