Una vez más las Bolsas han vuelto a amenazar, en las dos primeras jornadas de octubre, con una corrección seria, para, casi a continuación y sin solución de continuidad, dar paso a un fuerte rebote en la jornada de cierre semanal del viernes. Y una vez más, la alternativa para los inversores es hacer caso a unos datos que muestran debilidad económica o, por el contrario, confiar en unos Bancos Centrales que prometen más dinero barato.
Las caídas del martes y miércoles pasados fueron provocadas por el pésimo dato de PMI de manufacturas de septiembre en Estados Unidos, que bajó a su nivel mínimo de los últimos diez años, quedando en 47,8 frente al 50,4 previsto y frente al 49,1 de agosto. En la zona euro, los PMIs de manufacturas tampoco fueron buenos en septiembre, manteniéndose en territorio de contracción, es decir, por debajo de 50 (en concreto, 45,7 puntos) y situándose en el nivel más bajo desde octubre de 2012. Es especialmente preocupante el de Alemania, que ha quedado en 41,7 puntos en septiembre, una muestra más de la debilidad de la principal economía europea.
Aunque la sesión del jueves parecía amenazar con caídas mayores, sobre todo tras el mal dato de ISM de servicios en Estados Unidos (52,6 frente al 55,3 esperado y frente a 56,4 en agosto, el peor dato de los últimos tres años) lo cierto es que las Bolsas se estabilizaron tras anunciar Trump, muy oportunamente, que los negociadores chinos volverán a EE.UU. esta semana, alimentando así la expectativa de un próximo acuerdo en las negociaciones. La estabilización dio paso, el viernes, a una sesión de cierre semanal decididamente alcista, tras publicarse el informe de empleo americano de septiembre, que fue justo el tipo de informe que gusta a Wall Street, suficientemente bueno como para alejar los temores de recesión, pero no tan bueno como para alterar los planes de la Fed de bajar tipos.
Hemos pasado así, en solo dos días, de las fuertes caídas del miércoles (Eurostoxx -3%, Dax e Ibex -2,8%, S&P -1,8%) a las fuertes subidas del viernes, mayores en las Bolsas americanas, pero también importantes en las europeas (S&P +1,4%, Eurostoxx +0,9%, Dax e Ibex +0,7%). Al final el S&P ha caído solo un 0,3% en la semana y el Nasdaq ha subido el 0,5%. Una nueva remontada, por tanto, como la de los días finales de agosto, que reafirma a los inversores en que lo mejor es no hacer caso de las malas noticias económicas y comprar cuando cae el mercado ("buy on dips"). Una pauta simple pero que ha funcionado muy bien en los últimos años.
Tras esa pauta hay una idea dominante, la de una economía "goldilocks", ni demasiado frágil como para llegar a la recesión, ni demasiado caliente como para impedir a los banqueros centrales seguir con sus políticas acomodaticias. Como decíamos, el informe de empleo del viernes pasado es el ejemplo perfecto. En septiembre se han creado en EE.UU. menos puestos de trabajo de los previstos, lo cual facilita a la Fed seguir bajando tipos, pero a la vez la tasa de paro se ha situado en el 3,5%, la menor de los últimos cincuenta años, lo cual aleja el escenario de una recesión.
Trump necesita seguir alimentando ese modelo hasta el otoño de 2020, porque ha vinculado sus expectativas de reelección a que la economía y las Bolsas estén bien, y la duda es si realmente va a ser capaz de conseguirlo. Son cada vez más los economistas americanos que piensan que, para conseguirlo, Trump necesitaría llegar rápidamente a un acuerdo en su contencioso con China, pero justamente el acuerdo se hace difícil precisamente porque la otra parte, China, conoce esa necesidad del actual presidente americano, que quita fuerza a su posición negociadora. El proceso de "impeachment" iniciado por el Congreso americano tampoco ayuda demasiado, más bien al contrario.
El logro de un acuerdo rápido en las negociaciones se ha convertido así en la gran esperanza para frenar el deterioro de la economía global, que cada vez es más evidente. Sin ir más lejos, y además de los datos americanos y europeos ya comentados, el informe Tankan de Japón publicado el pasado martes ha mostrado el peor nivel de confianza empresarial de los últimos seis años, y el PMI de manufacturas de septiembre en Japón y la producción industrial en septiembre en la India, ambos también publicados el martes, han sido bastante malos. Los Bancos Centrales de la India y de Australia han salido al quite, y han bajado los tipos de interés la semana pasada, el de la India por quinta bajada consecutiva este año.
