Opinión

Bolsas al alza con primas de riesgo subiendo

Como decíamos la semana pasada, las Bolsas han entrado en un terreno movedizo en el que no hay una trayectoria definida, sino múltiple, lo que obliga a interpretar continuamente los escenarios, ya que las cosas que en un momento determinado ocupan el primer plano de atención de los mercados se desplazan rápidamente para dejar sitio a otras casi contrarias.

Algo de eso ha sucedido en la segunda semana de julio, una semana en la que las Bolsas han pasado de las pérdidas con las que se inició el segundo semestre a ganancias semanales de cierta consideración. Ganancias que finalmente han sido del 3,8% para el Eurostoxx, del 3,3% para el Nasdaq, del 2,4% para el S&P y del 2,3% para el Dow Jones. No les ha ido tan bien a las Bolsas asiáticas, o por lo menos no a todas. El Nikkei japonés ha acabado casi plano en la semana, pero el Shanghai Composite y el Sensex indio han subido algo más del 1%, y el Kospi coreano más del 4%.

La inflación americana de junio ha sido, esta vez, el detonante de ese fuerte giro al alza, que ha enterrado de golpe los temores de la semana pasada. Y ello a pesar de que los banqueros centrales no dejan de advertir a quien quiera escucharlo que, pese a moderarse la inflación, los tipos seguirán subiendo y permanecerán altos por una temporada.

El pasado lunes, Mary Daly, miembro de la Fed de San Francisco, dijo en el Instituto Brookings que "es probable que necesitemos un par de subidas de tipos más a lo largo de este año para devolver realmente la inflación a una senda sostenible del 2%". Y el miércoles fue Thomas Barkin, de la Fed de Richmond, el que afirmó que "la inflación es demasiado alta y si retrocedes demasiado pronto, regresa con fuerza, lo que requiere que la Fed haga aún más".

Esto explica tal vez que, a pesar de la alegría generada por el dato del IPC, el mercado de futuros apuesta, con un 91% de probabilidad, por una subida del 0,25% en la reunión del próximo día 26. Un movimiento que podría ser el último o no, y que situaría la tasa de referencia americana en el 5,5%. Es más dudoso que el primer recorte venga en marzo de 2024, sobre todo si el empleo sigue por debajo del 4%.

Pero ese recorte es lo que al parecer descuentan las Bolsas y por eso han vuelto a máximos pese a que, como decíamos la semana pasada, no deja de haber múltiples factores de riesgo. La reunión de la OTAN esta última semana nos ha recordado que vivimos en un entorno de mayor inseguridad global y, por tanto, de mayores primas de riesgo, aunque es verdad que a la vez la firmeza de la OTAN es una garantía de que la guerra de Ucrania la ganará Occidente, o incluso de que, como dijo el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, tal vez se ha ganado ya si así fuese, lo que el optimismo de las Bolsas estaría reflejando es el triunfo de Occidente.

En medio de ese tono general de optimismo, la nota de cautela la ha puesto el pasado viernes el inicio de la publicación de los resultados trimestrales, que se abrió el viernes pasado, como siempre, con los grandes bancos americanos. Tras cuatro sesiones ininterrumpidas al alza, el S&P cerró en negativo el viernes tras publicar sus cifras JP Morgan, Citigroup y Wells Fargo, si bien la caída fue simbólica, del 0,1%.

El inicio de la temporada de resultados ha sido, por tanto, frío, y esta podría ser una novedad relevante, porque las presentaciones de resultados de los últimos trimestres han movido en general al alza a las Bolsas. Recordemos, por ejemplo, que los resultados del segundo trimestre, publicados hace un año por estas fechas, dieron origen a un rally en julio y en la primera mitad de agosto. Ahora bien, hace un año las Bolsas partían de una fuerte caída en junio, y ahora parten de un junio y de un primer semestre bursátiles espectaculares.  

Sin duda, lo que va a mover el mercado las próximas semanas son los resultados empresariales del segundo trimestre y, sobre todo, las proyecciones a futuro. Y el tema es que las expectativas de resultados se han rebajado y por eso puede suceder que los resultados superen las expectativas, pero bajen respecto a los del año pasado y decepcionen en ese sentido. Eso es lo que ha pasado en los tres grandes Bancos que publicaron cifras el pasado viernes, es decir, sus resultados no han sido malos, pero tampoco excepcionales y por eso la recepción fue fría. Los de JP Morgan fueron excelentes y superaron las estimaciones tanto de ingresos como de beneficios, pero sólo provocaron una ligera subida del +0,6% al final de la sesión. Peor le fue a Citi que tras unos resultados también mejores de las estimaciones cayó un 4% en la sesión. En medio quedó Wells Fargo con una caída del 0,3%.

Especial importancia tendrán los resultados y las proyecciones de las tecnológicas, porque, a pesar de que el mercado alcista se ha ampliado un poco en las últimas semanas y ya no se limita sólo a los llamados “siete magníficos”, no cabe duda de que el liderazgo del mercado alcista en el 2023 ha estado, contra todo pronóstico, en la tecnología. Por eso, si las perspectivas no están a la altura de las enormes expectativas creadas, sobre todo en las empresas relacionadas con la inteligencia artificial (Nvidia marcaba la semana pasada nuevos máximos históricos de todos los tiempos), puede desinflarse un poco la “burbujilla” de la inteligencia artificial, afectando al conjunto del mercado.

La economía ha funcionado este año mucho mejor de lo que se pensaba, alejándose los escenarios de estanflación o hiperinflación. La inflación, al menos la general, ha caído de forma intensa y el crecimiento no se ha desplomado a pesar de la abrupta subida de los tipos de interés y de la incertidumbre que genera la prolongación “sine die” de la guerra de Ucrania. Pero probablemente las Bolsas han ido demasiado rápido descontando un escenario idílico, y sería esperable un ajuste en cualquier momento de aquí a fin de año.

Los resultados empresariales del segundo trimestre van a ser un catalizador, y también la decisión de la Fed el próximo día 26, pero pueden jugar en las dos direcciones, al alza o a la baja.

Esta semana, además de numerosos resultados empresariales, con empresas como Bank of America, Morgan Stanley, Goldman Sachs, American Express, Tesla, Netflix, SAP o Johnson & Johnson, por citar sólo algunas, se publican el PIB del segundo trimestre de China, que nos permitirá valorar el impacto de los problemas del sector inmobiliario chino y las ventas minoristas americanas de junio.

Por tanto, a lo largo de las próximas semanas vamos a poder ir viendo la capacidad de las empresas para mantener los márgenes mientras la inflación retrocede, el impacto de los problemas bancarios (SVB, Credit Suisse…) en el crédito, el estado de ánimo de los consumidores e incluso el uso incipiente de la inteligencia artificial por parte de las empresas.

No hay que olvidar que, a diferencia del año pasado en el que hubo fuertes caídas en junio, este año las Bolsas están muy altas, con el S&P por encima de los 4500 puntos, el Eurostoxx en 4400 y el Dax por encima de los 16000 puntos, y sólo sorpresas muy positivas podrían, a nuestro juicio, mover a las Bolsas más allá de estos niveles.


Juan Carlos Ureta Domingo
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