El descanso que esperábamos para las Bolsas esta primera semana completa de noviembre se ha traducido, en el caso de las Bolsas europeas, en una corrección en toda regla, con caídas semanales para el Eurostoxx, el Dax alemán, el Cac francés y nuestro Ibex superiores al 2,5%.
Estos descensos contrastan con las caídas mucho más suaves de las Bolsas americanas (S&P y Nasdaq -0,2%, Dow -0,5%) y con la subida semanal del 0,6% del Nikkei japonés, pero una lectura un poco más detallada de los índices americanos y del Nikkei indica que no han sido solo las Bolsas europeas las que han experimentado un cambio del sentimiento inversor estos últimos días.
El jueves pudimos ver como el Nikkei se daba la vuelta poco antes del final de la sesión, pasando en poco más de una hora de ir subiendo más de un 2% a bajar el 0,2% al cierre, una tendencia negativa que continuó el viernes con una caída del 0,8% en la sesión última de la semana. Asimismo, el jueves y el viernes hemos podido ver como el S&P y los restantes índices americanos experimentaban retrocesos de cierta intensidad en momentos concretos de la sesión para luego recuperarse al cierre, ayudados por algunos valores, como por ejemplo Disney el viernes.
De alguna manera, la sensación que nos deja la semana es que el riesgo ha vuelto a asomar en la mente de los inversores, algo que no sucedía desde septiembre. Debido a ello, el Dow y el S&P no han podido cerrar su octava semana alcista, racha que habrá sido la mayor en cuatro años, y el Nasdaq tampoco consiguió, aunque por escaso margen, cerrar su sexta semana consecutiva alcista.
El punto de inflexión de la semana tuvo lugar el jueves. Tras el ya mencionado giro a la baja en el Nikkei, las Bolsas europeas abrieron con buen tono, pero muy pronto algunos resultados decepcionantes, como los de Adidas y Siemens, cuyas ventas trimestrales cayeron un 4,7% y un 3,7% respectivamente, inclinaron a los índices hacia el lado negativo. En Wall Street hubo un amago de recorte fuerte tras filtrarse que el Senado puede estar pensando en retrasar un año la tramitación de la reforma fiscal, pero, como antes señalábamos, al final hubo remontada. También hubo "remontada" en la sesión del viernes, a pesar de confirmarse el retraso en la reforma fiscal y a pesar de que el índice de confianza del consumidor, medido por la Universidad de Michigan, arrojó una cifra de 97,8 puntos, muy por debajo de los 100,7 del mes anterior y por debajo también de las previsiones de los analistas que apuntaban a un registro superior a los cien puntos.
¿Estamos a las puertas de una corrección mayor, al estilo de la que se produjo en las Bolsas europeas desde mayo hasta finales de agosto?
A nuestro juicio, para que haya un descenso serio es preciso que se unan a esa corrección los índices americanos, con el S&P a la cabeza, como indicador bursátil global por excelencia. Los posibles detonantes de esa corrección del S&P hay que buscarlos en los temas que han preocupado a los inversores estas últimas semanas, a saber, los resultados empresariales, las noticias económicas sobre crecimiento futuro, la actuación de los Bancos Centrales o la reforma fiscal de Trump.
Empezando por los resultados, la temporada está ya casi terminada, aunque quedan algunos interesantes como los de Wal-Mart, Cisco, Home Depot, Target, Vivendi o Vodafone, entre otras. El balance general de los resultados ha sido por ahora bueno, con más empresas superando las expectativas que decepcionando. Pero lo que hemos visto es que las decepciones se pagan muy caras en unas Bolsas que han estado descontando el mejor de los mundos. Ha sido el caso, la semana pasada, de Adidas o Siemens, cuyos resultados fueron recibidos con caídas superiores al 3%, o de Técnicas Reunidas, que cayó el pasado viernes un 17% al no gustar sus cifras.
En cuanto a noticias económicas, tras el mal dato de confianza del consumidor americano, que fue un pequeño jarro de agua fría en la sesión de cierre del viernes, esta próxima semana conoceremos las ventas minoristas americanas de octubre y la inflación de octubre, tanto en EEUU como en Inglaterra y la zona euro. La debilidad del consumo, de confirmarse, sería un problema para el modelo de la Fed, que se basa en que el consumo despegue al calor del pleno empleo y del dinero abundante y barato. Otro problema de la Fed y de los restantes banqueros centrales es la débil inflación, sobre todo la subyacente, que sigue siendo muy baja tras la inyección monetaria tan extrema que se ha realizado. Un mal dato de ventas minoristas, unido a una inflación demasiado baja, serían malas noticias para los mercados. En lo que al crecimiento económico se refiere, Japón publica el PIB del tercer trimestre este próximo miércoles y la previsión es que baje algo respecto a los buenos datos de los últimos trimestres.
El tercer tema a seguir es la actuación de los Bancos Centrales. Tras la conferencia de Draghi el pasado martes, en la que afirmó que los tipos negativos de interés no afectan a la rentabilidad bancaria, este próximo martes el BCE reúne en una conferencia en Fráncfort a los cuatro grandes banqueros centrales (Janet Yellen, Mark Carney, Haruhiko Kuroda y el propio Mario Draghi) y es de esperar que den algún mensaje sobre si, como decíamos la semana pasada, el muy bajo nivel de los tipos de largo plazo está señalizando o no una próxima desaceleración económica, a pesar del buen momento por el que pasa el crecimiento global.
Finalmente está la reforma fiscal de Trump, que no acaba de arrancar. Sin duda las Bolsas americanas han estado descontando en sus últimas subidas que la reforma va adelante, por lo que un parón del proyecto podría afectar a las Bolsas.
En definitiva, la clave de si la corrección va a más está en las Bolsas americanas y lo que podemos decir es que la subida ha estado sustentada, en esta última fase, en un grupo reducido de valores, sobre todo las grandes tecnológicas y los grandes Bancos. Las cuatro últimas semanas el índice Russell de compañías medianas y pequeñas ha bajado el 1,8%, mientras el selectivo Dow Jones ha subido en el mismo periodo un 2,4% y el Nasdaq un 2,2%. En lo que va de año el Russell sube la mitad que el Dow y la tercera parte que el Nasdaq. Estos datos indican que la subida no es compartida por todo el mercado.
La semana próxima, además de los datos económicos comentados, tiene interés seguir las cifras de Wal-Mart y de Cisco. Las de Wal-Mart por su enorme cuota de mercado del consumo en EEUU. Las cifras de otras cadenas minoristas como JC Penney han gustado al mercado (JC Penney subió un 15% el viernes tras publicar resultados) pero hay que ver si Wal-Mart confirma esas sensaciones. En cuanto a Cisco, siempre es un indicador interesante del estado de las tecnológicas.
Aun a riesgo de equivocarnos, nos inclinaríamos a pensar en un cierto recorte de las hasta ahora imperturbables Bolsas americanas si se confirma que la reforma fiscal se deja para el próximo año.
D.Juan Carlos Ureta Domingo
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