La preocupación del mercado con el apalancamiento en yenes y su posible reversión (“unwinding”), a la que dedicábamos nuestra sección el pasado lunes, se ha desvanecido esta semana, al menos transitoriamente. El Nikkei ha subido un 8,7% en la semana y cerró el viernes por encima de los 38.000 puntos, y el yen parece haber frenado su subida y cerró el viernes en 147,6 yenes por dólar, en una situación de aparente estabilización.
El motivo de esa repentina calma ha estado, sin embargo, lejos de Japón, ya que han sido los buenos datos macroeconómicos en EE. UU. y los buenos resultados de Walmart los que han provocado esa súbita vuelta a la tranquilidad.
En particular y, en lo que a los resultados empresariales se refiere, a la espera de las cifras de Nvidia, que se publicaran el próximo miércoles 28 de agosto, ha sido Walmart, otro gigante, pero no de la tecnología sino del consumo, la empresa encargada de encender de nuevo lo que Keynes llamaba los “animal spirits”, es decir, ese optimismo espontáneo que no responde a un cálculo racional.
El pasado jueves Walmart subió en Bolsa un 6,5% tras haber publicado la noche del miércoles, fuera de hora, sus resultados trimestrales y sus estimaciones para el resto del año. Las cifras batieron las estimaciones del mercado, tanto en ventas como en beneficios, y en lo que a las estimaciones se refiere Walmart fue, a diferencia de Home Depot, que había publicado cifras el martes, muy optimista con la evolución previsible del consumo en los próximos meses.
No cabe duda de que las cifras y los mensajes de Walmart son muy estimulantes y muestran un vigor en el consumidor norteamericano que realmente sorprende a la vista de algunos indicadores, como el empleo, que empiezan a mostrar cierta debilidad. No cabe duda, tampoco, de que Walmart es una de las compañías mejor gestionadas del mundo.
Pero la subida de casi el 50% en los últimos nueves meses, a partir de los mínimos del pasado mes de noviembre, una subida que ha llevado la cotización el pasado jueves a sus máximos históricos de todos los tiempos, es demasiado vertical, y nos sorprendería mucho que no haya una corrección en lo que queda de año, repitiendo lo que ya pasó en el 2023.
Hace un año, en nuestro gráfico semanal de 21 de agosto de 2023, cuando Walmart cotizaba también cerca de sus máximos históricos, tras presentar beneficios, decíamos que por su calidad de gestión y por su capacidad de entender los cambios y adaptarse a ellos, Walmart es una de esas compañías ganadoras, una compañía de “fondo de armario”, que conviene tener siempre en una cartera de largo plazo. Decíamos también que nos gustaría comprarla aprovechando recortes y esos recortes efectivamente se produjeron en el noviembre pasado, dando una buena oportunidad de compra.
Hoy, un año después, suscribimos íntegramente ambas opiniones. Nos gusta Walmart como empresa de fondo en nuestras carteras, porque es uno de los valores emblemáticos de una megatendencia muy potente, como es el consumo. Pero creemos que es mejor esperar para comprar Walmart en futuros recortes, que pensamos que se producirán, dado que ahora mismo Walmart cotiza con un multiplicador de beneficios (PER) de 50 veces, que nos parece muy elevado.
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