La reciente cumbre de los países BRICS+ en Kazán, Rusia, ha acogido a representantes de 36 países, con la presencia de 22 jefes de Estado y ha puesto de manifiesto la percepción equivocada que existe en Occidente respeto al aislamiento de Rusia en el mundo y las implicaciones que ello tiene.
La organización de los BRICS fue fundada en 2006 por Brasil, Rusia, India y China. Sudáfrica se incorporó en 2010. Este año se han sumado Egipto, Etiopía y Emiratos Árabes Unidos. Arabia Saudita ha sido invitada a incorporarse, pero de momento no se ha convertido en miembro de la organización. Existe una larga lista de países, todos ellos no occidentales, que han solicitado su incorporación en la organización.
En Europa existe la percepción generalizada, que se transmite a través de los medios y de las declaraciones de los responsables políticos, de que Europa y Estados Unidos han dejado de comerciar totalmente con Rusia y que, además, Rusia está aislada internacionalmente. Ninguna de las dos percepciones es correcta.
A pesar de las catorce rondas de sanciones de la UE a la Federación Rusa, limitando su acceso a determinados bienes, especialmente alta tecnología y semiconductores, tanto la UE como Estados Unidos siguen manteniendo un flujo de transacciones comerciales directas con Rusia. A pesar de lo que pueda parecer, el comercio con Rusia solo está restringido para determinados bienes y servicios, pero no de forma global como en su día lo estuvo con Irán.
Así, en 2023 la UE seguía exportando bienes a Rusia de forma directa por más de 38.000 millones de euros e importó bienes por valor de más de 50.000 millones. Es cierto que dichas cifran suponen un descenso del 57% y 69%, respectivamente, comparado con 2021, el año anterior al inicio de la guerra en Ucrania, pero el comercio entre Rusia y la UE sigue existiendo.
Adicionalmente, al no existir sanciones secundarias, muchas de las operaciones prohibidas por las sanciones se triangulan a través de terceros países. Se prohíbe a las empresas europeas comerciar ciertos bienes con Rusia, pero dicha prohibición no afecta a terceros países ajenos a la UE. A modo de ejemplo, sorprende que Polonia haya aumentado sus importaciones de carbón de Kazajstán, en la misma cuantía que ha reducido sus importaciones de carbón ruso. Es fácil inferir que la operación de importación se está triangulando a través de un tercer país. Lo mismo se puede decir respecto al aumento de exportaciones de vehículos como Mercedes y Chrysler a través de países como Georgia, China o Kazajistán.
Es llamativo el espectacular incremento del comercio de algunos países de la UE con países como Kirguistán desde el inicio de las sanciones. Claramente es una vía de circunvalar las sanciones sobre determinados productos.
Solo 52 países han impuesto sanciones a Rusia. Por el contrario, 143 países no han secundado dichas sanciones. Ninguno de los países en la órbita de los BRICS se ha sumado a las sanciones. Ello no quiere decir que respalden la agresión rusa a Ucrania, simplemente siguen comerciando con la Federación Rusa.
El comercio entre los países miembros de los BRICS+ supone en torno al 20% del total del comercio mundial. En 2023 la demanda de petróleo desde los países no miembros de la OCDE supuso el 55% del consumo global de petróleo. Entre los BRICS+ y Arabia Saudita controlan el 41% de la producción global de petróleo.
La congelación de las reservas rusas en euros y dólares y la exclusión de la mayoría de sus bancos del sistema de pagos internaciones SWIFT ha llevado a los países no occidentales, empezando por los BRICS+, a buscar vías alternativas de monedas de pago a sus operaciones de comercio internacional. Actualmente, el comercio de Rusia con China o India no se realiza en dólares estadounidenses, sino en rublos, yuanes o rupias. En cualquier caso, ninguno de estos países desea mantener dichas divisas extranjeras como reservas.
La creación de una moneda propia de los BRICS+ no es realista a día de hoy. Aunque no parece que exista una solución en el corto plazo, la utilización de las distintas monedas digitales de cada uno de los bancos centrales miembros en una única plataforma podría ser una solución. De hecho, en 2021 se inició el proyecto mBridge entre los bancos centrales de China, Hong Kong, Tailandia y Emiratos Árabes Unidos en colaboración con el BIS (Banco Internacional de Pagos). El Banco Central de Arabia Saudita se sumó posteriormente al proyecto.
mBridge es una plataforma para soportar pagos transfronterizos y cambios de divisas en tiempo real utilizando monedas digitales de los bancos centrales (CBDC) utilizando tecnología de libro mayor distribuido (DLT).
La desdolarización del comercio entre los miembros de los BRICS+ y sus países afines es un proceso imparable. La velocidad del mismo dependerá de soluciones como las aportadas por el proyecto mBridge.
La reciente reunión de los BRICS+ pone de manifiesto que Rusia no está aislada, a pesar de la errada percepción generalizada.
Artículo escrito por Jesús Sánchez-Quiñones, director general de Renta 4 Banco, en El Economista.
Jesús Sánchez-Quiñones González
Tel: 91 398 48 05 Email: clientes@renta4.es