Tal y como pensábamos, la tensión geopolítica en torno a Corea se ha ido relajando a lo largo de la semana, hasta casi desaparecer por completo, pero esa relajación no ha tenido como consecuencia una subida fuerte de las Bolsas, ya que han aparecido esos "otros temas" a los que aludíamos la semana pasada. La realidad es que el "relief rally" por motivo de Corea se redujo prácticamente a la sesión del lunes.
Tras esa sesión inicial de la semana y tras las dos sesiones de trámite del martes y del miércoles, el toque de atención vino el jueves, y esta vez llegó directamente de las Bolsas americanas. El Dow cayó 274 puntos, la mayor caída en tres meses, sin que ninguno de sus treinta componentes lograse terminar la jornada en positivo, y el S&P y el Nasdaq experimentaron recortes porcentuales incluso algo superiores en la sesión. Estas caídas han hecho que, al final de la semana, los índices americanos caigan ligeramente, frente a subidas superiores al 1% en todas las Bolsas europeas.
Los motivos de la caída del jueves fueron variados y conectan con algunos de los temas a los que aludíamos en nuestro comentario de hace siete días.
Por un lado está la persistente debilidad de las cadenas minoristas americanas ("retailers"). El martes presentó sus cifras Home Depot y, pese a que tanto las ventas como los beneficios estuvieron por encima de lo esperado, sus acciones cayeron un 2,7% en la sesión, arrastradas por el desplome de otra minorista, Advanced Auto Parts, que se derrumbó tras presentar sus resultados. El jueves le tocó el turno al gigante Wal Mart, cuyos números, pese a no ser malos (las ventas en superficie comparable subieron aunque esa subida no se tradujo al cien por cien en los beneficios) no gustaron a los inversores, lo que provocó una caída de la acción del 1,6% en la sesión del jueves.
Junto a las minoristas, las tecnológicas han seguido también débiles. En concreto, el jueves fue Cisco la que decepcionó al mercado pese a mejorar más de un 9% el beneficio del mismo periodo del año anterior. La compañía ahora dirigida por Chuck Robbins, tras la jubilación del mítico John Chambers, encuentra una competencia creciente de otros competidores, como Arista Networks, que amenaza el crecimiento de las ventas y erosiona sus márgenes, lo cual le valió un descenso del 4% en la sesión del jueves.
Wal Mart y Cisco fueron los dos valores que más pesaron en la caída de 274 puntos del Dow el jueves, una caída especialmente llamativa, que constituye sin duda la mayor novedad de esta tercera semana de Agosto, ya que hasta ahora el Dow había resistido muy bien todas las turbulencias, convirtiéndose en cierta medida en una "activo refugio" al estar entre sus componentes algunas de las compañías mayores y más sólidas del mundo. Recordemos que a principios de agosto el Dow consiguió cerrar nada más y nada menos que ocho récords históricos consecutivos.
Pero hay algunos otros factores que han podido incidir en esa caída del Dow y en la debilidad de los índices americanos. Uno de ellos es, sin duda, la sensación de desgobierno que transmite el actual presidente norteamericano. Parece claro que el "Trump trade" está más que agotado, y la fuga masiva estos últimos días de los componentes de los dos Consejos empresariales montados por Trump, no hace sino ratificarnos en la idea, muchas veces expuesta en estos comentarios, de que las expectativas creadas por Trump son notablemente exageradas y se verán, en su mayor parte, frustradas a medida que pase el tiempo.
Fuera de ese impacto político, a nuestro juicio el principal detonante de la caída del Dow el jueves fue la subida del dólar. El jueves, tras publicarse las actas de la última reunión del BCE, que evidenciaban una notable preocupación de los miembros del Consejo del BCE con la subida del euro, el dólar remontó desde los niveles de 1,18 dólares por euro hasta 1,17 dólares por euro. El hecho de que las actas de la reunión de la Fed del 26 de julio, publicadas el día anterior, mostrasen un tono muy "dovish", que pone muy en duda una tercera subida de tipos de interés este año por parte de la Fed, no sirvió para contrarrestar el impacto de las actas del BCE.
El dólar y sus movimientos vuelven así a la primera línea de las Bolsas, unas Bolsas que, como decíamos en nuestro anterior comentario, muestran signos evidentes de fatiga.
Y es por ello por lo que, terminada la temporada de resultados, vuelven también a la primera línea los banqueros centrales y sus declaraciones. El simposio anual de Jackson Hole, promovido por la Fed, que empieza el próximo viernes, será el gran evento de esta penúltima semana de agosto, y el mismo viernes hablan, por este orden, Janet Yellen y Mario Draghi.
No cabe esperar muchas sorpresas de Jackson Hole. El pasado 27 de junio Mario Draghi provocó una fuerte subida del euro y una mini crisis en los mercados de bonos al declarar en Sintra que la zona euro había salido definitivamente de la crisis, sugiriendo que el BCE iba a endurecer su política monetaria. Ahora, a fin de agosto, el discurso parece ser el contrario, tanto en el caso del BCE como en el de la Fed, y los mercados de bonos se mantienen muy tranquilos. El pasado viernes el T bond americano cotizaba a un tipo del 2,19% y el bund alemán a un tipo del 0,41% sin ninguna tensión que pueda señalizar una subida de tipos por la Fed o el BCE.
Esta situación del T bond y del bund tiene mucho que ver con lo que es el foco de atención principal de los Bancos Centrales, ya que ninguno quiere que su moneda esté demasiado fuerte. El mismo viernes vimos cómo tras la subida del jueves el dólar volvía a flojear, cerrando la semana en 1,177 dólares por euro, una buena muestra de la lucha titánica de los Bancos centrales para sujetar sus divisas, una preocupación que sin duda estará presente en los discursos de Yellen y Draghi en Jackson Hole.
Como decíamos la semana pasada, las Bolsas han ido perdiendo fuelle a lo largo del año, con un primer trimestre espectacular y un segundo trimestre mediocre. Esa misma pauta es la que se ha visto en agosto, ya que a medida que ha avanzado el mes, el aspecto técnico de las Bolsas se ha ido debilitando.
La dependencia de las Bolsas, estas dos últimas semanas, de avatares políticos como la escalada verbal en torno a Corea o el cese de Steve Bannon en la Casa Blanca no es, a nuestro juicio, sino una confirmación de esa debilidad técnica de unos mercados que, a fuerza de haber sido sometidos a una "estabilidad prefabricada" por parte de los Bancos Centrales, han llegado a perder todo criterio propio.
La reunión de Jackson Hole podría servir para responder a preguntas como si realmente, como ha dicho la Fed, la debilidad de la economía americana es pasajera o como si va en serio la reactivación de la zona euro o si es sostenible la burbuja de crédito de la economía china. Pero en el mundo del "todo va bien" lo normal es que los banqueros centrales allí reunidos se limiten el próximo viernes a celebrar sus propios éxitos y a transmitir una calma post veraniega a los mercados.
Hay algunos otros datos esta semana, como la encuesta ZEW alemana o los PMI preliminares de la zona euro, y algunos resultados empresariales no muy relevantes.
Nuestra impresión es que podríamos ver un deterioro adicional del aspecto técnico de las Bolsas al finalizar agosto, pero sin llegar a mayores.
D.Juan Carlos Ureta Domingo
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