Tras el muy débil inicio de año, con caídas cercanas al 5% durante las primeras sesiones de enero en varias plazas importantes, las Bolsas, y muy en particular las europeas, encadenan ya varias semanas de constantes subidas. Unas subidas que esta última semana no solo se han consolidado, sino que han ido a más, dando lugar a varias cifras redondas, que tanto gustan a los mercados.
Así, por primera vez en la historia el Dax ha superado los 11.000 puntos, el pasado viernes. El mismo día veíamos, al cierre de Wall Street, como el S&P cerraba en un nuevo máximo histórico, muy cerca ya de los 2.100 puntos. Por su lado los futuros del Nikkei rompían al alza los 18.000 puntos y el Nasdaq Composite conseguía superar los niveles de marzo de 2000, acercándose ya a los 5.000 puntos que de alguna manera simbolizaron aquella fascinante burbuja de las " punto.com". Han hecho falta quince años para que el Nasdaq vuelva a los niveles de entonces, y durante esos años muchas de las empresas que entonces lideraban el mercado hoy ya ni siquiera existen. Pero una de ellas, Apple, que entonces no era la más relevante, ha conseguido marcar otro hito esta semana, al superar los 700.000 millones de dólares de valor bursátil, algo que ninguna compañía había conseguido hasta ahora.
Muchas cifras redondas, que junto a otras menores, como, por ejemplo, que el Brent ha vuelto a superar los 60 dólares barril, tras haber perdido hace poco los 50 dólares, jalonan una semana llena de optimismo en los mercados. Las Bolsas americanas, que cerraron enero en negativo, se han comportado muy bien, con el ya mencionado Nasdaq a la cabeza subiendo más de un 3% en la semana, y el S&P subiendo un 2%. En la zona euro, el Dax alemán, el Cac francés y el Mib italiano amplían sus ganancias anteriores y acumulan ya en lo que va de año alzas superiores al 11% en los tres casos. Nuestro Ibex ha subido un 1,5% en la semana, aunque en el año sube solo un 4,5% siendo uno de los peores de la zona euro. El caso más llamativo, si cabe, es el de la Bolsa griega, que tras otro fuerte avance semanal del 11,3% acumula ya una ganancia desde uno de enero del 8,2% casi el doble que nuestro Ibex. Para no quedar a la zaga el Nikkei ha subido un 1,5% en la semana, la Bolsa rusa un 10% y la brasileña un 3,8%.
En definitiva, como decíamos, ambiente optimista generalizado, casi rayando la euforia. ¿Por qué? Como ya hemos comentado en ocasiones anteriores, hay una serie de factores que han alimentado las alzas desde la segunda semana de enero. Esencialmente el petróleo barato, el euro bajo y la promesa de liquidez abundante y a tipo cero que hizo el BCE el 22 de enero, sumándose a las políticas de expansión monetaria cuantitativa (QE).
Pero a esos factores se han unido la semana pasada un dato mejor de lo previsto de crecimiento de la zona euro en el cuarto trimestre de 2014 (+0,3% en lugar del +0,2% previsto) y un sorprendentemente alto crecimiento económico de Alemania (+0,7%) en el cuarto trimestre. Asimismo el aparente acuerdo de paz en Ucrania logrado en Minsk el jueves pasado y las palabras de Merkel y de algunos altos funcionarios europeos y americanos mostrando una actitud hacia Grecia algo más condescendiente (traducida a su vez en la ampliación por el BCE de la facilidad crediticia de emergencia a los Bancos griegos en cinco mil millones de euros adicionales) han completado ese cuadro de buenas noticias y han bastado para animar a unos inversores extremadamente deseosos de mirar solo el lado bueno de las cosas y de ignorar totalmente cualquier sombra de posibles riesgos que pueda perturbarles.
Sin duda la complaciente actitud de los mercados, descontando siempre las noticias positivas y prescindiendo de las negativas, es uno de los rasgos que han caracterizado a las Bolsas en los dos últimos años y que sigue presente en este primer mes y medio del año 2015. Pero si hacemos el ejercicio de olvidarnos por un momento de esa actitud complaciente y adoptamos una mirada un poco más crítica, no podemos dejar de ver que hay algunas amenazas serias en el horizonte. Centrándonos en la más próxima, la situación de Grecia, el dilema al que aludíamos la semana pasada sigue ahí. Ayudarle a aliviar el problema de su deuda supone incentivar al nuevo Gobierno a gastar más. Por ello, aunque se encontrase una fórmula generosa para reestructurar su deuda, el problema es que las políticas que ha anunciado el nuevo Gobierno son todo menos ortodoxas, y van a generar inevitablemente a medio plazo más deuda y más necesidades de ayuda. Además del efecto imitación en otros países miembros que lógicamente querrán también rebajas en su deuda. Pensar, como lo hacen ahora algunos analistas, que el nuevo Gobierno griego va a acometer la transformación estructural y la modernización que Grecia necesita no deja de ser, con todos los respetos, ciencia ficción, por mucha dosis de marketing político que se utilice.
Hay también amenazas fuera de la zona euro, como la previsible desaceleración de la economía china, o las consecuencias de la normalización de la política monetaria en EE.UU o del posible fracaso de la "abenomics" en Japón. Son problemas que siguen ahí, y que no van a desaparecer en el corto plazo. Pero los mercados no desean hoy por hoy pensar en ellos.
Esta próxima semana vamos a conocer algunos datos que nos ayudarán a entender mejor cómo está evolucionando el crecimiento económico en las diversas áreas. En EE.UU tenemos la encuesta manufacturera de Nueva York y el índice de la Fed de Filadelfia. Se publican además los resultados de Wal Mart, que siempre son un buen indicador de la salud del consumidor americano. En Japón se conocerá el PIB preliminar del cuarto trimestre de 2014 y la balanza comercial de enero. Y en la zona euro la encuesta ZEW y los PMI preliminares de febrero. Hay que analizar todos estos datos para comprobar si están o no justificadas las fuertes subidas de las últimas cuatro semanas en las Bolsas. Y, por supuesto, hay que estar muy vigilante ante la natural tendencia política a cerrar de nuevo en falso la crisis de Grecia, sobre todo a la vista de la enorme presión ambiental que se está creando para, una vez más, obligar a Europa, y sobre todo a Alemania, a olvidar los problemas de fondo que Grecia simboliza y dar una patada hacia adelante.
Aunque desde un punto de vista técnico el escenario de algunos índices, una vez rotos niveles significativos, es alcista e incluso puede ser el de subida libre, en nuestra opinión sigue teniendo sentido sacrificar algo de rentabilidad para cubrir la cartera a través del mercado de opciones. Está claro que la renta variable es la mejor alternativa de inversión y está también claro que el círculo virtuoso del dinero abundante y de las plusvalías que atraen más y más dinero se auto alimenta, dando sensación de no tener fin, pero ante subidas como hemos visto en las últimas cuatro semanas y en un estado de sobrecompra ya claro en algunos índices como el Dax, preferimos gastar dinero para estar cubiertos utilizando estructuras de opciones.
D.Juan Carlos Ureta Domingo
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