Históricamente los bancos centrales han utilizado los tipos de interés como su instrumento principal para controlar la inflación e influir en la actividad económica. Así, si la inflación era elevada o la economía estaba sobrecalentada, el banco central subía los tipos de interés para enfriar la demanda al hacer más onerosos los préstamos. Por el contrario, si la inflación se situaba sensiblemente por debajo del objetivo o la economía mostraba signos de debilidad, el banco central bajaba los tipos de interés para dinamizar la demanda e impulsar la economía.
Desde la crisis financiera de 2008, las medidas anteriores ya no son suficientes para lograr sus objetivos. Los bancos centrales de todo el mundo empezaron a utilizar las inyecciones de liquidez como un arma esencial para evitar inicialmente los perversos efectos de la crisis y, posteriormente, para mantener el elevado y creciente nivel de deuda de los países. Se han metido en una dinámica de la que no pueden salir sin causar un brusco enfriamiento de la economía y correcciones significativas en la valoración de activos.
Esta inyección de liquidez ha sido casi permanente desde 2009 y es la gran responsable del comportamiento de las bolsas de valores y de otros activos. Ahora, además de los fundamentales de la economía y de las empresas, hay que tener en consideración la liquidez incremental incorporada en el sistema por los bancos centrales.
China sufre las consecuencias del pinchazo de su propia burbuja inmobiliaria: el volumen de viviendas no vendidas, proyectos inmobiliarios abandonados sin finalizar y terrenos no utilizables ascendía a 4,1 billones de dólares (trillones americanos) a mitad de este año. Ahora le toca al Banco Central Chino (PBoCh) intentar reanimar la economía del gigante asiático y, de paso, dinamizar la deprimida bolsa china.
Las medidas recientemente adoptadas por de PBoCh son equivalentes al mensaje de Draghi en 2012 “whatever it takes” (todo lo que sea necesario):
- Reduce los tipos de interés, de tal forma que permitirá a 150 millones de hipotecados chinos hipotecas que puedan refinanciar a estos nuevos tipos, afectando negativamente a los balances de los bancos;
- Inyecta 1 billón de renminbis (129.100 millones de euros) de liquidez adicional;
- El desembolso inicial para acceder a una segunda vivienda se reduce al 15%, el resto puede ser financiado. En el caso de la primera vivienda la financiación puede llegar al 100% del precio de la vivienda;
- Se establecen líneas de financiación para fondos, sociedades de valores y compañías de seguros para que puedan comprar bolsa;
- Se está elaborando una facilidad de crédito adicional para que las empresas cotizadas y sus principales accionistas pueden comprar sus propias acciones.
Estas medidas adoptadas el 23 de septiembre suponen un apoyo al mercado inmobiliario y a las bolsas. La reacción inicial de los índices de las bolsas chinas fue de una subida de hasta el 30%, pero ya en los últimos días ante la falta de concreción de medidas adicionales las caídas han reducido las subidas iniciales a la mitad.
Las lecturas que se puede extraer de la actuación del PBoCh son varias:
- Los bancos centrales no pueden parar de suministrar liquidez. Si lo hicieran de forma conjunta los mercados de activos, incluidas las bolsas, sufrirían fuertes retrocesos. La inyección de liquidez es incremental.
- Cada vez es más difícil la independencia del banco central respecto del gobierno. Las medidas para intentar reanimar la economía se basan en la inyección de grandes cantidades de liquidez, para lo que es necesario la intervención del banco central.
- En otros casos, no es el caso chino, el elevado endeudamiento de muchos estados limita la actuación de los bancos centrales en su lucha contra la inflación. No pueden permitir que los tipos de interés de los bonos suban demasiado, o si no, la factura de los intereses a pagar pondría en problemas al gobierno de turno.
- Una de las principales variables a seguir para prever la evolución de los mercados de activos, entre ellos la bolsa, es el nivel de liquidez global. A mayor liquidez, mayor soporte de la valoración de los activos, al menos en términos nominales. Una parte relevante de la liquidez en la última década ha provocado inflación del precio de los activos.
Ya lo decía Christine Lagarde en abril de 2023: “Sin comprometer la independencia del banco central, hay que reconocer la interdependencia entre la política monetaria y la política fiscal, y cómo cada una de ellas puede alcanzar mejor su objetivo si se alinea en torno a una meta estratégica”.
Artículo de Jesús Sánchez-Quiñones, director general de Renta 4 Banco, en El Economista.
Jesús Sánchez-Quiñones González
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