La última semana de abril ha sido, tal y como nos atrevíamos a vaticinar al finalizar nuestro anterior comentario, tranquila y con un sesgo ligeramente alcista en las Bolsas. De nuevo las Bolsas europeas, incluida la española, se han comportado mejor que las americanas, y han cerrado su quinta semana consecutiva al alza, ayudadas por la evolución del dólar que en las últimas semanas ha pasado desde los mínimos de 1,25 dólares por euro a los 1,2128 en los que cerró el pasado viernes.
En concreto, el Eurostoxx ha avanzado el 0,7% en la semana, el Ibex el 0,4% y el Dax el 0,3% frente a caídas del 0,6% en el Dow y del 0,4% en el Nasdaq, y frente al comportamiento plano del S&P. Tras las últimas cuatro semanas, los índices europeos han logrado ya eliminar la ventaja de las americanas en lo que va de año. El Nikkei, por su lado, también ha avanzado un 1,4% en la semana y acumula alzas del 4,7% en las últimas cuatro semanas.
Este mejor comportamiento de las Bolsas europeas es sorprendente porque la economía norteamericana ha dado más sorpresas positivas que la europea estas últimas semanas, y porque las empresas americanas están reportando el mayor crecimiento de beneficios de los últimos siete años, pero es una evolución que tiene mucho que ver con tres factores. A saber, con la ya mencionada fortaleza del dólar, que favorece a las empresas europeas y japonesas frente a las americanas, con la evolución de los tipos de interés, y con los avatares que han experimentado las grandes tecnológicas el último mes.
Dólar y tipos de interés van muy unidos ya que los tipos de interés en EE.UU. esta última semana han seguido con presión al alza, y los europeos no. El bono americano a diez años (T bond) llegó a superar en varios momentos de la semana la tan temida "cifra mágica" del 3%, si bien al final cerró el viernes en el 2,959%. A la vez el tipo del bono del Tesoro americano a dos años se ha mantenido en niveles muy altos, cerrando en el 2,48% el pasado viernes. Sin embargo, en la zona euro los tipos se han mantenido sin tensiones, con el bund alemán en el 0,57%.
La clave de este dispar comportamiento de los tipos de interés a ambos lados del Atlántico está en los mensajes lanzados por el BCE en su reunión del pasado jueves y en el crecimiento del PIB americano en el primer trimestre. El jueves Draghi alertó de los signos de desaceleración de la economía europea, y el vicepresidente Vítor Constâncio, en su despedida de la institución, afirmó que la reducción del balance del BCE será limitada. Estas palabras se suman a las manifestaciones de Draghi en varias ocasiones afirmando que la fortaleza del euro complica la política monetaria del BCE al dificultar la eliminación de los estímulos monetarios. Al final, lo que los mercados perciben es la sensación de que el BCE va a ir muy despacio a la hora de retirar los estímulos. En cuanto al PIB americano del primer trimestre, que se publicó el pasado viernes, subió el 2,3% frente al 2% estimado, lo que también contribuyó a la fortaleza del dólar.
El tercer factor que ha movido a las Bolsas estos días han sido, una vez más, las grandes tecnológicas. Google presentó sus cifras el lunes, después del cierre de la sesión, y aunque fueron buenas y la acción subió en el mercado "after hours", la segunda lectura de esos resultados ha llevado al valor a recortar ligeramente en la semana. Facebook también dio buenas cifras pero su comportamiento bursátil solo ha recogido esos buenos datos de forma muy limitada. Apple, que presenta resultados el martes uno de mayo, sigue sometida a presión vendedora tras las dudas sobre la evolución de sus ventas de iPhone. Amazon ha sido por ahora la excepción positiva, al alcanzar su máximo histórico de todos los tiempos el viernes tras haber presentado resultados el jueves por la noche. Quedan por el momento olvidadas las amenazas de Trump contra la compañía de Seattle.
Las grandes tecnológicas, que fueron en 2017 las líderes de la subida de Wall Street, siguen por tanto cuestionadas y no son capaces de despegar pese a sus buenos datos, porque el mercado entiende que hay factores estructurales que pueden limitar su recorrido futuro, dado el cambio que han experimentado al pasar de una tolerancia y libertad total a una estrecha supervisión que se traduce en un mayor rigor fiscal, en una revisión de sus modelos de relaciones laborales y en una amenaza de alterar sustancialmente los modelos de negocio basados en la explotación de los datos de los clientes.
Esta reflexión la podríamos extender a otras compañías, ya que los inversores pueden estar mirando más al futuro que al presente y tal vez temen que, más allá de las buenas cifras de hoy, podemos estar asistiendo a un cambio del ciclo de negocios en el inmediato futuro, sobre todo en EE.UU. Un ejemplo en España es lo que pasó en el Santander el pasado martes tras presentar sus resultados.
Sea como fuere, al final abril se cierra con un tono positivo en las Bolsas, y con la ya comentada novedad de que las Bolsas europeas y el Nikkei se han comportado mejor que las americanas. El Eurostoxx y el Nikkei han subido el 4,7% las cuatro últimas semanas, frente a una subida en ese mismo periodo del 1,1% para el S&P y del 0,8% para el Dow y el Nasdaq. Pero el punto débil es el muy reducido volumen negociado, lo que hace menos fiable la subida. Además del poco volumen de negocio, llama también la atención lo poco que celebran las Bolsas las noticias positivas y los buenos resultados. Ni el histórico encuentro entre las dos Coreas ni la distensión en la guerra comercial con China se han recibido con entusiasmo y la excepcional temporada de publicación de resultados trimestrales que estamos viviendo, con un alza de los beneficios de casi el 25% en las empresas que hasta ahora han publicado, no ha generado ni la euforia ni las subidas que en otros tiempos se habrían producido sin duda.
Esta semana hay muchos temas relevantes. Hay datos como el informe de empleo de abril que se publica el viernes, los ISM de manufacturas y servicios de abril en EE.UU., y el crecimiento del PIB de la zona euro en el primer trimestre y de la inflación de la zona en abril. Hay también numerosos resultados empresariales, tanto en EE.UU., donde presentan cifras una cuarta parte de las compañías del S&P, la principal Apple, como en Europa, con nombres como Siemens, Adidas, BNP, HSBC, BMW y Fresenius.
A nuestro juicio los resultados de Apple, que no se esperan muy buenos, y la reunión de la Fed van a ser los dos polos de interés de la semana, y es donde puede haber algo más de movimiento, en una semana con abundantes fiestas en todas las áreas geográficas del mundo.
Tras las sacudidas de febrero y marzo la calma se ha instalado de nuevo en las Bolsas en abril, y apostaríamos por que esa tranquilidad va a continuar estos primeros días de mayo, apoyada por los resultados y por los mensajes políticos de apaciguamiento en el conflicto con Corea del Norte y en el viaje de Steve Mnuchin a China para negociar algún tipo de acuerdo en la guerra comercial.
Juan Carlos Ureta Domingo
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