Opinión

Bolsas atrapadas en una banda lateral

Aunque la corta semana pasada no se ha librado de algún pequeño susto, como el que se produjo en la sesión del martes con la brusca caída de los índices a media sesión, caída que llevo al futuro del S&P y al futuro del Dax a acercarse respectivamente a los 1.800 y a los 9.000 puntos, lo cierto es que al final la calma por la que apostábamos en nuestro comentario de la semana pasada ha vuelto a las Bolsas, tras la clara recuperación de los índices que vimos en las sesiones del miércoles y del jueves.

De esta forma, las subidas semanales han sido notables en las Bolsas americanas (S&P +2,7%, Dow y Nasdaq +2,4%) y en la japonesa (Nikkei + 4%) y algo menores en las europeas (el Ibex, el Dax y el Fotsie subieron en torno al 1%, el Cac cerca del 1,5%, y el Mib alrededor del 2%). El índice MSCI de las Bolsas emergentes se ha quedado prácticamente plano en la semana.

De esta forma se han recuperado parcialmente las fuertes pérdidas de la semana anterior, siendo varios los factores que han contribuido a esa recuperación.

Por un lado han ayudado algunos datos económicos, como el crecimiento del PIB chino del 7,4% en el primer trimestre, que se situó una décima por encima de las estimaciones. Por otro lado ha habido algunos buenos resultados empresariales, como los de Goldman o Morgan Stanley, que superaron las expectativas, o los de American Express, que subieron casi un 12%. Ayudó también el discurso de Janet Yellen el miércoles en el Club Financiero de Nueva York, reiterando una vez más que las Bolsas pueden contar con el apoyo sostenido de los Bancos Centrales, apoyo sostenido que también reiteró el Gobernador del Banco de Japón, Kuroda, al primer ministro japonés, Shinzo Abe, en su encuentro del pasado martes en Tokio. Finalmente, en el terreno geopolítico, el jueves se produjo un aparente acuerdo entre EEUU y Rusia en torno a la situación de Ucrania.

Todos estos factores animaron a las Bolsas, pero la sensación es que sigue faltando fuerza. Una sensación en parte justificada también por otros datos que hemos ido conociendo a lo largo de la semana. Así, en lo que al lado macro se refiere, el miércoles supimos que la inflación de la zona euro se sitúa ya en el 0,5% y que los precios caen ya en cinco países de la zona, entre ellos España, y apenas suben en países como Holanda, Italia o Irlanda. Es decir, la sombra de la deflación sigue muy presente en la estancada economía europea.

En los resultados empresariales también ha habido noticias mixtas, ya que gigantes como General Electric o IBM han recortado sus beneficios en el primer trimestre y Bank of América registró pérdidas trimestrales por primera vez desde 2011 debido a los costes legales derivados de algunas reclamaciones. También las cifras trimestrales de Google suscitaron dudas ya que los ingresos quedaron por debajo de las previsiones de los analistas, debido a la caída de los precios de la publicidad en Internet, lo que llevo a sus acciones a caer hasta un 4% en algunos momentos de la sesión del jueves.

Precisamente el tono "mixto" de las noticias es lo que esta llevando a las Bolsas desde principios de año a moverse en una banda lateral de la que por el momento no les esta siendo fácil salir. Una banda que por abajo tiene el soporte de la enorme liquidez existente y de los Bancos Centrales, así como de los datos económicos que muestran una moderada reactivación global. Pero que por arriba tiene una resistencia lógica tras un año 2013 en el que hubo importantes subidas en todas las Bolsas.

Las subidas de las cotizaciones de 2013, y las de principio de este año, estaban basadas en lo que denominamos el "caso positivo", basado en tres elementos principales y dos secundarios. Los tres principales son el crecimiento de la economía norteamericana a velocidad de escape (escape velocity), el éxito de la abenomics en Japón y el inicio de las políticas de expansión monetaria cuantitativa por el BCE. Esos tres elementos darían soporte a las tres grandes economías desarrolladas, EEUU, Japón y Europa. A la vez, los elementos secundarios son que las turbulencias de algunas economías emergentes no afecten a las economías desarrolladas (decouple) y que la economía china siga creciendo por encima del 7% aunque se desacelere.

Transcurridos cuatro meses del año, ninguno de esos elementos es claro. La economía americana se ha visto afectada por el mal clima, en Japón no acaba de funcionar la abenomics, el BCE no termina de actuar, China se mantiene, pero con riesgo fuerte de caída y con problemas crecientes en su sector bancario en la sombra, y finalmente la tesis del decouple de los emergentes se ha demostrado incierta en la actual economía global interconectada.

La consecuencia es que hará falta un cuadro más claro para que las Bolsas puedan superar los máximos anuales y romper al alza. Mientras no lo tengamos, lo que cabe esperar es que siga el movimiento lateral, con el suelo marcado por los Bancos Centrales, y el techo en la zona de máximos anuales. Una situación que no puede durar para siempre pero que puede aguantar unos meses más.

La presentación de resultados empresariales seguirá siendo clave para indicarnos si la ruptura al alza de las Bolsas es o no posible ya que al final nos van a decir si las empresas son o no capaces de generar beneficios crecientes en un entorno como el actual. Esta semana publican sus resultados muchísimas compañías, entre ellas algunos gigantes como Procter&Gamble, Microsoft, McDonald's, Amazon, Facebook o General Motors. En Europa presentan cifras Heineken y algunos Bancos españoles.

En el plano macro, además de las actas de la última reunión del Banco de Inglaterra, se publican los PMIs adelantados de la zona euro de abril, tanto de servicios como de manufacturas, lo cual servirá para comprobar si se mantienen niveles de actividad que nos alejen de la temida deflación. Y en EEUU hay datos de viviendas, de pedidos de bienes duraderos y de confianza del consumidor medida por el índice de Michigan.

Vamos avanzando en un año que se inició con la gran expectativa del crecimiento global que por ahora no se ha producido. Lo curioso es que, precisamente por no haberse producido, y precisamente por la tibieza de los datos económicos y por las ayudas monetarias sostenidas de los Bancos Centrales, vemos como los tipos de los bonos están muy bajos y eso se convierte en el principal soporte de las Bolsas, como es especialmente claro en las Bolsas periféricas de la zona euro, incluida la española. El bono alemán a diez años esta en el 1,5%, el americano en el 2,7%, el italiano en el 3,12% y el español en el 3,08% muy cerca de su mínimo histórico. Esos tipos bajos coinciden con un incremento muy notable de los niveles de deuda publica, que en algunos países como España van camino del 100% del PIB y en otros como Italia sobrepasan ya ampliamente esa cifra.

La divergencia entre unos tipos de financiación del Tesoro a la baja y unos volúmenes de deuda de los Tesoros al alza es lo que a nuestro juicio más debería inquietarnos, ya que nos mueve a pensar cada vez más en un escenario a la japonesa, de digestión larga de la burbuja y de crecimiento bajo de la economía durante un periodo prolongado de tiempo. Sin embargo, los inversores se mueven hoy en el cortoplacismo y desde esa perspectiva del corto plazo, dada la abundante liquidez y la decidida acción de los Bancos Centrales, lo normal es que las Bolsas sigan moviéndose en su banda lateral.

Apostamos por una semana tranquila de vuelta de vacaciones.



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