Terminábamos nuestro anterior comentario diciendo que lo más importante de la segunda semana de mayo era ver si las tecnológicas iban a ser capaces de mantener el impulso alcista o no, sobre todo si el dato de inflación americana de abril sorprendía al alza, como lo ha hecho, y la verdad es que no íbamos muy descaminados al pensar que había que poner el foco en las tecnológicas.
De hecho, los dos eventos más relevantes de la semana pasada han sido, a nuestro juicio, por un lado la fuerte caída de las tecnológicas en las tres primeras sesiones de la semana y por otro lado el amago de desplome en las criptomonedas. Ninguno de los dos permite una conclusión definitiva a la hora de predecir la orientación que va a tomar la Bolsa. Las tecnológicas vivieron una fuerte reacción al alza el jueves y el viernes, recuperando la mitad de lo perdido en las tres sesiones anteriores, dejando abierta la puerta a nuevas subidas. En el caso de las criptodivisas, es impredecible lo que puedan hacer, dado que se mueven a golpe de tuits de Elon Musk o de comentarios en las redes sociales.
Pero lo que sí ponen de manifiesto ambos movimientos, es que algo empieza a cambiar en la percepción del riesgo por parte de los inversores. Y ese cambio de percepción tiene que ver mucho con la inflación, sin duda, pero también tiene que ver, como ya hemos apuntado en algunos comentarios anteriores, con la liquidez.
Es interesante conectar ese cambio en la percepción del riesgo con lo que ha pasado en los cuatro meses y medio transcurridos desde que empezó el año. Los índices, en general, reflejan ganancias importantes. El Dow Jones sube un 12,3% en el año, el S&P un 11%, el Eurostoxx un 13,1% y nuestro Ibex un 13,3%. Pero si profundizamos un poco más hay cosas que llaman la atención.
La primera es que los índices que teóricamente representan a sectores como el tecnológico o países como China, que en teoría son los ganadores en el mundo post Covid, no van tan bien. El Nasdaq, que hasta el año pasado había sido el índice líder, sube solo el 4,2% en lo que va de año, tres veces menos que el Dow o el Eurostoxx y acumula ya cuatro semanas consecutivas de descensos, con una caída acumulada del 4,4%. La semana pasada cayó un 2,3% pese a la remontada final. El Shanghai Composite está prácticamente plano en el año (+0,5%), una debilidad que comparte el MSCI de Bolsas emergentes, que perdió la semana pasada un 3% y sube en el año solo el 1,3%, y que se contagia también, aunque en menor medida al Nikkei japonés, que bajó la semana pasada un 4,3%, lo que deja su subida anual en el 2,3%.
En particular, es bueno analizar la evolución del Nasdaq en el año, sobre todo si partimos, como es nuestro caso, de la convicción de que no hay continuidad en el ciclo alcista si las tecnológicas no acompañan. El Nasdaq tuvo un primer recorte, no muy grande, en la segunda parte de enero. Tras un repunte, en febrero vino otra caída mucho más seria, que llevó al índice desde niveles superiores a 14.000 hasta niveles inferiores a 13.000 puntos. En marzo se inició una espectacular recuperación, al calor del plan de estímulos de Biden, y en la primera parte de abril esa recuperación se prolongó, ayudada por los buenos datos económicos y por los resultados, superando de nuevo el índice los 14.000 puntos.
A partir de ahí, se inicia a mediados de abril la corrección actual, muy asociada a los temores de inflación, que se confirmaron el pasado miércoles con la inflación americana de abril, que fue el 4,2% (anualizada) bastante más del 3,6% del consenso, que ya era de por sí muy alta. La idea es que la inflación perjudica mucho a la valoración de las tecnológicas, al mover a una subida de tipos, ya que los beneficios de las tecnológicas se producen muy a futuro y con tipos de descuento más altos en el denominador las cifras bajan de forma muy notable, sobre todo en algunos casos como Tesla. En este sentido, el PCE (índice de precios de consumo personal) que se publica la última semana de mayo y que es el indicador de inflación preferido por la Fed, al ser más amplio que el IPC, nos dará más pistas sobre la verdadera gravedad del repunte de la inflación.
Pero podemos pensar que hay otro factor, la liquidez, que está también jugando en la corrección de las Bolsas, además de la inflación. Es posible que, justamente al avanzar las vacunaciones y reabrirse las economías, la liquidez de los mercados financieros esté empezando a ir a menos. Hay ganas de consumir, de viajar, de salir, y se gasta más, detrayendo dinero que antes iba a los mercados financieros. Ese impacto es mayor en sectores que han estado de moda en la pandemia como la tecnología. Esto explicaría la aparente paradoja de que las Bolsas corrijan justo cuando la economía empieza a despegar (hace unos días la Comisión Europea elevaba también sus precios de crecimiento)
Y hay un tercer factor que puede influir, que es la percepción del riesgo. Esto conecta con lo que está pasando en las criptodivisas. El bitcoin cae ya casi un 30% desde máximos y en general la fiebre de los criptoactivos parece estar remitiendo. Es verdad que los tuits de Elon Musk y la decisión de Tesla de no aceptar el bitcoin como medio de pago de sus coches tienen mucho que ver en la caída de las criptodivisas, pero no es menos cierto que esa caída trasluce una mayor aversión al riesgo por parte de los inversores.
Es pronto para ver si esos tres factores (inflación, liquidez, percepción del riesgo) van a tener continuidad y si la corrección en las Bolsas y criptodivisas va a seguir o no. La semana pasada todo parecía apuntar a un recorte serio, pero al final, salvo en el Nikkei, las Bolsas se han recompuesto, incluso nuestro Ibex ha acabado subiendo un 1%. Quedan abiertas en consecuencia todas las opciones, tanto la posibilidad de que se inicie una nueva fase alcista como la de que vuelvan las caídas.
La temporada de resultados empresariales llega a su parte final, pero todavía hay algunos interesantes. Esta semana, además de Cisco, publican las cadenas minoristas americanas, como Walmart, Home Depot, Macys, Target o Lowes, y sus cifras son importantes para ver cómo están los ánimos de los consumidores norteamericanos, sobre todo tras el mal dato de ventas minoristas de abril, que se publicó el pasado viernes. Se publican también las actas de la última reunión de la Fed, especialmente interesantes en este momento.
El aumento de los precios de las materias primas, la enorme liquidez inyectada, las interrupciones en la cadena de suministro (por ejemplo, en semiconductores), la posible estampida de compras por los consumidores tras las vacunas, y los posibles estímulos fiscales adicionales son el cóctel perfecto para sobrecalentar la economía.
La duda es cómo van a reaccionar las Bolsas y esa duda sigue abierta.
Juan Carlos Ureta Domingo
Tel: 91 398 48 05 Email: clientes@renta4.es