Vemos así una carrera un poco desesperada de los banqueros centrales para ganar la batalla al ciclo, a un ciclo que ya está maduro ("late cycle"). El pasado martes diversas organizaciones internacionales (OCDE, FMI, Banco Mundial, OIT, OMC...) reunidas en la Cancillería de Berlín en torno a la canciller alemana, Angela Merkel, en un exclusivo foro que analizó la situación global con una atención muy especial a la que parece la inminente entrada en recesión de Alemania, coincidían en que "la economía mundial está en una posición difícil" y que en todas partes, no solo en Alemania, se está produciendo una desaceleración en el crecimiento, habiendo también consenso en que "es particularmente preocupante que ciertas inversiones hayan disminuido últimamente".
¿Qué nos dicen las Bolsas?
Terminados ya tres trimestres del año, hay algunos datos interesantes. El primero, como decíamos la semana pasada, es que el S&P no ha podido, por ahora, situarse de forma cómoda por encima de los tres mil puntos, aunque es verdad que sigue estando muy cerca de esa cota.
El segundo es que las Bolsas han ido de más a menos a medida que ha ido avanzando el año. El S&P subió el primer trimestre un 13%, el segundo un 3,8% y el tercero solo un 1,2%. El Eurostoxx subió el primer trimestre un 11,6%, el segundo un 3,6% y el tercero un 2,7%. El Shanghai Composite subió un 23,9%, cayó en el segundo trimestre un 3,6% y ha caído en el tercero un 2,5%. Son datos en los que podríamos abundar y que confirman que las Bolsas han ido perdiendo fuelle a medida que ha ido avanzando el año.
Un tercer punto, que también comentamos ya la semana pasada, es la progresiva pérdida de liderazgo de las tecnológicas. A pesar de que la semana pasada el Nasdaq ha sido el único índice americano que ha subido, impulsado por Apple, que anunció un nuevo modelo del iPhone, en el tercer trimestre el Nasdaq ha quedado en tablas, tras haber subido un 16,5% en el primer trimestre y un 3,6% en el segundo trimestre. Lo cierto es que las "big techs" han perdido mucha fuerza, y que algunas de ellas como Uber o Lyft, no paran de bajar.
Las Bolsas inician así el cuarto trimestre en una situación que podríamos llamar "binaria". Pueden lo mismo batir sus máximos anuales, que en el caso de las Bolsas americanas son además los máximos históricos de todos los tiempos, que protagonizar correcciones serias, al estilo de las del cuarto trimestre del pasado año, aunque no lleguen a ser tan fuertes como lo fueron aquellas.
La Fed y los restantes Bancos Centrales tienen mucho que decir para que la dirección sea una u otra, pero, como ya hemos dicho en otras ocasiones, no son los únicos que tienen algo que decir. Es importante, tanto o más que la Fed, cómo reaccionen los inversores y los mercados a las decisiones de la Fed. Puede ocurrir, como ya ha sucedido con el BCE, que en algún momento la respuesta de los inversores a nuevas bajadas de tipos no sea entusiasta. Son también importantes los resultados del tercer trimestre, que se empiezan a publicar en unos días. Y por supuesto son importantes los datos económicos que se vayan publicando.
Esta semana, de momento, se reanudan las conversaciones con China el jueves, se publican los pedidos de fábrica de Alemania el lunes, las actas de la última reunión de la Fed el miércoles, las del BCE el jueves, los PMIs chinos de septiembre el martes y el índice de Michigan de confianza del consumidor americano el viernes, entre otras noticias. Son datos e informaciones interesantes, sobre todo las actas de la Fed y el BCE, dada la profunda división existente en el seno de ambas instituciones.
Por encima de todos estos temas sobrevolará la tensión que introduce el proceso de "impeachment" a Trump, que ya ha tenido una primera manifestación en la petición que ha hecho a China de que investigue a la familia Biden. Sin duda, las evoluciones que vaya teniendo ese proceso van a mover, a nuestro juicio, las Bolsas este último trimestre del año.
A pesar de ese carácter "binario" de la situación en este cuarto trimestre, de momento apostaríamos por unas Bolsas laterales en esta segunda semana de octubre, a la espera de los resultados empresariales.
Juan Carlos Ureta Domingo
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