Opinión

¿Qué fue de la gran rotación?

Como era previsible, y como habíamos señalado en nuestro último comentario, la marea de la liquidez y el guión marcado por los Bancos Centrales han movido a las Bolsas al alza en la última semana de mayo, culminando un mes muy positivo para la casi totalidad de las Bolsas mundiales. Así como la semana anterior había sido la publicación de las actas de la Fed el detonante para animar a los inversores, esta vez, fue Draghi quien, el mismo lunes pasado en Lisboa, trasladó de forma muy clara el mensaje de que el BCE no va a defraudar a los mercados en su reunión del 5 de junio.

Ese mensaje confirma a los inversores en sus estrategias generalizadas de "carry" (léase apalancamiento) y de asunción de riesgos, al dotarles de una red de seguridad aportada por los Bancos Centrales mucho más potente que la que en su día articuló el luego denostado Greenspan. La realidad es que el famoso "Greenspan put" se está quedando muy pequeño ante las actuales políticas monetarias. Y eso explica que las Bolsas y los bonos se hayan comportado tan bien esta última semana de mayo, superando una serie de datos negativos que han ido apareciendo.

La primera noticia negativa fue el resultado de las elecciones europeas del pasado domingo, que no solo pone en evidencia el desapego de los ciudadanos respecto a los dirigentes políticos, sino que, además, anticipa posibles escenarios complicados en las futuras elecciones nacionales en varios países, entre ellos el nuestro.

La segunda mala noticia vino con el aviso del propio BCE de que puede estar incubándose una gran burbuja en los bonos soberanos europeos. Nuevamente asoma la mala distribución de los recursos (miss allocation), que fue la causa esencial de la crisis de 2007, y nuevamente vemos que el exceso de liquidez no es bueno, porque se acaba utilizando mal.

Una tercera mala noticia fue la revisión del PIB americano del primer trimestre desde el dato preliminar de crecimiento del 0,1% hasta el -1% que se publicó la semana pasada. Es cierto que el mal tiempo y la acumulación de inventarios pueden tener mucha culpa de ese dato negativo, pero la llamada "velocidad de escape" de la economía americana está todavía por aparecer en el horizonte.

Conectado con lo anterior, el pasado viernes vimos un mal dato de confianza del consumidor americano medido por Reuters/Michigan, vimos también malos datos de ventas minoristas en Japón (lógico tras la subida del IVA el uno de abril) y asimismo, en la zona euro, volvió a asomar la posible deflación en algún país como España, cuyo índice de precios ha vuelto a bajar.

Son datos preocupantes, pero no han servido para poner la más mínima sombra de duda en unos inversores solo pendientes de que la liquidez y los tipos cero continúen alimentando a las Bolsas.

En este contexto, lo interesante es que la liquidez da para todo y alimenta subidas simultáneas tanto de las acciones como de los bonos. En lo que a las acciones se refiere, el S&P ha batido esta semana varios récords sucesivos y casi todas las Bolsas han cerrado la semana con alzas del entorno del 1% o algo superiores en las americanas, en el Nikkei y en el Eurostoxx, del 4,3% para la italiana, del 2,3% para el Ibex 35, y del 1,7% para el Dax. Solo las emergentes han pinchado y el MSCI Emerging Markets ha bajado el 1,5% en la semana, con recortes de cierta consideración para las Bolsas rusa, india y brasileña.

Pero el dinero no solo ha ido a las acciones, también ha ido a los bonos. Así y a pesar de un ligero repunte de tipos en las dos últimas sesiones, tras la ya citada advertencia del BCE, el tipo de interés del bund cerró la semana en el 1,36%, el del bono español a diez años en el 2,85% y el del bono griego a diez años en el 6,15%. El T bond americano cerró en el 2,48%, acercándose a los mínimos del 2013.

En definitiva, si a inicios de 2013 se hablaba de la "gran rotación" anunciando una gran traslación de dinero de los bonos hacia las acciones, la realidad es que a mediados de 2014 podemos decir que ha habido y hay dinero suficiente para alimentar a ambos mercados sin necesidad de trasvases.

¿Qué descuentan los bajos tipos de los bonos? Es la pregunta del millón de dólares, a la que nadie sabe responder con certeza. Pueden estar descontando un escenario recesivo/deflacionario, en cuyo caso las Bolsas de acciones estarían cometiendo un error de valoración monumental. Pueden estar descontando simplemente que los Bancos Centrales van a ser capaces de mantener los tipos de referencia a cero, o casi cero, aunque la economía empiece a crecer. Pueden estar de nuevo, como antes de 2007, pensando en la llamada "goldilocks economy", una economía feliz que crece de forma constante sin inflación y sin desequilibrios.

Sea como fuere los inversores han "comprado" la promesa de una "largo periodo de tipos de interés muy bajos" y se han entregado al "carry".

En este contexto, la primera semana de junio viene cargada de datos relevantes. Se ha publicado el fin de semana el PMI de manufacturas chino de mayo, que ha sido 50,8 subiendo sobre el 50,4 anterior. Y se van a publicar los ISM manufacturero y de servicios en EEUU, el PMI chino de servicios, que nos dirá si el dato compuesto de manufacturas y servicios queda o no por debajo de 50 por cuarto mes consecutivo. En Japón también se publica el PMI de servicios. Y en la zona euro se publican datos definitivos del primer trimestre que se espera confirmen los datos preliminares.

Pero, sobre todo, las dos grandes citas de la semana son la esperadísima reunión del BCE del jueves 5 y el informe de empleo de la economía norteamericana del viernes. Estas dos citas son las que de verdad moverán a las Bolsas y a los mercados de bonos.

Venimos apostando en las últimas semanas por Bolsas tranquilas y hemos acertado, ya que el movimiento ha sido lateral ligeramente alcista. Pero los índices, entre ellos el S&P, están rompiendo al alza, aunque todavía no de forma clara, y eso nos mueve a pensar que esta semana, en función de lo que haga el BCE y en función de los numerosos e importantes datos que van a aparecer, debería haber movimientos de cierta envergadura, ya sea rompiendo de forma nítida hacia arriba o al revés.

En mercados tan intervenidos es especialmente arriesgado hacer una predicción, más aún cuando las apuestas y los deseos están claramente a favor de una ruptura al alza. Nos limitaríamos, por ello, a dejar una nota de prudencia a la vista de que casi todo lo bueno que pueda suceder ya está muy cotizado.


null