Artículo publicado en la revista Tiempo.
La abundancia y velocidad de la información pueden provocar que muchos ahorradores e inversores se dejen llevar por las noticias del momento en la toma de decisiones de inversión. Antes de preguntarse dónde invierto, cada uno debe cuestionarse para qué invierte. Sin un objetivo claro, predefinido y estable en el tiempo, las decisiones de inversión que se tomen pueden tornarse en erróneas simplemente por el cambio de criterio ocasionado por la volatilidad de los mercados.
Dejarse llevar por las fuertes oscilaciones de los mercados financieros sólo puede conducir a tomar decisiones erróneas. En un solo trimestre las bolsas europeas han pasado de caer más de un veinte por ciento, a subir más de un doce por ciento en apenas un par de semanas. Es necesaria una reflexión antes de acometer las inversiones: no dejarse llevar por las euforias, ni por el pesimismo, ambos acentuados por la creciente cobertura de los medios de comunicación a las oscilaciones de los mercados financieros.
Algunas recomendaciones prácticas para evitar errar en sus inversiones, aunque obvias son frecuentemente olvidadas.
- Renuncie a intentar hacerse rico rápidamente. A mayor rentabilidad esperada, mayor riesgo asumido. El binomio rentabilidad-riesgo es un axioma que nunca se debería olvidar.
- Plantee sus inversiones con un horizonte de medio y largo plazo. Ello implica recordar en todo momento dicho horizonte, lo que ha de permitir no dejarse llevar por el pesimismo en los momentos de gran volatilidad en los mercados financieros. En los últimos dos años, los principales índices bursátiles europeos han sufrido siete caídas superiores al diez por ciento, excediendo en dos de ellas el veinte por ciento de descenso. En todos los casos los descensos han sido seguidos de fuertes recuperaciones de las cotizaciones.
- No asuma más riesgo de aquel que le permita dormir tranquilo. La experiencia demuestra que un inversor ante el afán o la necesidad de obtener un nivel de rentabilidad, y por tanto de riesgo, superior a aquel que le permite dormir tranquilo, acabará vendiendo en pérdidas en algún momento de caída de los mercados. No supere su umbral del sueño. No invierta en activos que puedan tener una elevada variabilidad en su valoración ni un euro más de la cantidad que le permita dormir tranquilo. En caso contrario, venderá en el peor momento.
- Contrate sólo aquello que conozca y entienda. Aunque sea un experto financiero huya de productos sofisticados que no sea capaz de comprender. Se evitará problemas y disgustos.
- Debe sentirse cómodo con las inversiones. Aunque cuente con un asesor de su confianza, la decisión final de inversión debe ser suya y sentirse cómodo con la misma, sabiendo que hoy en día sin asumir riesgo no es posible obtener rentabilidad.
- Manténgase fiel a una estrategia y no se someta a la volatilidad del mercado. Si antes de realizar sus inversiones ha establecido unos objetivos y una estrategia para alcanzar dichos objetivos, le será más fácil sobrellevar la creciente volatilidad de los mercados. Sin unos objetivos predefinidos y una estrategia para alcanzar los mismos, corre el riesgo de ser presa del humor del mercado en cada momento: comprando tras fuertes subidas, y vendiendo en las caídas.
La planificación de las inversiones y del ahorro supone ser responsable con su propio futuro. Ahorrar supone renunciar a consumo actual por consumo futuro. Maximice el retorno de sus inversiones con el establecimiento de unos objetivos estables y siguiendo unas sencillas pero exigentes reglas.
D.Jesús Sánchez-Quiñones González
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